Ocho sospechosos de haber arrojado piedras que causaron destrozos en el despacho de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en el Congreso, fueron identificados mediante un software de reconocimiento facial utilizado por la Policía Federal.
Se trata de personas jóvenes, sin vínculos aparentes entre sí ni militancia política reconocida por las fuerzas que motorizaron la protesta contra el acuerdo del gobierno con el FMI, con media sanción en Diputados la semana pasada. Los datos de seis de los identificados fueron cotejados con los registros de domicilios y arrojaron resultado positivo, en tanto que la tarea se prolonga con otros dos.
Los reconocimientos se efectuaron a través de las capturas de rostros de los videos aportados por fuerzas de seguridad y otras tomadas directamente de los medios de comunicación que cubrieron los disturbios que se registraron el jueves pasado.
Ese programa informático ya había sido utilizado en otras oportunidades, entre ellas para identificar a los agresores que arrojaron bombas Molotov contra la entrada del diario Clarín, en noviembre del año pasado. Los investigadores realizaron un rápido chequeo en el registro de antecedentes y comprobaron que –en principio- ninguno tiene ni pedidos de detención ni procesos judiciales en marcha.
Se trata de personas jóvenes, de unos 20 años de edad en promedio, que no lucían identificación política alguna. La causa, que está a cargo del fiscal Carlos Rívolo y la jueza María Eugenia Capuchetti, busca determinar si se trató de manifestantes espontáneos o de contratados para generar disturbios.
La jueza evaluaba la posibilidad de decretar el secreto de sumario momentáneo para garantizar medidas de prueba para avanzar en la investigación.