Luna Albarengo, de 22 años fue víctima de una explosión hace dos meses y murió asfixiada en una unidad sanitaria de Vivoratá, donde sus familiares denuncian que no hubo nadie que la atendiera.
En agosto trascendió sobre un incendio en el establecimiento rural «Los Hermanos», en el Partido de Coronel Vidal.
La explosión se produjo, el 8 de agosto, al querer reavivar el fuego de una salamandra con nafta. En ese momento Luna y su hija Alma de un año y 10 meses sufrieron heridas graves y pelearon por su vida.
La mamá, con un cuadro de intoxicación por monóxido fue trasladada a una clínica de Mar del Plata, mientras que la menor fue derivada al Hospital Garrahan con graves quemaduras.
A partir de ese día, no sé vieron nunca más, si bien la joven ya había recibido el alta, secuelas de una traqueotomía no le permitían viajar a ver a su hija.
La menor evoluciona favorablemente, por lo que todo indicaba que este fin de semana le otorgarían un alta ambulatoria para pasar el día de la madre junto a su mamá.
Lamentablemente eso no ocurrió, Luna sufrió un cuadro respiratorio, los que eran habituales debido a esas secuelas. Ante esta situación, los familiares la llevaban a Vivoratá, el centro sanitario más cercano. Ahí le suministraban oxígeno y aplicaban una inyección lo que mejoraba su cuadro respiratorio.
Esta vez era de madrugada y era un fin de semana largo. Luna se descompensó y la llevaron a la unidad de salud, pero no había médico, oxígeno ni inyección. La asistencia llegó 90 minutos después. Demasiado tarde.
Tras la muerte de Luna Albarengo hubo una movilización en Vivoratá para pedir la renuncia de la Secretaria de Salud, Edith Chifflet. Luego de difundir un comunicado donde sostuvo que la víctima contó con asistencia médica.