Hace hoy 25 años que el fallecido empresario Alfredo Yabrán llegaba a nuestra ciudad para prestar declaración ante el Juez Dr. José Luis Macchi, quien investigaba el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas perpetrado en un cava del partido de Gral. Madariaga.
Yabrán había llegado ese día al Palacio de Tribunales caminando y en medio de un importante asedio periodístico y de curiosos, ingresando al edificio por el sector de vehículos y dirigiéndose directamente al Juzgado en la planta baja.
Previo a ello y ante la profunda demanda social que había provocado la muerte del fotógrafo, el abogado y apoderado del empresario telepostal, el Dr. Guillermo Ledesma, en una conferencia de prensa en una céntrica confitería de nuestra ciudad acusaba al gobernador Eduardo Duhalde y al secretario de Seguridad bonaerense Carlos Brown, de haber «politizado» la causa por el crimen de José Luis Cabezas, señalando, «usaron este caso y particularmente a nuestro cliente, como argumento de campaña».
El letrado concluía esa defensa pública manifestando que su defendido había “sido condenado anticipadamente por muchos medios y por algún político, ya que cierra de maravilla que el autor intelectual sea Alfredo Yabrán», resaltando, que a su entender el Juez era “la mayor garantía que tiene este proceso para encontrar la verdadera verdad y no una verdad ficticia que satisfaga socialmente».
Respecto de la indagatoria según surgió posteriormente del acta labrada, el empresario había preferido someterse a las preguntas del Juez Macchi antes que hacer un relato sobre los hechos que se le endilgaban, constituyendo la mayoría de sus respuestas una ratificación de las afirmaciones que había realizado anteriormente como testigo. Por eso su declaración no conmovieron las pruebas e indicios que tenía el Juez, yéndose Yabrán de Dolores manteniendo la imputación de ser el presunto instigador del crimen de Cabezas, acusación que con el avance de la investigación se fue cimentando y que llevó al Dr. Macchi a pedir su detención ante su incomparencia a una nueva citación, precipitándose así el final del empresario.
Yabrán (de 53 años de edad), luego de no lograr apartar del proceso a los camaristas que habían ratificado la acusación en su contra y sintiéndose abandonado por el poder político que amparaba sus negocios, el 20 de mayo de 1998 cuando era intensamente buscado por la policía para su detención, se suicidó con un disparo de escopeta en el interior de un baño de la estancia “San Ignacio”, en el pueblito entrerriano de “Aldea San Antonio” del departamento de Gualeguaychú.
El 2 de febrero de 2000 al dictar la Cámara Penal de Dolores sentencia condenatoria para ocho de los juzgados por el homicidio de Cabezas, consideró que el crimen había sido cometido para defender «los intereses» del fallecido empresario Alfredo Yabrán, porque Cabezas lo molestaba con su labor periodística.