Los femicidios están en los titulares de los diarios casi todos los días, a pesar de la visibilización las estadísticas no bajan. Detrás de cada número hay una mujer a la que le arrebataron la vida y un entorno destruido.
El 25 de noviembre es el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer” y se presentó un informe sobre los femicidios que registraron desde el «25N 2021 a 25N 2022»
Según el Observatorio de Femicidios “Adriana Marisel Zambrano” que dirige La Casa del Encuentro, hubo 300 femicidios y siete trans/travesticidios.
También se registraron 17 femicidios vinculados y 338 hijas /hijos quedaron sin madre, el 64 por ciento son menores de edad.
Otros datos que surgen del informe es que 58 víctimas habían realizado denuncia, 12 femicidas tenían dictada medida cautelar de prevención. Lo que lleva a seguir reclamado las tobilleras electrócnicas para los agresores y una mayor acción de la Justicia.
Como Susana Cáceres, una de las últimas víctimas 22 de ellas tenían indicio de abuso sexual. Siete víctimas eran mujer trans, 20 víctimas eran migrantes y cuatro víctimas eran de pueblos originarios
Son ocho víctimas en presunción de prostitución o trata y diez estaban embarazadas.
El lugar que debería ser el más seguro es una trampa mortal: 101 de los femicidios se cometieron en la casa de la víctima y 75 vivienda compartida.
Otro de los datos que se repite, al igual que el caso de Cañuelas en el que un hombre mató a su ex pareja, su hijastro, hirió a su hijo y después se quitó la vida, 46 femicidas se suicidaron.