** En la audiencia de ayer del juicio oral donde se juzga a los ocho jóvenes imputados por el crimen, siete testigos peritos prestaron declaración, destacándose los testimonios del médico autopsiante, de la profesional emergentologa que acudió en la ambulancia al lugar del hecho, como también el de un funcionario judicial especialista en identificación de personas, ropa y calzado**
Se concretó ayer en la Sala de Audiencias del edificio de Tribunales la sexta jornada del juicio oral donde son juzgado los ocho jóvenes zarateños imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa, primera audiencia desde el inicio del debate en que se escucharon testimonios de distintos peritos que intervinieron en las actuaciones.
Luego del ingreso de la Dra. Claudia Castro (presidente del Tribunal) y los jueces Dres. Christian Rabaia y Emiliano Lazzari, al tratarse las cuestiones preliminares, de común acuerdo la Fiscalía, el Particular Damnificado y la Defensa desistieron de dos testigos, cuyos testimonios ingresarán por lectura a partir de sus respectivas declaraciones durante la investigación.
Luego ingreso la primera testigo, la Dra. Carolina Giribarli, una médica emergentologa que para la fecha del hecho prestaban servicio en el Hospital de Villa Gesell y que concurrió en la ambulancia ante el llamado de emergencia desde el lugar del crimen.
Dijo la profesional médica que Fernando Báez Sosa estaba inconsciente en la vía pública, “no tenía movimiento respiratorio y no tenía pulso, no presentaba signos vitales”, que le había sido colocado un desfibrilador automático (DEA) y realizado masajes cardíacos, “no registrándose respuestas en el paciente” dijo. Precisó, que el joven presentaba sangre en la cara, nariz y en la boca, relatando la continuidad de las maniobras de resucitación tanto en la ambulancia como ya en el nosocomio, precisando, “una lesión cerebral masiva no tiene recuperación, no hay posibilidad de sobrevida”.
Luego ingresó el Dr. Diego Duarte, perito médico de la Policía Científica de Pinamar y encargado de practicar la operación de autopsia al joven asesinado. Dijo que la autopsia se había realizado en la morgue del hospital de Pinamar, pero que previamente había realizado un examen al cuerpo de la víctima mientras permanecía en el hospital de Villa Gesell, “para tener la visualización de con qué me iba a encontrar en la autopsia” señaló. Agregó tener fotos de esa circunstancia, efectuándose por parte de la Fiscalía y del Particular Damnificado pedido para que fueran exhibidas, oponiéndose terminantemente a ello el Defensor. El Tribunal resolvió rechazar la postura acusadora, dando razón al pedido defensista.
Al testigo que fueron exhibidas fotos de la autopsia y con referencia a ellas fue brindando explicación a los distintos interrogatorios, señalando que el cráneo visto desde el exterior presentaba múltiples hematomas, abundante sangrado, que sobre la mandíbula derecha había una marca que se prolongaba hacia el cuello que se podía relacionar con calzado (zapatilla). Al ser consultado por esta marca, el profesional señaló que era un “traumatismo de alta energía” (fuerte golpe). Luego agregó, que al abrir el cráneo se veía abundante sangrado, muchos hematomas en el tronco cerebral, donde dijo “están las funciones vitales”, que también las había en el cerebelo. Agregó haber constatado también graves lesiones traumáticas en la pleura, el hígado, el bazo e intestino, pero que la causal de muerte era las lesiones y el sangrado en el cráneo, precisando, “esa hemorragia masiva no tenía posibilidad de tratamiento”.
La siguiente testigo fue la Dra. Patricia Liliana Gómez, médica de la Policía Científica y quien constató las lesiones que presentaba los imputados estando alojados en la Comisaría 1° de Villa Gesell, señalando tal cual reflejaban las fotos exhibidas excoriaciones (lesiones en la piel), equimosis y eritemas que presentaban algunos de esos jóvenes, a los que fue identificado.
La cuarta testigo de la jornada fue la Dra. Silvana Di Piero, perito de Policía Científica de la Dirección de Patología Forense, quien explicó la tarea realizada y las conclusiones sobre las muestras recibidas de la autopsia realizada.
El siguiente testigo fue el policía Javier Collova, quien lo hizo por su análisis al video difundido por Infobae, y quien dijo, que en él se “veía a la víctima en el suelo y a los imputados golpeándolo”. También explicó haber visualizado dos videos de la pelea en la calle, y un tercero obtenido de una casa de comidas rápidas donde se veían algunos imputados.
El siguiente testimonio fue de Ramón Alberto Rueda, policía que tuvo a su cargo la tarea de desgravar y analizar un video del interior del local “Le Brique”, que dijo, “muestra a un patovica forcejeando del cuello con un masculino, que con el dedo señala a un muchacho y hace una seña con el índice por debajo del cuello y el mentón”. Esa persona era Máximo Thomsen, pero el testigo no pudo identificar a quien iba dirigida esa seña.
El último testigo de la jornada fue el Dr. Javier Pablo Laborde, secretario del Ministerio Público Fiscal, convocado por la Instrucción de la causa para analizar a partir de su experiencia a los imputados que se veían en distintos videos, identificarlos, también su ropa y calzado, y que ayer realizó esa tarea frente al Tribunal durante una extensa declaración, apoyado con la exhibición de varios videos ordenados cronológicamente, identificando algunos imputados por nombre y apellido, a otros sólo por su vestimenta.
Luego se pasó un cuarto intermedio, a cuyo reinicio se esperaba que también el Dr. Laborde brindará testimonio sobre el análisis de las comunicaciones de los teléfonos celulares incautados a los procesados. Sin embargo, según lo anunció la presidente del Tribunal: “De común acuerdo, las partes acordaron que el testigo continúe mañana (martes)”, habiendo sido desistidos los testigos que aún no declararon este lunes.