En una muy breve audiencia -30 minutos- se concretó ayer la décima jornada del juicio oral por el asesinato de Fernando Báez Sosa, declarando solo tres testigos, ratificando dos de ellos que el joven se encontraba “sin signos vitales” cuando se le hizo maniobras de reanimación en el lugar del hecho.
Sin cuestiones previas a tratar, la audiencia comenzó cuando la Juez Dra. Claudia Castro dio paso al primer testigo, Verónica Oñeda, una Bombero Voluntaria de Villa Gesell con 15 años de antigüedad, quien ante la pregunta del Fiscal Juan Manuel Dávila, relató la capacitación que reciben los Bomberos en primeros auxilios y en RCP, de las guardias rentadas de 24 horas que cumplen en el Cuartel esa ciudad, y puntualmente de su intervención en el hecho que se estaba juzgando, indicando, que el Operador había recibido la llamada de auxilio a las 5:00 horas, que había sonado la sirena, que inmediatamente había salido el móvil hacia un lugar frente al boliche “Le Brique” donde había una persona inconsciente. Agregó, que al llegar unos 5 minutos después dado la cercanía -4 cuadras -, habían bajado y encontrado a una joven mujer haciéndole tareas de RCP a la persona que estaba en el suelo, que le habían pedido que se apartara, le habían colocado el desfibrilador automático (DEA) y comenzado ellos la tarea de reanimación, precisando que no habían encontrado en el joven “signos vitales”. Dijo también, que cuando llegó a la Ambulancia la Médica se había hecho cargo de la situación de emergencia, que ellos habían colaborado en colocar a Báez Sosa sobre la tabla de auxilio, luego en la camilla y ayudado a subirlo a la Ambulancia para su traslado al Hospital.
El segundo testigo fue también otro Bombero, Javier Timoteo, con 25 años de antigüedad, quien dijo ser chofer en los móviles del Cuartel y también de Ambulancias, y cuyo relato fue muy similar al de la anterior testigo, precisando, que el joven cuando procuraban auxiliarlo no presentaba “signos vitales”.
El tercer testigo, Pablo Zapata, vecino de la ciudad de Zárate y convocado por el Particular Damnificado, al ser consultado por la Presidente del Tribunal si conocía o tenía algún tipo de relación con los imputados dijo ser conocido de Blas Cinalli y haber tenido un problema con Lucas Pertossi, refiriendo respecto de éste, un episodio en el cual para evitar ser golpeado debió saltar de una escalera, sufriendo como consecuencia una fractura en la zona platino-tibial. Además, lo señaló como responsable del robo de la moto en que se movilizaba en ese momento, de lo cual dijo haber realizado una denuncia penal (la que se exhibió en una pantalla). Asimismo, manifestó que por un contacto con la madre de Pertossi había sabido que ese rodado se encontraba en su taller.
El Dr. Burlando solicitó entonces que se le exhibiera una foto obtenida del celular de Lucas Pertossi, donde se observaba a personas y una moto de color roja. El testigo dijo entonces en forma terminante: “Esa es la moto que me robaron”.
Es de resaltar, que en un momento de esta declaración el abogado Defensor impugnó el tenor de la misma dado que no tendría relación con el caso en juzgamiento, pero la Dra. Castro lo rechazó de pleno y permitió que siguiera el testigo declarando.
Terminada esta declaración se dio por terminada la jornada, indicando la Dra. Castro el pase a cuarto intermedio hasta el próximo lunes donde se reanudará el juicio.
La opinión del Fiscal respecto de lo sucedido con Luciano Pertossi en la jornada del jueves
Antes de ingresar a la audiencia de ayer el Fiscal Dr. Juan Manuel Dávila efectuó breves declaraciones, definiendo al ser consultado sobre la declaración del imputado Luciano Pertossi en la jornada del jueves, como “una estrategia del defensor”, precisando que el haber declarado “no lo perjudicaba, porque nadie está obligado a declarar en su contra”.
