Crimen de Fernando Báez Sosa
Lo hizo al declarar al comenzar la audiencia de ayer, dio su explicación sobre un controvertido chat y se negó a contestar preguntas de la acusación. Por la Defensa declararon un ingeniero informático, quien señaló irregularidades en la cadena de custodia de los celulares incautados y afirmando que su contenido había sido modificado. También un psicólogo sobre pericias no realizadas a los imputados, y familiares de tres de los acusados
Cuando apenas habían pasado unos minutos del inicio de la audiencia de ayer en el juicio donde se juzgan a los presuntos responsables del crimen de Fernando Báez Sosa, y la Dra. Claudia Castro consultaba a la defensa sobre el primer testigo del día, sorpresivamente el Dr. Hugo Tomei le informó que uno de sus defendidos, Ciro Pertossi, quería declarar.
Tras ocupar la silla de testigos y luego que la presidente del Tribunal le informara que podía ser interrogado que la Fiscalía y el Particular damnificado, Ciro Pertossi pidió que se exhibiera el video más difundido en los medios, tomó el puntero que se le facilitó y dijo «ponga pausa», y señalando una persona manifestó: “Este chico soy yo y esa patada no la hago. Cuando me doy cuenta de que el chico estaba en el piso la frenamos”.
Rápidamente el fiscal Gustavo García le preguntó «¿Por qué freno la patada?”, a lo que Pertossi respondió en forma tajante: «No voy a contestar, ya respondí eso«.
También el imputado se refirió al chat surgido del análisis de su teléfono, donde decía horas después de perpetrado el hecho, “de eso no se habla”, indicando que lo había escrito porque “ya había gente que sabían que nos habíamos peleado, y yo no quería que mis padres se enteren», negándose a partir de ese momento a responder pregunta alguna de la formuladas desde la acusación.
Sin embargo los Fiscales insistieron, se proyectó otro video, el que había grabado su primo Lucas Pertossi, negándose el imputado responder, situación que llevó a la Juez a intervenir y a sugerir que ante la reiterada negativa no prosiguiera el interrogatorio. “Lo que quería decir ya lo dije, no voy a decir nada más” dijo entonces Ciro Pertossi, y regresó a ocupar su silla en el recinto.
Se produjo entonces el ingreso del primero de los testigos de la Defensa convocado para ayer, Pablo Rodríguez Romero, un ingeniero informático forense, que luego de referirse a su currículum lo hizo sobre la pericia realizada de los teléfonos secuestrados a los imputados, mencionando una serie de presuntas irregularidades en la cadena de seguridad y en el manejo de los celulares, afirmando que no había podido «comprobar la integridad de los archivos incorporados a la causa», aseverando que se habían borrado mensajes después del secuestro de los teléfonos.
Los Fiscales le solicitaron entonces que leyera el acta de recepción de esa prueba en el laboratorio de la Policía Federal Argentina, de cuya lectura surgía precisamente que se habían cumplido con todos los parámetros de seguridad.
El testigo, que llamativamente dijo estar nervioso, fue sometido a un intenso interrogatorio por parte de la Fiscalía y el Particular Damnificado, reconociendo no haber corroborado junto con las irregularidades denunciadas que hubiera alteraciones en los mensajes o en las imágenes, dijo, “mi tarea fue analizar archivos. Yo solo veo ceros y unos” de los “hash” (registro de algoritmos de los teléfonos), respuesta que llevó entonces a que el Dr. Burlando le preguntara, si las modificaciones que refería se habían producido sobre el contenido anterior al momento de los secuestros de los teléfonos, contestando el testigo que no, siendo esto precisamente la prueba merituada durante el debate.
Seguidamente y en forma telemática desde la ciudad de Campana declaró Agustín Costa Shaw, un psicólogo clínico que el Dr. Hugo Tomei ofreció como perito de parte respecto de una pericia psicológica y psiquiátrica a los imputados, la que no se realizó porque estos no aceptaron someterse a la misma por falta de “confianza” en el proceso judicial.
El psicólogo refirió a la situación especial en que se encontraba Thomsen en ese momento, de quien dijo “no paraba de llorar”, que hacía permanente referencia a la situación de la madre porque se sentía culpable por su situación de salud, y manifestando que no iba a realizar la pericia porque ésta se iba hacer pública.
Señaló también que los restantes imputados tampoco habían accedido a realizar la pericia, y ante preguntas de la Fiscalía precisó, que esto había ocurrido después que Thomsen se negara a realizar la suya. El Dr. Dávila le solicitó entonces que leyera el acta labrada en ese momento, señalándole que las apreciaciones que había formulado como testigo en ningún momento habían quedado volcadas en ese documento judicial.
A continuación ingresaron como testigos de la Defensa familiares de los imputados. El primero en hacerlo fue Mauro Pertossi, padre de Ciro y Luciano, tío de Lucas Pertossi y de Blas Cinalli (que además es su ahijado). Luego Eduardo Benicelli, padre de Matías; y seguidamente María Alejandra Guillén, madre de Enzo Comelli, cuyos relatos se refirieron al estudio de sus hijos, a que trabajaron para poder gozar de las vacaciones en Villa Gesell; de la situación particular que les toca vivir luego de lo sucedido, con pérdida de empleo, amenazas y acoso por parte de los medios, declaraciones todas que llevaron al Particular Damnificado a expresar después del cierre de la jornada: “vinieron a victimizarse”.
La audiencia de hoy
La Defensa ha convocado para el día de hoy a peritos médicos, quienes, según lo trascendido en su informe sostendrían la teoría de que la muerte de Fernando Báez Sosa habría sido producto de las maniobras de reanimación que se le practicó en el lugar de los hechos.
Con estos testimonios culminará la ronda de testigos y se pasará a la etapa de alegatos, los que se producirían la próxima semana (lunes y martes posiblemente), calculándose que la sentencia se podría dictar en los dos últimos días del mes.