Máximo Thomsen, uno de los condenados ayer a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa, se descompensó en la Sala de Audiencias de la Cámara Penal al escuchar el veredicto y se interrumpió la lectura del fallo. Incluso se dispuso que el joven reciba asistencia médica y que se retire el público del recinto.
Minutos después de las 13.23, los jueces María Claudia Castro, Emiliano Lazzari y Christian Rabaia entendieron en un fallo unánime que Thomsen fue uno de los cinco “coautores” del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.
Si bien los ocho acusados estuvieron de pie en el momento de la lectura de la sentencia, tras escuchar la condena, Thomsen se sentó en su asiento y ya dio síntomas de haberse descompuesto, lo que fue advertido por su madre.
“Esto es todo una mentira, saquen a todos los periodistas, la puta que los parió. Tres años torturándolo, No me importa más nada”, dijo a los gritos Rosalía Zárate, en medio de la sala de audiencias apenas vio a su hijo desvanecerse.