Recientemente los periodistas Mariel Fitz Patrick, Iván Ruiz y Sandra Crucianelli publicaron en Infobae un interesante artículo sobre las reelecciones indefinidas en gobernaciones y municipios, y sobre el por qué los dirigentes se mantienen en el poder.
Al respecto señalan de cómo esos poderes en los procesos electorales se vuelcan a favor de los oficialismos, usufructuando para obtener esos resultados fondos públicos, una fuerte dependencia del empleo público, la compra de voluntades políticas, una difusa división de poderes y prácticas clientelares.
El artículo habla del fenómeno de “Cancha Inclinada” en los procesos electorales, descripto en su momento por el Director del Departamento de Ciencias Políticas y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, el profesor e investigador Carlos Gervasoni, quien haciendo un paralelismo con una competencia de fútbol con condiciones desventajosas para uno de los dos equipos, dice que se beneficia al oficialismo en el poder. “Hay competencia electoral, sí, pero es muy desigual. Hay elecciones, pero no son tan libres ni justas porque el oficialismo tiene ventajas y es imposible que pierda” señala.
Gervasoni sostuvo que estos gobierno provinciales o municipales, generan “una enorme dependencia económica de la población e incluso de los empresarios locales…lo cual hace que nadie quiera oponerse al oficialismo por riesgo a perder el empleo, un contrato o la pauta publicitaria”.
La lectura del artículo de Infobae o los conceptos puntuales de Gervasoni, nos llevó a realizar un mirada sobre lo que viene sucediendo en Dolores desde hace muchos años, las reelecciones indefinidas de Camilo Etchevarren, y de cómo éste haciendo uso del poder político y económico ha generado una preponderante dependencia en el electorado que asegura los resultados, ya sea a través del empleo municipal (alrededor de 850 empleados, un 80 por ciento designado durante su gestión); con las obras públicas que lleva adelante el Municipio y particularmente con quienes resultan contratistas; con la elección de proveedores; con las pautas publicitarias que paga en forma permanente al menos 22 medios de prensa de Dolores y la zona; con un verdadero festival de eximiciones de tributos que propone y favorece a vecinos con disponibilidad económica; o con el uso de la abundante coparticipación que recibe la Municipalidad.
El propio Jefe Comunal en oportunidad de su llegada a la gestión lo sostenía “ahora tenemos todo para quedarnos en la Municipalidad, si nos tenemos que ir es porque algo hacemos mal”.
Por último. Sin dudas que el fenómeno de “Cancha Inclinada” se refleja claramente en las elecciones comunales que se realizan en Dolores, aunque es necesario señalar que, si bien Etchevarren hace uso de ese poder en todas las instancias imaginables no hay duda alguna, que la oposición y gran parte de la comunidad son partícipes a sabiendas de un resultado en cierta manera previsible.