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Inteligencia y Viveza

Federico Sabalette
Federico Sabalette
5 Minutos de lectura

Por el Dr. Héctor Ulises Napolitano

 

Según el diccionario la inteligencia es la facultad de entender, comprender y conocer, es decir hace a lo intelectivo y al conocimiento que se adquiere a través del aprendizaje y la experiencia.

En la inteligencia principalmente prepondera el discernimiento y la reflexión.

El diccionario define a la viveza como prontitud en la acción y la relaciona con la elocuencia al hablar, la gracia de los ojos al mirar y la agudeza de ingenio. También con las acciones poco pensadas y las palabras sin reflexión.

Podemos decir en tal sentido que la viveza se expresa por medio de una rápida acción o reacción frente a una circunstancia inmediata o mediante un pensamiento que surge de repente sin haber sido previamente meditado.

Aun existiendo tales diferencias, no podemos disociar a la viveza de la inteligencia, pues forma parte de ella como manifestación espontánea de una idea que surge o se tiene respecto a algo por hacer o no hacer, en la que juega más la intuición que la reflexión y la impresión como efecto perceptivo que la transmisión receptiva de algún conocimiento.

Cuando se dice que una persona es inteligente se quiere dar a entender que piensa y actúa con conocimiento. Cuando se dice que tiene viveza se pretende aludir a una persona que piensa y actúa con astucia y picardía.

La inteligencia se vincula con el saber, mientras la viveza con las mañas y artimañas.

Se dice que la inteligencia es fría porque es pensante, y la viveza al no ser a veces producto de la reflexión es pura acción.

La inteligencia puede llegar a deslumbrar, la viveza solo impresiona en el momento, de allí que es esencialmente pragmática y oportunista.

Por ejemplo, entre los animales, como modelos de inteligencia se suelen mencionar a algunas aves como los córvidos y a los delfines, y de viveza, entre otros, al zorro y a los felinos.

Otras características que las diferencian, es que la inteligencia es real, demostrable y permanente, y la viveza puede ser aparente y circunstancial.

Cuantas veces decimos que alguien es vivo para algunas cosas y tonto para otras. Además, la inteligencia es un atributo personal que existe por sí misma, incluso en el anonimato cuando no trasciende, en cambio la viveza sin dejar de ser una condición peculiar siempre se manifiesta con relación a los demás, pues busca impresionar o valerse de otro para lograr algún objetivo o propósito, como imponerse, seducir, aprovecharse de una persona u oportunidad, sacar ventaja, etc. De allí la frase que dice “para que exista un vivo tiene que haber un tonto”.

En nuestra vida reina el bien pero también el mal, por lo que tanto la inteligencia como la viveza pueden aplicarse en ambos sentidos y pueden ser reprobadas cuando buscan producir el mal, hablándose en tal sentido de inteligencia siniestra y de viveza aviesa.

Por ejemplo la bomba atómica fue inventada por físicos con elevada inteligencia, como la de Enrico Fermi, J. Robert Oppenheimer, entre otros, excusándose éste último diciendo al respecto: “El programa era técnicamente bueno. Los problemas fueron de tipo militar, político y humano”.

En cuanto a viveza aviesa el mejor ejemplo es nuestra llamada “viveza criolla”, en la que se elogian las actitudes con que se busca aprovecharse de alguien para robarlo, perjudicarlo o para obtener una ventaja indebida. El caso más típico es el denominado “cuento del tío”.

La viveza, en tales casos, resulta ser una parte obscura de la inteligencia que piensa sólo en beneficio propio y a veces sin escrúpulos de perjudicar a los demás.

Además puede ser también, la parte aguda de la inteligencia, que encuentra una inmediata solución a un problema o conflicto que se presenta.

Una reflexión final “la inteligencia luce cuando manifiesta sabiduría. La viveza cuando es perspicacia”.

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