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A 110 años de la llegada al país de la familia Roch sus familiares se reunieron para celebrarlo

Federico Sabalette
Federico Sabalette
6 Minutos de lectura

El pasado sábado 27 de mayo se reunieron en Dolores descendientes de la familia de don Eusebio Roch, un pujante español (aragonés) arribado a nuestro país en 1913, impulsor del comercio que luego dio lugar a la llamada “Villa Roch” en el partido de Tordillo. También fue un exitoso emprendedor, cabeza de la empresa “Eusebio Roch e hijos” dedicada a la explotación ganadera con establecimientos rurales en Tordillo, Castelli, Dolores y Chascomús, muchos de ellos que hoy en manos de nietos continúan con la explotación.

El emprendedor aragonés llegó en febrero de 1913 a la Argentina junto a su esposa Antonia Pardos y dos hijos, José y Cándido, naciendo en nuestro país María Victoria y Eusebio Salvador (Eusebiete), conformando un grupo familiar totalmente dedicado al trabajo.

Don Eusebio llegado al país había trabajado en la fábrica Bagley, pero anoticiado de la búsqueda de gente en nuestra para fabricar carbón de leña en el Monte de Tordillo, se trasladó hacia este lugar junto con la familia, donde además de realizar esa tarea para la que tenía experiencia abrió un pequeño boliche para vender mercadería al resto de los pobladores vecinos.

El ansia de superación lo llevaron a adquirir más tarde un Almacén llamado “La Lechuza”, ubicado en cercanías del Canal 1 en Tordillo, el que rebautizó con el nombre de “El Aragonés”, comercio que con los años se transformó en un Almacén de Ramos Generales de real importancia para la zona tras constituirse la empresa “Eusebio Roch e hijos», que retirado don Eusebio continuó bajo la conducción de sus hijos José y Cándido.

La importancia del Almacén llegó a tal punto, que en épocas de inundación supieron abastecer de harina a comercios de la localidad de Gral. Conesa, trasportando para ello dicha mercadería desde Dolores por el Canal 1 en lanchones o balsas partiendo del puente de la vieja ruta 2.

También se dedicaron al acopio de lana y cueros como de otros productos del campo, ampliando su actividad al campo empresarial ganadero al adquirir establecimientos rurales en Tordillo y Dolores. Y retirado don Eusebio del almacén, sus hijos José y Cándido continuaron a su frente acompañados por sus esposas Elsa Morello y María Gallastegui, dedicados no solo a la venta de mercadería sino ofreciendo comida y alojamiento a los viajeros en aquellos años difíciles transitaban camino La Costa. En “El Aragonés” paraba “La Galera de Dávila”, los vehículos automotores de esta empresa, y posteriormente los micros del “Rio de la Plata” luego que le compraran la concesión a esa familia.

Alejado de la actividad don Eusebio Roch vivió unos años en Mar del Plata, falleciendo en nuestra ciudad el 9 de mayo de 1957, continuando la firma Eusebio Roch e hijos muchos años en actividad, integrada por la señora Antonia P. de Roch, José y Cándido Roch, adquiriendo estos últimos para sumar a la actividad ganadera de la empresa campos en Castelli y Chascomús.

Es de señalar que retirados los hermanos Roch de su actividad comercial en el almacén “El Aragonés” quedó a su frente don José Luis Olivella y su esposa María Victoria Roch, quienes ampliaron la actividad comercial, fundaron la Capilla de “Nuestra Señora de Fátima”, – publicaban un periódico-, y que fueron quienes impusieron el nombre de “Villa Roch” al lugar, que según documentación fue el 12 de octubre de 1952.

El ejemplo de superación de don Eusebio Roch, su esposa e hijos se vio reflejado en sus nietos, algunos de ellos continuando con la actividad ganadera, otros a partir de la educación recibida son juez, abogados, médicos, veterinarios, contadores, psicólogos, fonoaudiólogos, profesionales todos destacados en los ámbitos de su actividad.

Como señalé al principio, los descendientes de don Eusebio Roch se reunieron para recordar el centenario del arribo de la familia al país, encuentro que también contó con la presencia de descendientes de don Federico Gallastegui, un pionero del desarrollo de una basta zona cercana a Dolores a partir de su actividad comercial al frente del Almacén “Sol de Mayo” de su propiedad. Incluso participó del encuentro Luis Miguel Hierro (español) y su hijo argentino, encontrándose precisamente el primero de visita en nuestro país.

Según trascendió la reunión tremendamente emotiva, sirvió para recordar anécdotas de sus antepasados, las vivencias propias de algunos junto a ellos con el devenir de los años, y particularmente para ver como la semilla del trabajo honrado que aquellos plantaron tuvo su fruto en las generaciones de descendientes.

P.G.S.

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