Por el Dr. Héctor Ulises Napolitano
Voy a tratar ambos conceptos en cuanto se refieren a actitudes, independientemente de los demás significados que tienen.
En mi opinión, una cosa es la conformidad que implica aprobar, aceptar, acordar, y otra es la resignación que es entrega, tolerancia, renuncia.
La conformidad se presta por un deseo, interés y conveniencia, mientras la resignación se manifiesta al tolerar una situación adversa o renunciar a un derecho, beneficio, cargo.
Cuando hablamos de conformidad a veces nos referimos a la resignación, pues forma parte de ella ante las adversidades. Es lo que comúnmente llamamos conformismo. El manifestar ¡estoy conforme” no es igual a decir ¡estoy resignado”.
La primera nos sugiere siempre aprobación, satisfacción, y la segunda tolerar una situación no deseada, un dolor una pérdida, una enfermedad.
También se identifican en la expresión que alude al conformarse con lo poco que se tiene o se logró, pues constituye resignarse a las carencias, frustraciones y fracasos.
Sin embargo, la conformidad del resignarse no tiene lugar en la renuncia, que precisamente es un acto de disconformidad, (admitir, desistir, dejar, desechar). La renuncia es un acto voluntario, pero en algunos casos no deseado, cuando se trata de beneficios, cargos, empleos.
La conformidad puede ser una expresión de satisfacción por una cosa adquirida o una meta alcanzada. La resignación un sufrimiento que se tolera por algo que se quiere, pero no se puede tener u obtener.
La conformidad complace, la resignación displace, produciendo una carga emocional. La conformidad es siempre por un buen resultado, la resignación por un mal resultado.
En la conformidad se conviene y acuerda, en la resignación alguien se somete sumisamente u obedece (ejemplo los pueblos oprimidos que se resignan a serlo).
La conformidad es siempre voluntaria. La resignación puede ser obligada por las circunstancias.
La conformidad es de momento. La resignación por el dolor de una pérdida puede llegar con el paso del tiempo.
La conformidad suele ser agradecida. La resignación cuando alivia es compasiva.
La disconformidad es la antítesis de la resignación. Sin embargo, puede haber resignación con disconformidad. En tal sentido, he escuchado decir ¡me resigno a vivir como me toca, pero pude haber hecho mucho más!. Como a veces, la disconformidad lleva a la no resignación, y consecuentemente a la desazón y la depresión.
También dependen del estado de ánimo,
Son más propensas a conformarse y resignarse las personas de carácter suave y afable, que aquellas que son renegadas y tienden a amargarse.
En igual sentido, quienes le dan valor a lo simple con relación a los que tienen o han tenido muchas ambiciones. Por ejemplo, algunos se conforman con tener salud y poder comer, y otros siendo millonarios no se resignan a dejar de poseer.
Existen varias expresiones que a ellas se refieren. En la conformidad ¡por suerte!, y en la resignación ¡qué voy a hacer!. En cuanto al esfuerzo puesto en el logro de un objetivo ¡hice lo que debí! en la conformidad, e ¡hice lo que pude”! en la resignación.
Conclusión “a veces se encuentran juntas y en otras van separadas. Conformidades hay pocas, resignaciones hay muchas”.
Reflexión: “la peor conformidad es la que se resigna. La peor resignación es la de bajar los brazos y perder la autoestima”.