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La importancia de las palabras para evitar la estigmatización y la discriminación al hablar sobre salud mental

Federico Sabalette
Federico Sabalette
5 Minutos de lectura

La pasada semana Infobae publicó una interesante nota sobre la importancia de la selección del lenguaje adecuado para describir a las personas con problemas de salud mental, con términos que eviten la estigmatización y promuevan la reinserción social.

Respecto de ello se consignó que un reconocido grupo de expertos en psiquiatría reflexionó sobre cómo comunicar contenidos periodísticos, erradicar mitos y expresarse mejor sobre estas enfermedades, y que entre ellos se encontraba el dolorense Pedro Gargoloff, especialista jerarquizado en Psiquiatría y Psicología Médica.

La información señala que Gargoloff, coordinador de la Mesa de Salud Mental de la Secretaría de Relaciones Institucionales de la Universidad Nacional de La Plata, al ser consultado durante el encuentro manifestó: “si se quiere integrar a los pacientes que tienen un trastorno mental, es necesario entender el enorme poder de las palabras, por lo cual es importante acompañar a los profesionales de la comunicación en su labor de informar”.

Sobre cuales deberían ser la respuesta para modificar las consecuencias del enfoque estigmatizante y discriminatorio con la desinformación sobre salud mental y los trastornos mentales, Gargoloff mencionó tres pilares: educación pública, campañas antiestigma y el adecuado uso del lenguaje en medios de comunicación.

«Si se quiere integrar a los pacientes que tienen un trastorno mental, es necesario entender el enorme poder de las palabras», dijo el doctor Gargoloff. «Si se quiere integrar a los pacientes que tienen un trastorno mental, es necesario entender el enorme poder de las palabras», agregó el médico.

Para poder poner en evidencia la importancia que tienen las palabras, Gargoloff y otros expertos relataron algunos episodios que se difundieron por distintos medios de comunicación e, incluso, en ámbitos públicos de relevancia nacional.

“En una escena de la novela 100 días para enamorarse, de Telefé, la actriz descalifica a su pareja diciéndole ‘sos un esquizofrénico’. Otro ejemplo, en plena sesión de la legislatura porteña, una diputada le dijo a un ministro: ‘¡Usted es un esquizofrénico!’ Ella pretendió descalificarlo, como quien dice cosas sin sentido, estupideces, incoherencias, pero, para colmo de males el ministro le respondió: ‘Me habían dicho muchas cosas feas, pero la verdad que esquizofrénico, nunca’”, detalló Gargoloff.

Con estos ejemplos sobre la mesa, tanto Pedro Gargoloff con los otros expertos que concurrieron al encuentro, resaltaron respecto las noticias, que se debe evitar ilustrar los contenidos sobre salud mental con imágenes que transmitan peligrosidad, sufrimiento, oscuridad y aislamiento social, o que motiven compasión o rechazo, ya que las personas con este tipo de trastornos o enfermedades sufren al ser representadas visualmente de una manera diferente que el resto de la sociedad y acompañadas de una emoción negativa.

Y destacaron, que los términos de la salud mental sólo deben aplicarse para hablar de salud mental, ya que emplearlos para adjetivar situaciones, personas o realidades que no tienen que ver con ese campo es perjudicial y peyorativo para la imagen de quienes tienen diagnosticado algún trastorno de este tipo.

También resaltaron la importancia de consultar con fuentes idóneas antes de informar sobre salud mental, ya que la base de toda comunicación responsable es la búsqueda de información fidedigna. Y entre las recomendaciones que brindaron señalaron, que se aconsejaba decir “persona con esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad, depresión, etc. Comunicar de esta manera permite no definir únicamente a la persona por su condición de salud mental. Etiquetar a un individuo como esquizofrénico, bipolar, psicótico, etc., sustantivando su condición, deja de lado las múltiples facetas propias de cada individuo y lo reduce a una sola de ellas. Es necesario dejar de lado los diagnósticos y etiquetas para poder poner el foco en las múltiples facetas y capacidades de cada persona”.

Otro aspecto importante que advirtieron fue sobre el consumo problemático de sustancias y resaltaron que forma parte de los problemas de salud mental. De igual manera, descartaron el uso de términos como adicto o borracho; ya que reducen a la persona a esa sola condición, con un tinte denigratorio y peyorativo. “El uso de la expresión ‘persona con…’ habilita al despliegue de otras capacidades”, puntualizaron.

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