El Museo Libres del Sur, fundado hace más de ocho décadas y uno de los siete que administra la Provincia de Buenos Aires, ofrece en sus siete hectáreas un parque maravilloso y un casco neocolonial que lo ubican como lugar obligado de visita, tanto por locales como por turistas.
Gastón Baraglia fue designado Director durante la pandemia. En octubre se cumplirán cuatro años del inicio de su gestión, en sus propias palabras “cuatro años de gestión, de laburo, de haberle dado su lugar a cada uno de los chicos que querían venir a trabajar con nosotros, y que nos respondieron de la misma manera. De incorporar una Bibliotecaria y una Historiadora, algo que no había en el Museo. También una chica preparada para hacer visitas guiadas en lengua de señas. Y los chicos que mantienen el parque. Esto no existía cuando asumimos, lo manejaban con dos personas, y a la vista quedó que no alcanzaba”.
¿Qué se le cruzó por la cabeza la primera vez que te propusieron para dirigir el Museo?
Cuando ganamos las Elecciones en 2019 en la provincia Juan Pablo me eligió para que esté acá y me dio al principio mucho miedo. El me habló y me aconsejó. Sentía temor de poder responder bien desde acá adentro, porque no sabíamos con lo que nos íbamos a encontrar. Y fue así, era un desastre, un lío detrás de otro, pero lo pudimos corregir a fuerza de muchísimo trabajo, siempre con el apoyo de Juan Pablo que aún no era Intendente, del Instituto Cultural que jamás me dicen que “no” a lo que solicito y gestiono. Eso nos llevó a poder presentar el Museo y el parque como están hoy, hermosos.
Se recuperaron espacios muy significativos, como una Sala para la Galera de Dávila, la Biblioteca… ¿cómo fue eso?
La Galera de Dávila es la mimada de este Museo, y estaba en un lugar hecho pedazos, donde no le correspondía, con la Sala despintada sin un techo decente. Gestionando todos los días ante el Instituto, ellos invirtieron en una Sala que quedó fantástica. El día de la inauguración estuvo la familia Dávila, autoridades del Instituto, el Dr. Alfredo Meckievi, clave en la recuperación de la Galera cuando fue Intendente y Tomás Battistessa que fue parte de esa recuperación. Es la Sala que dejamos siempre para último en el recorrido, después de haber mostrado lo anterior, la frutilla del postre. Y la Sala por supuesto, se denomina “Sala Galera de Dávila”.
¿Y la Biblioteca?
Fueron dos logros ahí, la Biblioteca y la Bibliotecaria, Sol Álvarez, que si no estuviera trabajando allí no veríamos ninguna de las cosas que hoy vemos en el lugar. Cuando asumimos el lugar era un depósito de máquinas y materiales, eso era la Biblioteca que recibimos. Ordenamos un poco y la vino a conocer Florencia Saintout, la Presidenta del Instituto Cultural. La recorrió y quedó encantada del lugar y lo que había. Me preguntó “¿tenés Bibliotecaria?”, le respondí que no, y me dijo “bueno, desde mañana va a haber una Bibliotecaria”. Y empezó a trabajar Sol, de manera impecable, hallando cosas valiosas que estaban abandonadas: por ejemplo el documento original de Juan B. Selva tirado en un galpón, boca abajo y en el agua. Esas cosas nos pasaban cuando asumimos, nos daba vergüenza que la gente viera esto. Hoy nos enorgullece que la gente la visite, no solo está ella preparada como Bibliotecaria sino que nosotros nos preparamos para tener el lugar como lo tenemos.
Se nota un lindo vínculo con la gente en redes sociales.
Sí, tanto el Museo como la Biblioteca “Hipólito del Blanco” tienen redes propias que están vinculadas compartiendo todo el tiempo. Cuando se publican cosas sobre la Biblioteca en redes la gente viene y lo primero que hace es preguntar por la Biblioteca. Historiadores locales, estudiantes, también me preguntan por cosas que hay en ese lugar y que han visto a través de redes sociales. Jugamos mucho con eso, y estamos preparados para cuando viene la gente, demostrarles que eso que se publica existe y está acá bien resguardado.
¿Cómo están con las Salas y el Patrimonio?
Armando un expediente con lo que hay y lo que no actualizado. Las chicas que trabajan acá me están dando una mano para elaborarlo. Estamos bien. En el sector de Salas hay algún tema con techos y eso, la semana pasada estuvieron dos arquitectos del Instituto Cultural tomando fotos y revisando, junto con una empresa, para definir qué reparaciones hay que hacer. Es un edificio de más de 80 años y hay que mantenerlo siempre. En un par de meses o antes van a estar trabajando en eso.
¿Y el parque?
Este parque fue lo primero que abordamos para demostrar que las cosas se iban a hacer bien y a conciencia. Cuando asumimos había habido un desfasaje de unos 4 o 5 meses desde que dejó la anterior gestión. Eran dos parqueros de 50 y pico y 60 y pico de años, con dos motoguadañas, para mantener siete hectáreas… algo irrisorio. Nos pusimos en contacto con el Instituto para pedirle un tractor, y lo mandaron a los dos meses; hacía años que no había un tractor propio en el Museo. Hoy hay tres pibes que laburan con muchas ganas durante la semana para que el parque se vea como ahora. El objetivo que me tracé ni bien entré fue emprolijar el parque y seguir con lo demás después, pero que se vea bien desde afuera y, y quedó perfecto. Hoy en día todo está muy bien.
¿Cómo fueron trabajando la incorporación de lugares de referencia dentro del parque?
Con cada uno de los colectivos y las Instituciones. Logramos que se autorice vía Instituto Cultural, por la provincia de Buenos Aires, la creación de la Plazoleta José de San Martín. Hasta entonces éramos el único de los 135 municipios bonaerenses que no teníamos una plaza o plazoleta con el nombre del Padre de la Patria. Hoy esta plazoleta está georreferenciada, si ponés en el GPS te trae hasta el lugar acá en el Museo. Nos dieron una mano grande desde la Asociación Sanmartiniana de Dolores. Y a los chicos de Malvinas les debemos mucho más que lo que hicimos, pero es algo simbólicamente fuerte. Juan Manuel Alday, un amigo, me sugirió poner la distancia a la que estábamos de las islas, y así se hizo, junto a un árbol que tiene una gran historia también. Lo mismo con el colectivo femenino interviniendo otro banco. Estamos siempre dispuestos para estas cosas.
¿Y el Proyecto Juntos?
Muy bien, ellos están trabajando hace tiempo coordinados por Joaquín Eyherabide, padres y acompañantes terapéuticos, en este proyecto para chicos y jóvenes con discapacidad. Les dimos una Sala, la provincia donó sillas, mesas, placard, y hace unos días estuvieron el Intendente Juan Pablo García y el jefe de IOMA Dolores Víctor Casanovas, entregándoles una cocina y una heladera. Pibes con discapacidad que terminaban la Escuela y no tenían donde proseguir con actividades, que no tenían lugar, hoy son parte de nuestro Museo. Nos conocen por nuestros nombres y nosotros también a ellos.
¿Qué actividades habrá en el Museo?
El próximo domingo 29 de septiembre hacemos un evento muy grande donde actuarán cada uno de los grupos que integran el “Ballet Renacer”, también el conjunto “Machacos” con la voz de Juliana Gabotto. Y habrá un encuentro de perritos salchicha (el nombre original de la raza es dachshund) donde hay ya más de 90 familias anotadas con su mascota. Estarán los chicos del Proyecto Juntos por supuesto, que tienen a la venta macetas que fabrican.
¿Sigue abierta la Sala de Ciencias Naturales?
Sí, al menos hasta octubre estará vigente la exposición que hay dentro. Era uno de los proyectos que nos propusimos desde el comienzo. No es una Sala fija sino itinerante, pero con la exposición actual temporaria hemos recibido ya a la mayoría de las instituciones educativas de nuestra ciudad. Las chicas que trabajan acá estuvieron meses limpiando y poniendo en condiciones todo el material que está exhibido, un trabajo increíble, a pulmón y con propios recursos.
¿El Museo sigue abierto en los horarios tradicionales?
Siempre, de miércoles a domingos de 10 a 16 hs., horario corrido, excepto los feriados que está cerrado.