Por el Dr. Héctor Ulises Napolitano
Se define a la tecnología de modo escueto como la ciencia aplicada hacia determinados fines. Es decir, que no es otra cosa que la ciencia en sentido empírico y en busca de resultados concretos.
De manera más amplia se dice de ella que es “la aplicación de los conocimientos, métodos o instrumentos de la ciencia para propósitos prácticos como los de la industria, el comercio, la medicina, etc.
Se basa especialmente en la aplicación de las ciencias naturales como la Física, la Química, la Biología, la Astronomía, entre otras.
Fue consecuencia de los conocimientos a partir de los descubrimientos e inventos como el fuego y la rueda hasta llegar a la computadora y la robótica.
Va desde lo industrial en la producción de bienes y servicios a la investigación científica.
La tecnología ha marcado así la evolución del conocimiento humano. De allí que es equivocado decir que la era actual es de la tecnología, cuando ella parte desde los más primitivos descubrimientos hasta el presente. Sí, en cambio, denominar estos tiempos como de avance tecnológico, que será mayor aún en el futuro.
También es acertado señalar como un hito de dicho avance la Revolución Industrial que consistió en una serie de fenómenos de industrialización y comercialización aceleradas que se inicia en Gran Bretaña en la segunda mitad del siglo XVIII, apareciendo la máquina de vapor, la lanzadera mecánica, la hiladora de algodón, llegando en su evolución a cinco grandes frentes considerados clásicos de la tecnología, como la industria del papel, del vidrio, la textil, de la madera y del hierro, y posteriormente la del plástico, la mecánica y la electrónica.
El siglo pasado fue el de las comunicaciones (radiofonía, televisión, satélite, cable, telefonía celular), de la informática (computadora, internet), en el transporte el automóvil y el avión, llegando también el colectivo, el camión, el tren subterráneo y en lo marítimo los transatlánticos y cruceros, lográndose en materia astronáutica arribar a la luna, concretándose así un hito en lo que se denominó la era espacial.
Los avances en medicina han sido extraordinarios con los descubrimientos de los grupos sanguíneos, la insulina y el interferón, más las vacunas, los antibióticos y el láser, la farmacopea con millares de novedosos medicamentos, y en materia de diagnóstico desde la radiografía a la ecografía, la endoscopia, la tomografía axial computarizada, la centellografía, la resonancia magnética nuclear, el tomógrafo de emisión de protones, etc.
Así como los avances tecnológicos sirven para producir bienes en mayor cantidad y mejor calidad, facilitar el trabajo y las tareas haciéndolas más rápidas y eficaces, y brindando confort y comodidad en sus usos y servicios, como también pronosticar y prevenir enfermedades, logrando prolongar las expectativas de vida; también en materia bélica ha incidido en la sofisticación armamentística pasando del fusil al misil, del cañón desde los barcos al combate a través de submarinos, de la guerra por tierra y mar a la aérea por medio de aviones, satélites y drones.
La fisión del átomo lograda por el físico italiano Enrico Fermi fue un importante avance para la ciencia y la tecnología, pues dio inicio a la era nuclear, que usada con fines pacíficos es de gran utilidad en materia energética industrial e incluso en terapias curativas, pero también fue el caldo de cultivo para la fabricación de la bomba atómica a partir del descubrimiento del plutonio, como además de armas nucleares de destrucción masiva.
Es decir, la tecnología en sus dos facetas, de mejoramiento de la calidad y la prolongación de la vida, y el de autodestrucción poniendo en peligro y riesgo la existencia humana en el planeta.
El de comunicarse globalmente a informarse a través de las redes a partir de internet, pero también con la posibilidad de ser víctimas de ciberdelitos.
Hoy está en boga la llamada “inteligencia artificial” que es parte de la informática, y cuya finalidad es brindar datos precisos y certeros, que según algunos opinan son superiores en cuanto a infalibilidad a los que pueden dar la inteligencia natural del humano.
El peligro que puede resultar su preeminencia es el desplazamiento y el reemplazo de la inteligencia humana, aunque otros sostienen que ello no va a ocurrir, ya que puede ser perfectamente controlada.
Su evolución en el futuro es impredecible. Lo que en la actualidad es fantasía y ficción puede convertirse en realidad.
Mi conclusión, “la tecnología ha constituido un alto avance, pero ha originado enormes desigualdades que marcan el desarrollo y el subdesarrollo, brecha cada más grande entre los que se favorecen de ella y los que viven en la miseria y se mueren de hambre.
La tecnología no es el problema, sino la manera inequitativa, egoísta y mezquinamente utilitaria de aquellos que la crean y detentan, originando en los muchos que no están a su alcance necesidades vitales e imperiosas que no satisfacen.
La transferencia y cooperación tecnológica de los países desarrollados a los subdesarrollados es una expresión convencional más de la protocolar diplomacia.
La tecnología es un factor de poder minoritario que enriquece en el mundo a un reducido círculo de empresarios que son los más grandes millonarios (Jeff Bezos, Elon Musk, Larry Page, Steve Ballmer, Bill Gates, entre otros).
El dilema que hoy plantea la tecnología hacia adelante es en qué y cómo se aplicará y a quienes va a beneficiar.29