Ad imageAd image

¿Qué es el Poder?

Federico Sabalette
Federico Sabalette
6 Minutos de lectura

Por el Dr. Héctor Ulises Napolitano.

 

El diccionario menciona como características del poder a sinónimos como imperio, dominio, facultad, capacidad, posibilidad, fuerza, vigor.

Cuando hablamos de poder lo vinculamos inmediatamente al político, porque en él se centra el poder constituido y gubernamental, sin reparar y advertir que dicha palabra puede tener otros significados distintos, como por ejemplo el de las posibilidades, es decir las situaciones, circunstancias y oportunidades que se le brindan a una persona o evalúa tener para satisfacer una necesidad o deseo u obtener un logro o resultado esperado en un emprendimiento u objetivo que se propone. De allí las comunes y muy reiteradas expresiones de “puedo” o “no está dentro de mis posibilidades”.

También solemos referirnos al poder de atracción, seducción persuasión, convencimiento, y del que surge del amor propio y la autoestima como el ¡yo voy a poder hacerlo, conseguirlo, conquistarlo, vencer!.

El poder en dichos casos consiste en una capacidad que se tiene o se cree tener, sirviendo como estímulo propio como de los demás en el ¡tú puedes!.

La convicción íntima de obtener un resultado deseado, es el mayor factor de poder individual que demuestra una persona para movilizar su voluntad y poner en marcha su acción dirigida a tal finalidad.

De allí que el poder de convicción, en mi opinión, sea el más poderoso de todos los poderes, aún mayor a la capacidad, porque a veces el querer de la actitud suele suplir a alguna insuficiencia en la aptitud.

Cuando el diccionario indica como rasgos de poder a la fuerza y el vigor, no sólo se refiere al aspecto físico sino también anímico y emocional.

Precisamente cuando hablamos de poder de superación nos estamos refiriendo al estado de ánimo tenaz que se demuestra en la constancia, la perseverancia y la resiliencia.

La libertad como facultad y la conciencia como capacidad de discernir lo bueno o lo malo, el hacer o el no hacer, son dos valiosos poderes con que cuenta una persona para obrar y saber cómo y en qué sentido.

Sin libertad de decidir no existe el poder de la voluntad, y sin conciencia tampoco el poder de dirigir las acciones hacia un objetivo o finalidad. Sin ellos dos no se puede aspirar a realizar y concretar otros poderes externos y deseados según las pretensiones de cada uno (políticos, económicos, sociales).

Lo cierto es, que existen muchos poderes en la semántica del lenguaje, pero pocos poderosos ya por carencias intelectuales, falta de oportunidades educativas, necesidades económicas, y ausencia en las posibilidades de ascenso social.

Las desigualdades son las que hacen que sea el poder, tal cual es corrientemente concebido, un privilegio selectivo de pocos.

La igualdad de oportunidades pasa a ser un principio dogmáticamente teórico que no se condice con la realidad.

La igualdad en el imperio de la ley tampoco se cumple, pues ésta es hecha por quienes ejercen un poder delegado por elección popular, que en varios casos beneficia a los poderosos y no a los muchos que esperan a través de ella derechos que no tiene y protecciones que por estar ausentes demandan y reclaman.

El dinero como recurso económico esencial para la subsistencia, el progreso y el bienestar determina en orden a las posibilidades que otorga su obtención y posesión las diferencias entre quienes tienen poder porque pueden lograr y satisfacer tales objetivos de aquellos que carecen de poder porque no pueden cumplirlos y en varios casos no se los escucha al exigirlo.

Es por tal causa, que en varias personas el poder de ser libre como facultad no se ejerza, por acostumbrarse y resignarse a no serlo, y el poder de sus conciencias como capacidad de pensar y entender desestime toda aptitud propia para mejorar y superarse, y a veces se desvíe hacia el mal y lo prohibido para lograrlo.

Pero ¿qué es el poder?.

Se lo puede graficar en la figura geométrica de una pirámide desde la base hasta su vértice superior en el que imaginariamente estaría situado el poder del gobierno y del Estado.

La pregunta es ¿si no existiera la base se completaría la forma de la pirámide?. La respuesta es no.

Es decir, una cúspide existe y se mantiene porque tiene como sustentación un punto de apoyo.

El poder político es igual porque depende del consenso popular.

Tal demostración surge de la historia mediante alternancias en los gobiernos, cambios de sistemas y regímenes institucionales, revoluciones, derrocamientos de tiranías, etc.

Lo que implica que el poder originario y soberano es del pueblo, y el poder político gubernamental es una delegación de él.

También influye en lo económico, porque el capital solo es insuficiente sin el aporte del otro factor productivo que es el trabajo, y además al contar con otro poder esencial que es el de la demanda y el consumo de bienes y servicios.

No hay producción ni hay mercado sin consumidores y usuarios.

“Cuando el poder es de unos pocos es porque la mayoría renuncia por resignarse a no ejercerlo”.

Share This Article
Deja un comentario
error: Si desea compartir esta nota utilice los íconos que aparecen en la página. Muchas Gracias. Copyright © www.compromisodiario.com.ar