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Mintcho Garramone: “tengo un amor muy grande por el lugar que me vio nacer y me vio partir. Ojalá nos volvamos a ver pronto”

Federico Sabalette
Federico Sabalette
11 Minutos de lectura

Sus arreglos de bandoneón y mandolina suenan en “Wachita”, corte difusión del último trabajo de Branda Asnicar. El mes pasado fue telonero del gran violinista armenio Ara Malikian en el Gran Rex. Es Maestro de Chi Kung. Hace meses anduvo de gira por Italia con su banda “Solo set que no se nada”. Tiene siempre presente a su Dolores natal y jamás deja de aprender. Charlamos con él de música y de vida.

Al iniciarla Mintcho lo hacía reflexionando: “Cada día me gusta más el silencio, estoy enamorado del silencio. Trabajo Chi Kung, una disciplina que es como una especie de meditación en movimiento, donde respiras muy lento y los movimientos siguen ese ritmo de la respiración”.

 

  • ¿Cómo resumiría este año en lo personal?

Digamos que 2024 ha sido un año raro en lo general. En lo personal siempre me las ingenio para no aburrirme nunca y estar permanentemente trabajando y estudiando todos los días: componiendo, estudiando instrumentos nuevos como el bandoneón (que vino de la mano de “Pocho” Suárez gracias a mi hermano Mincho), la armónica cromática (que la compre hace un año), cantando cada vez más, escribiendo letras y canciones, cazando melodías por los lugares donde voy pasando. Sigo con mi cuarteto, también armé un dúo de Bandoneón y Mandolina con mi ex Profesor de Bandoneón Julio Coviello, y estuve tocando más con mi banda “Solo set que no se nada”, con el cual me fui de gira el año pasado a Italia y metí 20 shows en un mes. Este año no viajé al exterior (viajó en el 2023), pero para mí la vida es un viaje en sí, un viaje por día, agradecido de tener salud, una compañera maravillosa como es Paula, y una perrita llamada “Samba” que nos alegra cada día. Además de la música soy Profesor de “Chi Kung” (que es parte de la “medicina china”, sería el padre del “Tai Chi”), lo practico y doy clases por zoom todos los días desde hace ya dos años (pueden buscarme como @mintchikung en Instagram).

 

  • ¿Cómo fue trabajar en el disco de Brenda Asnicar?

La conocí hace varios años, y grabé algunas cosas para un disco de ella en 2019. Pasó el tiempo y el año pasado ella grabo mi tema “Mariposa” (compuesto para mi querido viejo Américo) que está por salir en cualquier momento, y de casualidad en 2023 nos encontramos en Italia, me invitó a cantar ese tema para 5.000 personas en un lugar maravilloso, en Paestum, y fue maravilloso. Hace más de un mes, justo un día después de tocar en el Gran Rex me llama muy temprano a la mañana y me dice: “me tenés que salvar Mintcho querido” … y me contó que necesitaba que le grabara un bandoneón urgente, porque ese mismo día tenía que entregar un tema que compuso con un italiano que compone para el Festival de San Remo. El problema era que yo estaba con una luxación en el ligamento del hombro derecho y había tocado en el Teatro Gran Rex infiltrado. No podía ni levantar el Bandoneón, pero le pedí a Paula que lo levantara por mí, me senté, lo puse sobre mis piernas, acomode el micrófono, puse REC y lo grabé con mucho esfuerzo y dolor. Ya que estaba, me pareció que podía quedar lindo una Mandolina, y grabe una Mandolina también. Lo mande a Italia, después lo mandaron a New York, y a las pocas horas de ese mismo día estaba terminado el tema “Wachita” que ya está en todas las plataformas.

 

  • ¿Y la experiencia de tocar en la velada de Ara Malikian?

Eso estuvo buenísimo. Yo ya había tocado Acordeón en el Teatro Gran Rex como invitado de Cindy Lauper, y varias veces como invitado de mi amigo Kevin Johansen, pero esta era mi primera vez solo con mi “Solo set que no se nada”: con mi guitarra bahiana, un IPad y cantando. Me invitaron para abrir el Show de Ara Malikian, un gran violinista Armenio radicado en España, y fue maravilloso estar solo frente a ese público, cantando mis temas, saliendo a tocar entre la gente como lo hace siempre mi personaje “El Loco del Wireless”, y dejándole el escenario calentito a la estrella mundial del Violín. Pude hablar poco con él, porque no para de tocar nunca. Esta vez no tocamos juntos, pero quien sabe en otra oportunidad podamos tocar algo juntos ya que el Violín y mi “Guitarra Bahiana” tienen la misma afinación y registro (do-sol-re-la-mi). Lo único raro fue que me caí en la calle un día antes de tocar y me jodí un hombro, pero le puse huevos, jugué infiltrado y toqué en ese escenario como si estuviera en el patio de la casa de mis viejos.

 

  • ¿Qué música está escuchando? ¿Qué escucha un músico que ha incursionado en tantas vertientes?

No escucho música, cada día me gusta más el silencio, estoy enamorado del silencio. Trabajo esta disciplina china que te comentaba. Que es como una especie de meditación en movimiento, donde respiras muuuy… lento y los movimientos siguen ese ritmo de la respiración. El silencio es muy importante para esta práctica, y hoy hay tanta información de sobra en los celulares, TV, radios, que prefiero no apretar ningún botón para escuchar música y dedicarle ese tiempo a tocar, a componer, a cantar, o a quedarme en silencio sentado en un bar viendo la vida pasar. He escuchado mucha música y no creo que nadie invente algo mejor o más lindo de lo que ya escuché. Se que hay cosas lindas nuevas sonando en todo el mundo, pero prefiero perdérmelas y si algún día las quiero escuchar sé que van a estar a mano siempre. Hace poco me vi un show viejísimo de Rush en YouTube (lo tenía en VHS) y recordé el empujón que fue esa banda en mis inicios de bajista para ser hoy el músico que soy. Pero es una escucha más nostálgica y romántica, como la música brasilera que al instante me transporta a mis 15 años vividos en Brasil.

  • Si encontrara al Mintcho adolescente hoy, ¿qué le dirías?

Convivo día a día con ese Mintcho adolescente, lo llevo puesto, vive en mi con la misma energía de mi adolescencia, carga un Bandoneón al hombro y camina 20 cuadras para ir a tomar clases; se sube a una bicicleta y pedalea 15 kilómetros de ida y 15 de vuelta para tomar Clase de Armónica Cromática con otro Profesor; se levanta todos los días a las 7 hs. y tira “Una botella al mar por día” (así se llama un tema nuevo) para mandar mis temas, mis videos y explicarle quien soy alguien que vive en Europa, en Japón, en China, en Brasil, o donde sea. Es tirar una botella al mar con una melodía adentro, para que alguien reciba esa botella, me rescate de esta isla llamada Argentina y me invite a tocar, a componer, o a grabar para otros países y otro público. Hablo todos los días con el Mintcho adolescente y le digo “qué bueno que seguimos juntos con la misma fuerza y los mismos sueños del primer día que decidí irme de Dolores y vivir de la música”. Sigo siendo un eterno aprendiz y eso no va a cambiar nunca.

 

  • ¿Hay proyecto o próxima presentación en Dolores?

Hace unos meses me contactaron para un posible Show antes de fin de año, pero todavía no hay nada concretado ni agendado. Ojalá pueda volver a tocar en Dolores, sea donde sea, desde ese “Teatro Unione” maravilloso, un bar, “La Fiesta de la Guitarra”, el Carnaval, en fin… Siempre me gusta volver a mi ciudad natal y darles un poco de alegría a los corazones dolorenses. La Música más allá de ser un divertimento, arte, y un hermoso pasatiempo, también es medicina cuando tocando un instrumento sabemos llegar al alma de quien escucha, emocionar y hacer que ese oyente, esa persona salga de un Show con una transformación buena, ciertamente mejor y más conectado con la vida. He andado por los escenarios de todo el mundo diciendo “soy de Dolores, Argentina”, y tengo un amor muy grande por el lugar que me vio nacer y me vio partir. Ojalá nos volvamos a ver pronto.

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