En nuestra ciudad el sueño de la casa propia terminó siendo una pesadilla para decenas de familias. Detrás de la ilusión de un techo digno se oculta un entramado de posibles estafas, favores políticos y complicidades que tiene como protagonista al exintendente Camilo Etchevarren. Las denuncias acumuladas en la OMIC (Oficina Municipal de Información al Consumidor) revelan la magnitud de una maniobra que dejó a muchos vecinos sin dinero, sin vivienda y sin respuestas.
Un engaño masivo
Según información confirmada, al menos cinco Empresas de Viviendas prefabricadas han sido denunciadas por incumplimientos en la entrega de unidades habitacionales adquiridas bajo los planes impulsados, o al menos promocionados, por la Gestión de Etchevarren. La etapa conciliatoria ante la OMIC ya ha concluido, y aunque en muchos casos las Empresas firmaron acuerdos para devolver el dinero a los compradores, dejaron abruptamente de cumplirlos.
“Estamos viendo cómo se repite un patrón de incumplimientos, con cientos de miles de pesos perdidos por personas que confiaron en una promesa oficial y terminaron estafadas”, aseguró un funcionario de municipal a Diario Compromiso.
Las historias se multiplican. Familias que vendieron lo poco que tenían para acceder a su casa. Personas mayores que confiaron sus ahorros de toda la vida. Padres y madres solos con hijos pequeños. Todos con algo en común: fueron engañados.
La responsabilidad política
Aunque las Empresas fueron las responsables directas de no cumplir con los contratos, el papel de Camilo Etchevarren en esta trama es cada vez más difícil de desligar. Durante su Gestión, el ex jefe comunal no solo promocionó abiertamente estos Planes Habitacionales, sino que -según surge de muchos testimonios- condicionaba la entrega de terrenos municipales a la contratación de una Empresa específica.
Etchevarren, desde el mismo Municipio, no solo impulsaba junto a las Empresas por él seleccionadas, los planes de viviendas, sino que lo avalaba personalmente con declaraciones públicas -replicadas por la Oficina de Prensa oficial- se comprometía explícitamente a ceder terrenos municipales a quienes ingresaran al Plan y compraran esas viviendas. Estos hechos constituyen una evidencia directa e innegable del vínculo y la connivencia del Intendente con los hoy denunciados.
Al respecto contó una vecina damnificada que pidió resguardar su nombre; “en las reuniones informativas nos decía que había un Convenio con las Empresas, que por eso teníamos que contratarla. Lo presentaban como algo oficial, como parte del Plan del Municipio. Nos decían que era seguro”. Sin embargo, esos supuestos Convenios nunca existieron.
De hecho, tras la salida de Etchevarren del gobierno en diciembre de 2023, toda la información sobre estos Planes fue borrada de las computadoras municipales. Una maniobra que, para muchos, revela una clara intención de encubrimiento, y que debería investigarse con profundidad. “No hay un solo Expediente, una Resolución, un documento que dé respaldo legal a lo que decía Etchevarren. Fue todo de palabra. Pero él hablaba como funcionario. Y eso generó confianza”, apuntan muchos de los damnificados.
Legalmente, eso podría eximir al Municipio de responsabilidad directa. Pero no así al exintendente, quien podría enfrentar acciones legales personales si alguna de las víctimas decide avanzar judicialmente.
Una estafa con nombres y beneficiarios
La bronca en los damnificados creciente. “Etchevarren les entregó casas a sus amigos, a sus conocidos, mientras que el resto fuimos estafados”, dicen, la sensación de injusticia es total.
En uno de los casos más emblemáticos, una Empresa imputada en una investigación administrativa recibió el dinero de una persona vulnerable tras la intervención directa de Etchevarren. El hombre entregó sus ahorros, convencido por la supuesta garantía del exintendente. La casa nunca llegó. La debían entregar en 90 días, a cuatro años de la compra sólo existe la platea donde se la debía construir. Lo dejaron con una promesa vacía. “Me aseguró el Intendente que todo estaba arreglado. Ahora no tengo nada”, relató con angustia este vecino.
La situación no solo implica una pérdida económica. También hay un daño emocional y moral profundo. La casa propia, para muchos, no es solo una construcción: es estabilidad, dignidad, futuro. Y todo eso se derrumbó.
Lo que sigue
Desde la OMIC se supo que seguirán trabajando y que ya se están armando Expedientes para elevar a instancias superiores. A nivel local, la nueva Gestión busca recuperar información, revisar los Convenios y permisos otorgados durante los últimos años de Etchevarren.
A pesar del silencio del exintendente, la presión crece. La comunidad pide explicaciones. Algunos exigen justicia. Otros simplemente quieren recuperar lo que perdieron.
“No podemos naturalizar que se juegue así con la necesidad de la gente. Esta no es una cuestión política. Es una cuestión humana. Hay vecinos arruinados por esto. Y alguien tiene que hacerse cargo”, expresaron damnificados que procuran organizarse en las redes y movilizaciones.
El caso está lejos de cerrarse. Y mientras se acumulan los relatos de desesperanza, también crece una conciencia colectiva: que la vivienda no es un negocio ni una promesa electoral. Es un derecho. Y en Dolores, ese derecho fue pisoteado.