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Se percibe en Dolores la existencia de una campaña electoral enrarecida

Federico Sabalette
Federico Sabalette
5 Minutos de lectura

Sin dudas ha quedado muy lejos en el tiempo aquellos años donde la campaña electoral se disputaba prácticamente en las calles de la ciudad, donde cada espacio posible era el lugar para pegar con engrudo la cartelería partidaria o con cal se pintaban consignas o propuestas en el suelo.

Hoy a través de internet o por las redes sociales los candidatos hacen conocer las bondades de sus propuestas electorales, en algunos casos con ideas de gobierno y en otros con anuncios puntuales de obras o iniciativas a llevar adelante si logran el objetivo.

Pero más allá de esto la actual campaña electoral en Dolores muestra un clima distinto, enrarecido como hace mucho tiempo no se advertía, más allá que los candidatos pese a irse adecuando a las nuevas circunstancias mantienen aún reuniones partidarias con comida y hasta realizan algunas caminatas por la ciudad con cierta reminiscencia de peregrinación.

Sobre todo, y quizás ante unas posibles elecciones más reñidas que las anteriores, sobresalen los permanentes anuncios de propuestas que nacen de los distintos partidos, frentes o alianzas, mensajes sobreabundantes que en cierta manera le resulta al dolorense difícil de asimilar y que solo superan con el contacto personal.

No existe dudas que los políticos están siempre atentos a los cambios o las preocupaciones que muestra o demanda la sociedad, y si un tema se vuelve relevante, es probable que comiencen a abordarlo en su discurso y propuestas.

Y este marco y más allá de todo, se percibe un oficialismo distinto a elecciones anteriores, quizás por tener por delante a una oposición sólida pese a presentarse fragmentada, también por la necesidad de consolidar acciones que le permita recuperar espacios electorales, esos que luego de tantos años de gestión pereciera no serle ahora tan fiel a sus intereses.

Las muestras de ello las ha dado Camilo Etchevarren procurando la paternidad de una iniciativa, la Ciudad Universitaria, la que también propone Juan Pablo García como suya, también reuniéndose con Concejales opositores para ofrecerles apoyar sus iniciativas, algo que no hizo en 16 años en el poder y que resulta ahora además de impensado y llamativo.

¿Qué puede haber sucedido? Quizás el dominio del escenario electoral ya no le pertenezca y tenga que disputarlo con iniciativas para convencer al electorado. Etchevarren lo sabe a partir de resultados anteriores -en la elección de 2021perdió 2 Concejales- y de palpar la realidad política de Dolores, como también de conocer que el triunfo en estas elecciones lo debe construir no solo con anuncios.

Por su parte a la oposición se la ve firme en sus objetivos de campaña, en algún caso desarrollándola más disimuladamente que lo habitual, procurando así que la preponderancia de medios con que cuenta el oficialismo -a esta altura visitando por tercera vez domicilios para entregar boletas- no pueda desviar el mensaje puntual al vecino que han estado trasmitiendo.

Pero la campaña ha tenido matice extraños alejados de todo lo antes referido, cosas que desde la recuperación de la Democracia nunca antes se percibieron, que la muestran sin límite con tal de alcanzar el triunfo electoral en Dolores.

Por un lado, se vio a la Policía, quizás inducida, parar e identificar a personas que repartían boletas de un sector político opuesto al que impulsa el Intendente; o conocer de una “denuncia anónima” efectuada en la Fiscalía Federal por compra de votos y retención de DNI por parte del oficialismo.

Si bien lo que se disputa es el poder político del Distrito, entendemos desde lo racional que el “fin no justifica los medios”, que solo la transparencia en los procesos electorales permitirá edificar un futuro consolidado plenamente en Democracia.

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