A comienzos del Siglo XIX, los indios instalados más allá del Río Salado, ejercían un dominio casi absoluto de estas tierras. Los Tehuelches o “Pampas”, tenían distribuidas sus tolderías en esta parte Sur de la Provincia. Su permanencia en estas regiones fértiles se veía favorecida por la aún incipiente organización del Estado, y por la falta de núcleos de población que concentraran fuerzas capaces de imponerse al «Malón”.
Anteriormente a la Fundación de Dolores y en las cercanías de su emplazamiento actual, había algunos núcleos de población constituidos por algunos establecimientos rurales. Los estancieros se exponían por entonces a serios peligros, eran víctimas de esos malones que arrasaban poblaciones, robaban haciendas, mataban a los moradores o los llevaban en cautiverio.
A principio de mayo de 1817 el Congreso –que había dejado de ser “de Tucumán” aunque se lo siguió llamando así-, dictó una trascendental resolución con el fin de extender la línea de fronteras en la provincia de Buenos Aires, a través de la cual se interesaba a nuevos pobladores con la adjudicación en propiedad de los terrenos que ocuparan. Se facultó entonces al Director Supremo del Estado, don Juan Martín de Pueyrredón, a fijar las condiciones para dar cumplimiento a la resolución sobre la base de hacer donación de esas tierras a los pobladores, con el único compromiso por parte de estos de engrosar las fuerzas de la defensa con el fin de protegerse mutuamente contra las depredaciones del salvaje.
Con ese objeto el 17 de agosto de 1817 en el Paraje de Monsalvo se reunían para fundar una población, Don Francisco de Paula Robles, Pedro Antonio Paz, Don Ramón Lara, Leonardo Piedrabuena y Don Antonio González, comprendiendo la convocatoria la elección del lugar, “el sitio donde debía situarse la Capilla, Plaza y demás repartimientos de la población, con sus calles”, dejándose establecido al resolverse que las tierras de Miguel González Salomón eran las más aptas para ello, “con terrenos suficientes para solares para los pobladores, para quintas, ejidos y chacras; lagunas en su inmediación casi permanentes y de buena agua…”.
Esa acta firmada en Monsalvo fue reconocida por nuestro Concejo Deliberante para sancionar en mayo de 1998 la Ordenanza nº 4405, que reconoció al 21 de agosto de 1817 como fecha de Fundación del Pueblo de Dolores, ya que el nuevo poblado era puesto bajo la advocación de la Virgen de Nuestra Señora de los Dolores.