Este viernes en la sede del Rotary Club la Universidad Atlántida Argentina realizará un conversatorio sobre “Droga: la otra pandemia”, que estará cargo del Lic. Claudio Mate, Especialista en políticas públicas para la prevención de la drogadependencia y Secretario de Investigación de la UA entre 2013 y 2016. El encuentro será coordinado por el Delegado Rectoral de la UAA, Dr. Juan Pablo García, siendo moderador el Dr. Alfredo Meckievi, con quien charlamos.
Meckievi decía que el “tema de las adicciones, y puntualmente el de la droga, tiene muchos aspectos. Los tiene vinculados a lo social, a la educación, pero también a la salud, a la economía. Una diversidad de facetas muy grande. Es un problema que no para de crecer.
- – ¿Hay datos estadísticos?
Desde que se están tomando estadísticas, por ejemplo, desde 2008 hasta 2021, el consumo de marihuana creció el 110% en Argentina, el de cocaína 50%, y el de alcohol un 20%. También se marca como ha ido disminuyendo la edad de inicio en el consumo de todas estas drogas, y que lo hacen por medios legales, relacionándolos con actitudes exitosas. Uno prende la tele y el chico más piola, en el mejor vehículo, toma una cerveza, o el cantante o el espectáculo publicitario. Y la verdad es que carecemos de políticas tanto nacionales, provinciales y municipales, que tengan una clara orientación y asistencia a esta problemática, que tienen el campo allanado para avanzar y desarrollarse de las mismas maneras que lo hacen.
- – ¿Qué problemáticas destacan?
Por un lado está la problemática del adicto, que no solo afecta su persona, sino que impacta sobre la familia y el círculo que lo rodea. Un aspecto sanitario no contemplado, porque si uno mira en Dolores, alguien que tiene esta problemática muy poca ayuda puede recibir, no hay lugares de internación, los estatales son absolutamente escasos, casi nulos, y los privados son tremendamente onerosos. Es decir que esa faz está muy complicada. No hay políticas de prevención. Tenes la otra faz, que es la represiva.
- – ¿Sobre esta faz hay estadísticas?
Se han hecho estudios sobre los hechos de violencia, que componente puede tener el victimario con el uso de estupefacientes. No solamente en el delito violento, también en el accidente de trabajo. Las estadísticas en nuestro país marcan que un 27% de las personas que se accidentan en ocasión del trabajo están bajo consumo de estupefacientes. En los accidentes de tránsito, que cuando hay lesiones se toma muestra sanguínea, el 76% esta con los efectos de alguna de todas estas drogas. Y en los hechos de violencia, robos, crímenes, el 79%. Entonces cuando uno ve cada día más hechos inexplicables – siempre un delito es un hecho aberrante -, la desproporción, la actitud ilógica de que por un celular le pegan cuatro tiros a una persona, o por una moto. Toda esa desmesura tiene un componente muy significativo de personas que son adictas, que tienen esta problemática y en consecuencia y desprecio total por la vida, no tienen límites. Y esto trae aparejado vivir en una ciudad cuya violencia es creciente. Nos vamos como inundando casi sin darnos cuenta.
- – ¿Qué reflexión haría?
¿Qué cree cada quién? ¿Que hoy hay más o menos que hace un año? Y que cree cualquiera que hace un año había más o menos que hace 10años, y así sucesivamente. Y vamos a ver como este fenómeno pasó de ser de núcleos reducidos, a estar absolutamente generalizado.
- – ¿Qué sucede con el comercio de las drogas?
Precisamente, la otra trama es la que se sirve del negocio, de la venta, la economía y la corrupción que trae aparejada el desarrollo de esta economía que se estima, moviliza 600 mil millones de dólares. Son estadísticas que debemos tomar con seriedad ya que las hacen organismos que se dedican a pulsar todo esto. Este negocio trae una trama de complicidades y corrupción. Invito a que lean el suplemento de La Nación de este domingo, donde explica el fenómeno de Rosario con una investigación que merece ser leída. Hay metidos del partido socialista, del peronista, del radical… Hay quien pretende sacar con esto una ventaja, pero se trata de un fenómeno donde la ciudad está tomada por el narcotráfico, e involucra estamentos desde el fiscal general, hasta un miembro de la Suprema Corte. Ni hablar de jueces de primera instancia, por supuesto policía y poder político. Toda la estructura del Estado, tomada, infiltrada, por el poder de corrupción de los millones de dólares que se manejan en este negocio. Ni hablar de los puertos, los sindicatos de estibadores, todo lo que implica la cadena. Es muy difícil de doblegar cuando toma dimensión que le permite estar mirando para otro lado.
- – Esta charla del viernes, ¿es una manera de conocer más el problema y sumar para tratarlo?
Hay que dejar justamente de mirar para otro lado y tomar conciencia de lo que esto implica. Nos parece una buena oportunidad que una persona muy formada y comprometida con el estudio de todos estos temas, haya accedido a participar con nosotros en esta charla que mañana viernes 4 de noviembre se realizará en la sede de Rotary Club Dolores, en calle Mitre 175. Hay que entender que la Universidad está siendo un vehículo para que sea aprovechado por una comunidad. Esa comunidad tiene que estar deseosa de usar estas posibilidades que de otra manera no se obtendrían, que es tomar conciencia y conocer con más profundidad esta problemática que lamentablemente la tenemos también instalada en nuestra ciudad.
- – Casi toda familia tiene algún adicto en su entorno.
O eventualmente puede llegar a tenerlo. Porque una vez desatado es muy difícil ver de qué manera enfrentarlo. Y siempre tener mayor conocimiento, mayor sensibilidad, que aspectos hay que mirar, esto puede ayudar. Porque insisto, tiene una faz represiva, está el narcotráfico; pero también es importante saber cuántas actividades comerciales absolutamente licitas y de gente de guante blanco, también forman parte de la cadena del blanqueo del dinero. Proliferan hoteles y restaurantes que no se justifican en tamañas inversiones, sino a los efectos de lavar dinero. Hoy se puede decir que hay “narco soja”, el narcotráfico está invirtiendo en la producción agraria. Parece mentira, pero se ha transformado en un vehículo. Va tomando estamentos de poder donde pone políticos, funcionarios judiciales, y conforma una red que hemos visto como modo de desarrollo en otros países donde esto paso antes. Nos está pasando ahora y es necesario que tratemos de reaccionar, de conocer lo que está sucediendo.