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Declararon Lucas Pertossi y Blas Cinalli, contestando éste último sólo algunas de las preguntas que le formuló la Fiscalía

Federico Sabalette
Federico Sabalette
10 Minutos de lectura

Crimen de Fernando Báez Sosa:

*En la audiencia de ayer, en la que se dio por cerrada la etapa de recepción de pruebas. También declararos dos peritos, quienes criticaron duramente la autopsia realizada y su informe, no ahorrando calificativos al hacerlo quizás desde una postura profesional incomprensible. Las preguntas de la acusación causaron rispideces, más cuando las respuestas de los médicos parecían ser renuentes

 

Se concretó ayer la 13er jornada del juicio oral donde son juzgados los ocho jóvenes oriundos de la localidad de Zárate por su presunta responsabilidad en la muerte de Fernando Báez Sosa, en la que se escucharon los testimonios de dos de los imputados, Lucas Pertossi y Blas Cinalli, contestando este último algunas de las preguntas que le formuló la Fiscalía y respondiendo a otras con el mismo latiguillo que lo hicieron los anteriores acusados que declararon: “no voy a responder sobre otra persona”.

Luego que declararon los dos peritos médicos el abogado defensor informó el Tribunal que Lucas Pertossi quería declarar, quien al hacerlo relató las actividades que habían desarrollado el día previo al hecho, haciendo hincapié -al igual que los anteriores imputados que declararon- en el alcohol consumido, tanto en la playa, en la previa a la que habían concurrido, como también en el boliche bailable.

Esta mención reiterada del alcohol que hicieron los imputados se mostró como algo previamente hablado con la defensa, quizás para que sirva en el alegato defensista como elemento atenuante de una posible pena.

Pertossi, sin aceptar preguntas ni de la Fiscalía ni del Particular Damnificado, contó su versión de los hechos de aquella madrugada que culminaron con la muerte de Fernando Báez Sosa, contó qué lo había motivado a sacar su celular y filmar, habló de un tumulto de gente, de haber escuchado gritos, de haberse acercado, reconocido a sus amigos y observado cuando uno agarraba del pie a uno de ellos para tirarlo al piso. Dijo que entonces se había acercado, le había dicho que lo soltara y que le había pegado dos patadas, y que como el chico intentaba pararse él se había ido hacia la esquina, relatando todo lo sucedido luego hasta que fueron detenidos por la policía.

Agregó que cuando les dijeron que habían matado un pibe, “se me cayó el mundo”, culminando su exposición manifestando: “estoy muy mal por lo que pasó en ese momento, estuve con tratamiento psicológico, psiquiátrico y medicación. Creo que a todos nos afectó mucho esto. Quiero aclarar que yo en ningún momento le pegué a Fernando Báez Sosa, que en ningún momento participé de un plan de un asesinato, yo fui de vacaciones”.

Culminados esta declaración fue Blas Cinalli quien dijo que quería hablar, indicando que contestaría preguntas de la Fiscalía y no del Particular Damnificado, pidiendo que se exhibiera una recopilación de videos donde el Dr. Burlando se refería a ellos y a sus familias con subidos epítetos, lo que señaló como motivo por el cual no contestaría las preguntas de esa parte.

Luego dijo que quería empezar diciendo. “que lamento mucho todo lo que pasó, fue una tragedia, Falleció un chico de mí misma edad. No hubo un plan ni nada de lo que se dice, ningún rol”.

Luego y con el mismo tenor que los anteriores imputados que declararon habló y reiteró lo del alcohol, procuró desligarse de las imágenes que lo colocaban en el lugar del hecho cuando fue confrontado por los fiscales, respondiendo respecto del chat donde dijo “creo matamos a uno”, que “no estaba muy lúcido, lo que escuchaba se lo repetía a mi amigo. No creí que hubiera pasado”.

Quedó en la mayoría de los presentes en la audiencia la sensación que todo lo manifestado por los cinco imputados que declararon había sido preparado, más aún, teniendo en cuenta como lo resaltó la Juez Dra. Castro, que los acusados no están obligados a decir verdad o a incriminarse en los hechos investigados.

 

El testimonio de los dos peritos médicos

Declararon en forma conjunta, fueron extremadamente técnicos, llamativamente críticos desde una posición quizás de soberbia profesional, llegando a juzgar duramente el trabajo del médico autopsiante y hasta en un momento uno de ellos tratar de deshonesto al Fiscal García.

Luego que cada uno de ellos hiciera referencia a su extenso currículum, a las pericias y autopsias realizadas, Juan José Fenoglio comenzó su exposición cuestionando todo el trabajo del médico Diego Duarte, profesional que practicó la autopsia de Báez Sosa tras el crimen.

Con imágenes de la autopsia, de libros y a partir de su propia experiencia, dijo que el informe no coincidía con la autopsia, que el autopsiante no había establecido claramente la causa de muerte, e introdujo la hipótesis de que la lesión de aplastamiento del hígado podría haber ocurrido durante la RCP, señalando además, que no creía que el joven hubiera muerto en el lugar del hecho.

Sus cuestionamientos fueron para cada uno de los puntos de la autopsia y del informe que elaboró el Dr. Duarte, llegando a decir su colega perito, que si tenía que calificarlo a este “le pondría un 0”.

Precisamente este testigo, Jorge Rodolfo Velich, especialista en medicina legal y médico emergentólogo, dio su testimonio a partir de un “yo” muy entronado en su personalidad (Yo fui, yo soy, yo hice), a tal punto que la presidente del Tribunal le pidió al abogado defensor que comenzara con su interrogatorio, en el cual y coincidiendo con su colega se encargó de criticar y una y otra vez la autopsia a partir de su informe.

Dijo Velich: “Fernando Báez Sosa inicia su cuadro hacia la muerte por golpes en el cráneo, de determinadas intensidades, que no quedaron claros en la autopsia. La autopsia es fundamental e irrepetible. Es una prueba pericial irrepetible por más que -en un supuesto- quisiéramos hacer una autopsia una semana después, no es la misma autopsia. Los peritos nos manifestamos por nuestros escritos”. Y agregó, “el escrito de la autopsia causa vergüenza ajena”.

Como los informes periciales de ambos fueron extremadamente técnicos, incomprensibles en algunos tramos, llevó a que eso se reflejara en el amplio interrogatorio al que los sometieron tanto la Fiscalía como el Particular Damnificado, situación que provocó ciertas rispideces porque las respuestas eran más de lo mismo y nada aclaraban.

Y fue en ese marco cuando al preguntar el Fiscal Gustavo García si no habían podido acceder a las fotos complementarias de la autopsia que habían sido aportadas por la Fiscalía a mediados de diciembre pasado, uno de estos médicos lo trató de “deshonesto”, lo que mereció la inmediata réplica del funcionario judicial que bajo ningún aspecto aceptó que así lo calificara.

La intervención del Dr. Fernando Burlando, sus preguntas, produjeron en cierta manera momentos de tensión, porque los médicos testigos se mostraban renuentes a explicar cómo según ellos había muerto Báez Sosa, tampoco sobre el por qué calificaban las lesiones constatadas en su cuerpo como leves. “Estamos hablando de Fernando muerto” le señaló el abogado, y le puntualizó: “Su trabajo está basado en hipótesis”, preguntándole en ese marco de interrogatorio si sabía “qué era la ética profesional”.

Es de resaltar que, pese a lo complicado de los testimonios y el interrogatorio, la presidente del Tribunal supo encauzar en todo momento el tono del debate, pidiéndole a los testigos que contestarán por sí o por no, salvo que se les pidieron que explicaran.

Con estos testimonios la doctora Castro consideró ayer “cerrada la etapa de recepción de prueba”, disponiendo luego de atender pedidos de las partes, que los alegatos se realicen los próximos días miércoles 25 y jueves 26 de enero.

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