Ad imageAd image

Máximo Thomsen sostuvo: “Jamás en la vida se me hubiese ocurrido matar a alguien”

Federico Sabalette
Federico Sabalette
7 Minutos de lectura

Crimen de Fernando Báez Sosa

** Brindó un relato de su intervención en los hechos, no aceptó preguntas relacionadas con el resto de los coimputados, y se negó terminantemente a responder a las que le iba a formular el Particular Damnificado. Declaró también ayer, un joven que integraba el grupo, que estuvo detenido, y que fue oportunamente sobreseído. Asimismo, lo hicieron las progenitoras de dos de los imputados**

En la semana en que culmina la ronda de testigos en el juicio oral que se le sigue a los ocho jovenes oriundos de Zárate por el crimen de Fernando Báez Sosa, la de ayer sin dudas fue la audiencia de más alto impacto del juicio hasta ahora, ya que Máximo Thomsen, el imputado al que apuntan la mayoría de los testigos y las pericias, decidió declarar dando su versión de los hechos, negándose a contestar cuando la pregunta se refería a otra persona (cualquiera de los otros acusados).

La declaración de Thomsen se concretó al culminar su testimonio la señora Rosalía Zárate, su madre, quien contó sobre el grupo familiar, habló del acoso mediático que había sufrido luego que su hijo fue detenido, contó que debió renunciar a su trabajo y entre sollozos se refirió a la enfermedad que la afecta.

Y en ese marco emocional el imputado pidió declarar, recordándole la Juez Dra. Castro que podía ser interrogado por la Fiscalía y el Particular Damnificado, y que le asistía el derecho constitucional de negarse a responder.

Y en ese marco emocional, entre lágrimas, el acusado de pegarle la patada mortal a Fernando Báez Sosa comenzó diciendo: “Jamás en la vida se me hubiese ocurrido matar a alguien. Escuché varias cosas sobre mí varios años. No reconocía porque generaban tanto odio hacia mi persona, yo jamás en la vida tendría esa intención”.

Tras ello inició su relato, colocándose en el lugar de los hechos, pero diciendo que había reaccionado pegando patas (una o dos) sin ton ni son ante “una ronda”, un presunto enfrentamiento de sus amigos con otro grupo.

Contó como se habían retirado hacia el domicilio donde se alojaban y manifestó que recién se había enterado del chico muerto al otro día, cuando la policía les había preguntado si sabían por qué estaban ahí, que les habían dicho “ustedes mataron un pibe”, sosteniendo Thomsen que entonces le había comenzado a dar vueltas todo en la cabeza y “me puse a vomitar, pero yo hasta el día siguiente no lo creía, mi cabeza no lo podía procesar porque yo no lo entendía”.

Los Fiscales le exhibieron videos y le preguntaron por distintas personas que se veían en las imágenes, o para que señalara dónde estaba el grupo al cual había respondido con las patadas, pero el acusado una y otra vez dijo “no voy a contestar sobre otras personas”, se negó a hacerlo sobre preguntas puntuales referidas a él o dijo que las imágenes que se les mostraban no eran claras.

En momentos en que el Particular Damnificado iba a avanzar en su cuestionario Thomsen aclaró que no iba a contestar a esa parte ninguna pregunta, por lo cual luego de reiterárselo al Tribunal, la Juez Castro dio por terminada la declaración y este volvió a ocupar su silla en el recinto.

Respecto de esta declaración es de recordar, que los jueces al momento del veredicto analizarán los dichos de Thomsen con la prueba y los testimonios recibidos en el debate, y que allí entonces realizarán su valoración.

Los otros testigos

Otros cinco testigos declararon ayer, habiendo comenzado la ronda Juan Pedro Guarino, el joven que integraba el grupo investigado en el comienzo de las actuaciones y que luego fue sobreseído por el Juez de Garantía a instancias de la Fiscal.

Su testimonio se prolongó por más de dos horas, manifestado no poder creer lo que había sucedido, refiriéndose a la pelea, dijo que por ello se había enojado muchísimo, precisando que después de la detención había cortado relación con ellos y recordando, que en ese grupo era habituales las peleas.

Por último, dijo que compartía el dolor de los padres de Fernando Báez Sosa y que se preguntaba si no podría haber hecho algo más como para que el suceso no hubiera ocurrido.

El segundo testigo fue Tomás Colazo, un joven que también esa noche había compartido la salida del grupo agresor, que dijo haber tomado con sus brazos del pecho a Thomsen para apartarlo del lugar de la pelea (donde estaba el cuerpo de la víctima), y quien no dio muchas precisiones o respuestas puntuales al interrogatorio de la parte acusadora.

Luego accedieron la Sala de audiencias dos amigos del grupo de imputados, particularmente íntimos de Blas Cinalli, quienes fueron interrogados sobre los chats y comunicaciones que había mantenido con aquel, uno de ellos utilizando un latiguillo en su respuesta, “literalmente”, intentó justificar el no haber dado crédito a la gravedad de los mensajes que había recibido, por ejemplo: “Creo que matamos a uno”.

Seguidamente ingresó la señora María Paula Cinalli, madre de Blas y tía de Ciro y Luciano Pertossi, que dijo ser abogada y contó lo que había significado la detención de su hijo, haciendo referencia a las operaciones que han menguado su capacidad visual y auditiva, siendo en definitiva una testigo de concepto.

Por último, es de señalar que Alejo Milanesi (el otro joven investigado al comienzo y también sobreseído), que estaba convocado por el Particular Damnificado y la Defensa y que había llegado al edificio de tribunales, fue desistido por ambas partes.

Share This Article
Deja un comentario
error: Si desea compartir esta nota utilice los íconos que aparecen en la página. Muchas Gracias. Copyright © www.compromisodiario.com.ar