Ayer durante la primera audiencia de alegatos, donde lo hicieron la Fiscalía y el Particular Damnificado. Ambas partes consideraron acreditada la materialidad ilícita y la responsabilidad de los imputados, detallándose en forma particular y puntual cual fue el accionar de cada uno en la perpetración del crimen. Hoy será el turno del alegato de la defensa.
En la 16ª. Jornada del juicio oral donde se juzga a los ocho jóvenes imputados por el crimen de Fernando Báez se escucharon ayer los alegatos de la acusación, señalando en su transcurso tanto la Fiscalía como el Particular Damnificado, que en el juicio se había probado la materialidad ilícita y la coautoría de aquellos, solicitando por ello se los condene a la pena de “prisión perpetua”.
Con una sala totalmente atiborrada de gente, con la presencia del presidentes del Colegio de Magistrados y Funcionarios, el del Colegio de Abogados, de la monja Martha Pelloni (caso María Soledad), abogados del estudio Burlando, familiares de los imputados y una veintena de medios de prensa, alrededor de las 10 de la mañana la Dra. Claudia Castro (presidente del Tribunal) dio inicio a la audiencia concediéndole la palabra a la Fiscalía para que efectuara su alegato.
El inicio estuvo a cargo del Fiscal Gustavo García, quien refirió que el 18 de enero de 2020 en el interior del boliche bailable “Le Brique”, Fernando Báez Sosa y tres de sus amigos protagonizaron una discusión e intercambio de golpes con alguno de los integrantes del grupo conformado por los acusados), que la víctima había intercedido para separarlos y había terminado peleando con Máximo Thomsen, y que como consecuencia de ello ambos habían sido sacados del local por personal de seguridad. Que minutos después Báez Sosa y sus amigos habían cruzado la calle, que luego de comprar un helado se habían quedado reunido conversando en la vereda quedan reunidos conversando en la vereda. Que en esas circunstancias el grupo agresor había permanecido unos 7 minutos a pocos metros del lugar donde aquel y sus amigos se encontraban, esperar el momento adecuado -que se retirara la policía- para atacar “por sorpresa y a traición por distintos flancos y al unísono” a Fernando Báez Sosa, sin que tuvieran ninguna posibilidad de defenderse o advertir que lo estaban por agredir. Que en esas circunstancias lo golpearon y provocaron que cayera al piso, donde continuaron agrediéndolo brutalmente con golpes de puño y patadas en el cuerpo y la cabeza cuando estaba prácticamente inconsciente y sin ninguna posibilidad de defenderse, causándole con ello las lesiones provocaron su muerte.
Indicó también el Fiscal, que para liberar el área donde se encontraba Báez Sosa y poder golpearlo a voluntad, los atacantes golpearon también algunos de sus amigos cuando intentaban acercarse para defender al caído de la golpiza.
Y resaltó el Dr. García, que el hecho narrado a criterio de la Fiscalía encuadraba en la figura de “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones leves reiteradas”.
Seguidamente señaló, que lo que motivó lo sucedido en el exterior y que había generado la muerte de Fernando Báez Sosa, había sido el enfrentamiento que este había tenido con Thomsen en el interior del boliche bailable, aclarando que el homicidio había sido cometido con el “concurso premeditado de dos o más personas”, para el cual no se requiere de mucha deliberación ni de una planificación muy elaborada, señalando que en el caso los imputados cruzaron la calle, individualizaron donde estaba Fernando Báez Sosa, y en esos minutos previos al ataque acordaron matarlo del modo que lo hicieron, aprovechando que no tenía posibilidad de defenderse.
El Fiscal presentó una serie de videos y resaltó, que había una parte importante del hecho que no había sido registrada, que eso se podía reconstruir en base a los testimonios recibidos en el juicio, que sumado a las imágenes fílmicas resultaban evidencia suficiente para concluir que los ocho acusados habían agredido físicamente a Báez Sosa.
Seguidamente le fue concedida la palabra al Fiscal Juan Manuel Dávila, quien dijo que si iba referir exclusivamente a la coautoría de los imputados en el crimen, y comenzó diciendo -lo hizo igualmente para todos-, que tuvieron el co-dominio del hecho, porque tuvieron “la posibilidad de emprender, proseguir o detener el curso causal del delito”, analizando puntualmente la situación de cada imputado y aclarando que no hubo roles, que “todos hicieron de todo”.
Sobre Ayrton Viollaz dijo, que no tenía dudas de acuerdo a testimonios y videos que había agredido físicamente a Báez Sosa, que también ello surgía de las lesiones que presentaba en sus nudillos derechos. Asimismo, lo señaló como una de las personas que golpeando no dejaba llegar a los amigos de la víctima al lugar donde este se encontraba.
Sobre Ciro Pertossi señaló, que las pruebas testimoniales demostraban que le había pegado “una piña muy fuerte” a Fernando Báez Sosa, la que lo hizo caer al suelo. Que testigos lo señalaron como uno de los individuos que golpearon a la víctima en el costado del cuerpo cuando estaba en el piso, que las imágenes de video lo mostraban cumpliéndose la sangre de los nudillos, a lo que sumó las muestras de ADN de la víctima que se encontraron en su pantalón.
De Matías Benicelli indicó, que varios testigos lo habían reconocido por su corte de pelo, y quienes dijeron que le había propinado la patada a la víctima de la cual ya no volvió a levantarse. Que era quien arengaba para que siguieran pegando, quien se le adjudica la frase: “a ver si siguen pegando negros de mierda”, y en cuyas prendas (zapatillas, pantalón y camisa) se encontró sangre de Báez Sosa.
De Luciano Pertossi señaló el Fiscal, que golpeó a Báez Sosa en el piso, también a sus amigos, y la autoría de la frase “para que la zona quede liberada”, de la cual Dávila hizo mención especial, ya que indicó que como se podía apreciar en los vídeos “no fue sólo una frase al azar sino una estrategia”.
Respecto de Blas Cinalli señaló, que la autopsia se había encontrado material genético suyo en el cadáver de Báez Sosa, que su declaración ante el Tribunal había sido únicamente procurando mejorar su situación procesal, que su alusión al alcohol y haber estado borracho estaba claramente desacreditado con lo que se observaba en los videos y por el carácter de las comunicaciones que había mantenido desde su celular.
Respecto de Enzo Comelli, remarcó que había sido junto con Ciro Pertossi en el primero en agredir a Báez Sosa en las afueras del boliche, que esa acción había dejado casi inconsciente la víctima, y que al igual que los otros imputados lo había agredido cuando estaba en el piso.
De Lucas Pertossi, refirió que había sido la persona que filmó el ataque a Báez Sosa, que luego de haberlo dejado de hacer, junto con sus compañeros había agredido a la víctima como también a uno de sus amigos. Recordó el Fiscal el testimonio de dos vecinos de Zárate, quienes dijeron que este imputado tenía antecedentes de atacar en patota, acusándolo uno de ellos de haberle fracturado la cadera a un amigo suyo. Dijo también el Fiscal, que su declaración ante el Tribunal sólo había sido para mejorar su situación procesal, mediante una declaración que contrastaba con los hechos probados en el juicio.
Y respecto de Máximo Thomsen, el Dr. Dávila hizo referencia al altercado que este había tenido con la víctima dentro del boliche, del estado de alteración que luego presentaba, resaltó el gesto de amenaza con el dedo en el cuello que había hecho a la salida del local hacia Báez Sosa. Lo señaló como “líder”, esperando el momento que sus amigos le liberar la zona para golpear a la víctima, indicando que era quien más lo había hecho, y que más de un testigo dijeron que era con la intención de matar. Puntualizó la sangre de la víctima en sus zapatillas, que el análisis scopométrico había determinado que la marca en la mandíbula del joven fallecido que correspondía con el calzado que le había sido secuestrado.
Como cierre el Dr. Juan Manuel Dávila pidió que Máximo Pablo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Franco Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Michael Viollaz, Lucas Fidel Pertossi y Luciano Pertossi, sean condenados a “prisión perpetua” por el delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones”.
Además, solicitó que dos testigos que declararon el juicio, Colazzo y Guarino sean imputados por falso testimonio. “No se acordaron de nada… No tengo dudas de que, por una omisión, mintieron”, dijo.
El alegato del Dr. Fernando Burlando
En nombre del Particular Damnificado lo hizo primero el Dr. Fernando Burlando, y luego los Dres. Facundo Améndola y Fabián Améndola.
Burlando comenzó diciendo “Todos asesinaron a Fernando Báez Sosa”, y habló del “suplicio” de la víctima y del horror que sufrió, manifestando: “(Fernando) Pidió clemencia y la respuesta fue una patada en la cabeza, una más y otra más. Era una bolsa de papas y continuaron pegándole”.
Seguidamente dijo que adhería al contenido de la alegación del Ministerio Público Fiscal en el aspecto formal y su contenido, para proseguir con contundentes conceptos y duros calificativos, señalando que había sido “un asesinato planeado, una acción criminal coordinada, un asesinato en el peor de los estados que puede tener un ser humano, que es el estado de indefensión; y además practicado de una manera alevosa”.
Y prosiguió diciendo: “se dieron el gusto de acusar a un inocente. Fernando Báez Sosa pidió clemencia y no se la dieron. Basta ver y oír la evidencia para entender que pidió compasión y no se la dieron. Lejos de eso, siguieron pegándole. Buscaron la muerte con golpes que fueron disparos de armas: cada golpe era un disparo, cada patada un tiro. Fue fusilado a golpes y a patadas”.
Para el abogado “hubo voluntad de matar y por eso mataron”, dijo que lo hicieron por “la espalda, aprovechando su indefensión y sin riesgo para la manada”. Y resaltó: “accionaron un mecanismo que conocían y tenían aceitado. No improvisaron ni un solo movimiento: ya conocían el protocolo del manual de ‘Los demoledores’”, en referencia a cómo accionaban antes del crimen.
Más adelante y dirigiéndose a los Jueces, Burlando precisó: “Tras semejante acto salvaje no solo huyeron de la escena del crimen, sino que intentaron disfrazar el hecho con maniobras y acusaron a una persona que, sin tener nada en común con ellos, tuvo que padecer horas de angustia hasta que pudo esclarecerse su situación procesal” (Ventura, el remero falsamente involucrado por Thomsen).
Y en el tramo final del alegato el letrado dijo: “Uno se pregunta por qué mataron: mataron por matar. Realmente es inexplicable. No les importó a quien. Su plan fue llevárselo de trofeo”.
Hoy es el turno de la Defensa
En la audiencia del día de hoy se escuchará el alegato de la defensa, el doctor Hugo Tomei expondrá sus argumentos, rebatirá seguramente los formulados por la acusación, y esbozará su teoría del caso, quizás, sosteniendo que no hubo ningún momento un plan para matar, que se trató de una agresión producto del momento.