El artista dolorense “Mintcho” Garramone, actualmente radicado en Pilar, no para de auto gestionarse y seguir experimentando nuevos aprendizajes. Ahora lo hace con una gira por Italia, que incluye 11 recitales en un mes. En esta charla nos cuenta detalles de la misma y también de un ritual con una prenda de su padre italiano.
Garramone comenzaba la charla diciéndonos: “Volver a Italia, al pueblo de donde vino mi viejo, mi querido Américo. Me voy con un saco blanco que él usaba. Cada vez que regreso es como que lo llevo a mi viejo, en lo personal significa eso volver a Italia, hacer lo que mi viejo no pudo hacer.”
- – ¿Cómo se dio y en qué consiste la gira?
Se dio, como siempre, con mucho trabajo de autogestión, algunos contactos de un festival en el que ya toqué en 2019, llamado “Ariano Irpino Fall festival”. Volví a hacer contacto con esa geste, y además voy a tocar en “Sponz Fest”, de Vinicio Copossela, otro italiano muy famoso; ahí va a tocar Melingo también. Y estaré también tocando en un lugar cerca de Nápoles. A todo lo conseguí por mi cuenta. No tengo mánager, me muevo con un traductor de italiano, hablando, preguntando, ofreciéndome. Y con un amigo italiano que se llama “Tony” Mainini que está acá y me ayudó mucho a conseguir esas últimas fechas. Es un trabajo de meses, trabajo de hormiga, conseguí 11 shows en un mes.
- – ¿Qué significa en lo personal?
Es un poco la famosa frase de Tom Jobim “la única salida es el aeropuerto”, lo cual significa abrir fronteras, volver a Italia, al pueblo de mi viejo. Allá cuento siempre que mi viejo no pudo volver, pero que su saco vuelve conmigo, historia que les encanta a los tanos, y a mí me encanta contarla, y poder hacerlo. Cada vez que regreso es como que lo llevo a mi viejo, en lo personal significa eso volver a Italia, hacer lo que mi viejo no pudo hacer. Ir a mostrar mi música es importante, cantar “El vals de Américo y Ñata” para hacerlos llorar un poco a los tanos e intentar no llorar cuando lo canto.
- – ¿En qué momento está de su carrera?
Mi carrera está bien como siempre. Luchando, intentando tocar, aprendiendo nuevos instrumentos, estoy estudiando bandoneón. Un bandoneón que me dio “Pocho” Martínez en Dolores hace unos años, que lo llevé en pandemia para estudiar en mi casita de Pilar y que ya estuve tocando un poco en vivo, componiendo con el bandoneón. Y este año me compré una armónica cromática y estoy estudiando también con un profesor que se llama Rodrigo Mercado. Así que, estudiando, componiendo nuevas canciones que voy a presentar ahora en Italia, intentando aprender, mejorar y superarme. Mientras tanto sin poner muchas metas, disfrutar de los objetivos, del camino, disfrutar de esta gira que inicié. Disfrutar y celebrar, porque celebrar es valorar lo que uno hace. Y que la gente celebre conmigo también la alegría de estar vivos y poder hacer lo que nos gusta en esta vida.
- – ¿Hay planes para después de esta gira?
Los planes míos siempre fueron no tener planes. Después de la gira veremos qué pasa, volveremos a Argentina y veremos cómo sigue la vida. Mi plan es no hacer planes, lo de siempre, seguir estudiando. Estoy también haciendo una carrera de profesor de “chikung” que ya estoy terminando; hace un año que practico todos los días esa medicina china que tiene cinco mil años. Uno de los objetivos es poder llevar eso a Dolores cuando vuelva de Italia.
- – ¿Desde Dolores lo han convocado para actuar?
No. Solamente fui el año pasado a tocar en El Cóndor al festival “Entrevero”. No me han llamado.
- – ¿Qué le gustaría hacer en lo musical que aún no haya hecho?
La verdad que nada en particular. Seguir aprendiendo, mejorando, componiendo, y ofrecerle a la gente y al público lo mejor que tengo, que es la música y mi vida resumida y expresada en la música.