El comercio conocido como Almacén y Pulpería “Esquina de Crotto”, ubicado en ese lugar geográfico que es punto de encuentro de las Rutas 11 y 63, fue sin dudas por muchos años de significativa importancia para la región y el desarrollo del transporte.
En 1865 un emprendedor italiano, don José Crotto, fundó el negocio que llevó su nombre en el lugar donde estaba la “Tapera de Ponce”, siendo desde sus comienzos no sólo el lugar donde se abastecían de los más variados artículos los pobladores circunvecinos, sino también un lugar de reunión donde se jugaba a las cartas y a la taba, se payaba y también se hacían carreras cuadreras.
Según un artículo que el Prof. Cesar Vilgré Lamadrid publicara en la revista “Perfiles”, en la “Esquina de Crotto” paraban camino hacia La Costa las Galeras de “La Central” de Juan Leitte, y después por largos años las de don Serafín Dávila cuando la Empresa fue suya, lugar donde a aquellas actividades señaladas se había agregado la compra de lanas y cueros, funcionado el negocio, como era usual por entonces, “como Banco en la zona”.
Vilgré recordaba, que don José Crotto con el tiempo se había asociado con uno de sus cuñados, don Paulino Villas, quien precisamente había sido quien trasladó “La Esquina” al lugar donde finalmente quedó emplazada, señalando como dato anecdótico que conservaba su aspecto tradicional y tenía en su interior la reja característica, resaltando que parte de la estructura de madera del local procedía de un barco que habían callado en el Siglo XIX en la costa de General Lavalle. Y recordaba, que en el año 1963 “La Esquina de Crotto” había sido declarada “lugar histórico”.
Durante las últimas décadas de funcionamiento y hasta su cierre la familia Daguerre estuvo al frente de la actividad comercial, transformándose en los últimos años en un lugar de atracción turística por las características del local, una Pulpería, hasta que inexorablemente el desarrollo de las vías de tránsito que allí confluyen fue mermando las paradas.
Hoy, a unos 155 años del inicio comercial de la “Esquina de Croto”, ese lugar histórico va camino a desaparecer, el estado de la estructura muestra un importante deterioro que nadie parece querer ver y menos remediar. La historia lugareña es identidad, es lo que permite a los vecinos lograr una identificación común y acentuar raíces, por lo que entendemos necesario que las autoridades se ocupen de lo que allí sucede y se lo trate de remediar en pos de mantener los hechos o hitos que nos supieron identificar.