En el acto realizado en el Polideportivo Municipal el pasado lunes 8 y donde se repuso una placa que honra la memoria de la Prof. Cristina Zuleta, entre los oradores que recordaron la personalidad y acción de la desaparecida Secretaria de Deportes estuvo el Dr. Alfredo Meckievi, quien al referirse a ese espacio municipal fue muy crítico con el estado en que fue dejado por la Gestión Etchevarren, indicando en particular sobre el ex Intendente detalles que demostraban el egocentrismo del ex Jefe Comunal.
Para charlar sobre el tema y como la situación apuntada se la puede apreciar en muchos lugares del Municipio, Meckievi explicitaba el tema y esto decía: “El Municipio fue transformado en un espacio privado dentro de la cosa pública. Era una casa tomada. No hay empleado que no cuente que estaba obligado a tener actividad partidaria, obligado a silenciar lo que veía o a hacer cosas indebidas. Cuando yo hice referencia al Polideportivo fue simplemente porque estábamos en un evento en el Polideportivo, porque el estado de destrucción que presenta el Municipio es general, el mismo despacho del Intendente presentaba condiciones inaceptables, estaba casi mugriento, con paredes con humedad, en situación de abandono, tal como presentan varios lugares del propio Edificio Municipal. Eso habla de desapego, de falta de afecto, de la falta de valoración del esfuerzo que significa comprar una máquina o comprar un camión. Ustedes lo han publicado en los últimos 7 u 8 años, de las donaciones de Ambulancia, fueron 4, 5, 6, algunas de altas complejidad, recuerdo una que estaba equipada para neonatología, es decir para trasladar criaturas en condiciones apropiadas a un Centro de Mayor Complejidad. ¿Dónde están? El equipamiento está destruido, en el Obrador Municipal está todo roto, los camiones, los vehículos, un destrato, un desapego, una falta de valoración que enmarca un contexto donde la situación del Polideportivo no podía sorprender porque es parte de ese contexto.
- – ¿Qué vio, cómo encontró el Polideportivo?
No encontré una sola cosa más de las que dejamos hace 16, 17 años. No hay mejoras, ni mantenimiento. No hay una sola cosa agregada al Polideportivo que pudiera decirse esto mejoró, esto creció, diría que está mucho peor que como lo dejamos. En aquel entonces eran 14 disciplinas deportivas las que se practicaban, todas tenían el equipamiento apropiado, no se encontró nada, reitero, nada, ni el motor del agua en el Anexo. Eso es desapego, falta de responsabilidad, falta de amor. ¿Uno a qué cosa le pone cariño?, a lo que es vocacional, porque nadie está obligado a ser funcionario y menos Intendente. Es una vocación que se tiene que tener por el bien común y que la desarrollas cuando tenés esa oportunidad única en la vida de ocupar semejante función, conducir el destino de tus vecinos. Por eso ese día yo quise contar, porque muchos olvidan, muchos hacen como que olvidan y a otros muchos les conviene aparecer como que se olvida. Todo eso (el Polideportivo) fue producto de un esfuerzo titánico que no fue mérito nuestro, ahí trabajaron cientos de personas, en la Cooperadoras “Amigos del Deporte” o los propios padres de los chicos, las cosas se hicieron entre todos. ¿Por qué? Porque si hay una gestión que hace y todos tiran, rompen o no cuidan, sonaste.
- – Lo escuchamos hacer una referencia crítica sobre la dependencia policial allí instalada, ¿por qué?
El Anexo del Polideportivo era un plan integral, construimos los vestuarios para que dos equipos de manera simultánea, de fútbol, de básquetbol, del deporte que sea, tuviesen vestuarios apropiados, con baños, duchas para varones y mujeres, para los niños. Que aquellos que practicaran deportes pudiera tener el mejor vestuario de la ciudad. A los pocos meses que dejamos la gestión pusieron ahí una Comisaría. Yo, feliz de que venga una Comisaría, pero para eso tuvieron que destruir una obra que tiene como fin la contención y la integración de los chicos, desnaturalizándola, eliminándola de la infraestructura deportiva. Había necesidad de destruir los vestuarios, los sanitarios y las oficinas administrativas que construimos en ese lugar con esfuerzo, que habían quedado perfectas para que muchos más chicos tuvieran la posibilidad de desarrollarse en el deporte. Y algo que a mí me duele mucho es la ausencia de reacción del damnificado, que es ¡la comunidad! Rompieron, destruyeron el lugar y no hubo una nota, no hubo una queja, no hubo una reacción, tampoco partidaria ni política de ningún dirigente. ¡Nada! Está destruido el Anexo, el Microestadio, que fue la obra que nosotros no alcanzamos a terminar, estábamos en plena construcción, culminando una obra que es realmente muy importante porque iba a poner en valor la gestión en deporte, pero también a la ciudad.
- – ¿Por qué, cuál era la proyección que podía alanzar?
Porque no hay un Microestadio con capacidad para 4.000 personas sentadas, que es la que tiene este Microestadio. No lo hay entre Mar del Plata y La Plata. Es decir, todas las realizaciones deportivas de toda la región tendrían un lugar, y eso incentivaría a los chicos al ver el desempeño de distintas disciplinas, todos esos eventos que se podían hacer ahí. Una obra a punto de estar culminada cuando dejamos la gestión hoy está igual, faltaban hacer dos vestuarios, los cerramientos y colocar las aberturas, pese a que dejamos incluso el dinero. Eso está abandonado a la buena de Dios, con las puertas abiertas, usado para ir a drogarse y reunirse en el lugar, con agujeros en las paredes para vigilar si pasa la Policía (nos muestra foto). Entraba el que quería, hacía lo que se le antojaba, y hay una Comisaría en una esquina del predio (la de la Mujer). Es una vergüenza para esa Comisaría, porque todo pasaba a la luz pública, eran delitos que ocurrían en el patio de la Comisaría. Era un relajo, él no me importa nada lo que suceda, él no me interesa, a cualquier hora, a tres, cuatro de la mañana, iban, prendían la luz (del Microestadio) el que quería y se quedaba. Lo dice la gente del barrio, se juntaban a drogarse, transformando un lugar en la antítesis de lo que se pretende. Eso es lo que yo digo, un estado de relajamiento que se reflejaba en todo.
- – Puntualmente hizo referencia a la Pileta Climatizada, nos cuenta que vio…
Ese galpón se construyó en nuestra gestión como un canje. Ahí adentro la Gestión Etchevarren hizo la pileta, que me parece bien, con fondos de la provincia de Buenos Aires. Ahora, entras hoy a la pileta y desde el cesto que tiene afuera se ven carteles “Gestión Etchevarren”, los hay en la entrada, en la salida, en el baño de mujeres, hay 50 carteles de 10 por 10 en todo el ámbito físico. En la puerta una placa de bronce, que debe valer la mitad de los implementos que faltan para la práctica del deporte, tratando de perpetuar sus nombres, ¿a mérito de qué? Todo es un egocentrismo que habla de problemas de conformación, en mi opinión, de la personalidad de quienes estamos hablando, una propensión de una personalidad a inmortalizarse. Bueno, es lo que todavía vemos en cuanta área municipal existe, es la transformación de lo público en privado, el desprecio de los objetivos sociales que implica una gestión de gobierno. Ahora, ¿cómo se llega a ese estado? Porque la gestión estaba enfocada en otro interés, no el comunitario.
- – ¿Quiénes participaron de la Gestión Etchevarren estuvieron de acuerdo?
Uno ha visto la transformación cuando ha habido algún beneficio en el plano personal. Hay mucha gente que uno la conoció pensando y actuando de una manera, y que cuando tuvo la posibilidad de ser parte de esta decadencia que para mí representó la Gestión de Etchevarren, se sumó alegremente. Dolores está contagiado por una atmósfera que se creó durante estos 16 años, donde a la rastra llevó a mucha gente que ha sido parte y ha sido cómplice. Acá hay comerciantes, uno de ellos con un funcionario municipal, crearon una planta de hormigón para auto comprarse el hormigón. Hubo otros, que usando ventajas armaron licitaciones de obras que no se hacían. ¿Por qué? Porque el objetivo era el dinero. Con el dinero trataban de sostener el poder. Esto es desnaturalización de la política. Lamentablemente, no es un hecho aislado, esto va corroyendo las bases de una sociedad y se ve el deterioro de manera generalizada.
- – ¿Para lograrlo debieron actuar sobre instituciones de contralor o seguridad?
Sin dudas, para controlar el poder había que neutralizar la Justicia, actuar sobre los Jueces o Fiscales, torcerles la voluntad o silenciarlos. Y mucho de eso lo consiguieron. Dominaron a la Policía, que es un capítulo en que hay que meterse más adentro. Acá la mitad de la Policía no va a trabajar, cobra y no va a trabajar. Y con quien hables te dicen, pongo el equivalente a 100 dólares por mes y no voy a laburar. Entonces está desnaturalizada la Policía por acción o por omisión. Las Instituciones se fueron acomodando a esa realidad, algunos se corrieron, otros se fueron. Los que no quisieron participar renunciaron, y así se fue desmoronando una institucionalidad que la ciudad tenía en cabeza de instituciones de prestigio.
- – ¿La Gestión Etchevarren estuvo más enfocada en los negocios de los privados que en la gente?
La política está siendo utilizada por gente que confunde lo que es la política con el poder. El dirigente político que tiene una concepción política lucha por ideas. La política hoy es una oportunidad, a veces de canalización del deseo de poder. ¿Y el poder qué es?, la acumulación de riqueza, es algo que se busca para tener dominio de determinadas situaciones, sin marco ideológico. Porque el camino que lleva al poder no es el defender lo que pensás o confrontar lo que pensás, se utilizan otras cosas para coronarse en lugares impensados. Y obviamente a Etchevarren la Municipalidad no le importaba nada más que como herramienta de poder al servicio de su partido de turno. Pero volviendo a la pregunta, recordemos que compraron una barredora, pero alquilaban camiones para juntar la basura, alquilaban camiones hasta inexistentes. Se compró en el inicio de la Gestión Etchevarren una tolva para una planta de cemento, para hacer hormigón. ¿Cuánto se usó? El negocio era contratar, el negocio para generar recursos se hacía transitando esos caminos.
- – La sociedad debe de dejar de ser indiferente ante estas situaciones.
Es una tarea muy dura, muy difícil, hoy todo es efímero, todo pasa rápido, el tema es que la carrera para mí es descendente. La Argentina, con todo lo bueno y seguramente con parte de problemas, para mí tuvo dos pilares fundamentales. Por el tipo de conformación social que nosotros hemos tenido, un pilar fue la familia y el otro pilar fue la Escuela, donde cada familia tenía en la Escuela, dígase al maestro, casi un líder espiritual de lo que se debía hacer. Todo ha ido cambiando, pero yo creo que la Escuela es vital, aunque no ha quedado ajena a los procesos de desnaturalización de la función.
- – Para finalizar y basándonos en su experiencia. ¿Qué Dolores deberíamos pensar para el futuro?
Una ciudad con cierta calidad de vida, que creo que es el objetivo. Cuando a mí me tocó estar en la Municipalidad tenía en la cabeza una gran ciudad, hoy tengo en la cabeza otra cosa. Hoy no hay que tratar de ser una gran ciudad, porque las grandes ciudades se complejizan en problemáticas sociales y no hacen a la calidad de vida. Hoy hay que buscar calidad de vida. No tenemos montañas, no tenemos ríos, no tenemos glaciares, pero podemos tener calidad de vida si una persona puede desarrollarse, puede recrearse, puede estudiar, puede trabajar, puede acceder a la salud, puede tener seguridad. Todos esos valores tienen que ponerse arriba de la mesa porque eso es calidad de vida. Me parece que es por donde va a transitar los próximos tiempos la búsqueda de la gente, ganar aquello que cuando lo tuvimos no nos parecía que era tan importante.