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Las pericias que sellan la suerte del policía detenido por la masacre de Chascomús

Federico Sabalette
Federico Sabalette
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La suerte judicial de Francisco Waldemar Reddy (20) está echada: le dio positivo el dermotest, que detectó presencia de pólvora en sus manos y brazos, y la carabina secuestrada detrás del asiento de su flamante camioneta fue la usada para matar a su papá Diego Adolfo Reddy (44), su madrastra, María Eugenia Suárez (47), y su medio hermano, Ignacio Leonel Reddy (11), en un campo de Chascomús.

El fiscal Jonatan Robert, de la UFI N° 10 Descentralizada de Chascomús, confirmó a Clarín el resultado de las pericias que comprometen todavía más al joven policía bonaerense, que permanece detenido en la comisaría 5ta. de Avellaneda, en Wilde, separado del resto de la población carcelaria.

La pericia balística determinó que el rifle calibre 22, marca Mahely, que encontraron en la camioneta Chevrolet S10, modelo 2008, comprada el día antes de la masacre a un vecino de Ayacucho, era apta para el disparo.

Se realizó el cotejo con dos vainas servidas, una hallada cerca del cuerpo de Suárez y otra en el galpón, donde mató a Ignacio, y ambas «son coincidentes con la aguja percutora que utiliza la carabina».

«Se puede determinar, mirando lo que es el microscopio óptico, que esas dos vainas servidas se dispararon con la carabina secuestrada. El caño presentaba dos estrías internas que estaban gastadas, lo que hace que el proyectil, cuando se impulse, tenga una marca puntual y particular. Esa marca puntual y particular resulta ser coincidente al plomo que recuperamos de Diego Reddy», explicó el fiscal.

Además, Robert indicó que «el demotest, la prueba de barrido para detectar presencia de pólvora, le dio positivo, ya que tenía restos de deflagración de pólvora en las manos y los brazos».

Otro resultado de importancia para la causa fue el conteo del ganado que había en la estancia Los Pinos, a 10 kilómetros de la ruta 2, sobre el camino Bajada Puerta del Diablo, adonde Diego Reddy era el puestero y que fue escenario del triple crimen.

En octubre fue el acta de vacunación en el campo del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que arrojó un total de 233 animales.

La semana pasada, la Policía hizo el recuento de ganado y encontró 155 animales. Por lo tanto, «desde mediados de octubre, que se realizó la vacunación, al 9 de enero, se constató un faltante de 80 vacas», manifestó Robert.

Lo que se comprobó hasta ahora es que el policía -que estaba de licencia y debía reintegrarse a la Policía el mismo día del triple crimen, es decir el 29 de diciembre- vendió 20 vacas de cría Aberdeen Angus el 28 de diciembre, a mitad de precio (3.400.00 pesos) y en negro, que eran de su papá.

«Las otras 60 desconocemos si las fue vendiendo antes o no», apuntó el fiscal.

Otra complicación para el imputado es que renunció su abogado defensor particular, Osvaldo García Aguerre, de Mar de Ajó, quien solo llegó a asistirlo de forma telemática en la segunda indagatoria (se negó a declarar en ambas ocasiones) y ahora lo asiste un defensor oficial.

En los próximos días, el fiscal requerirá al juez de Garantías la apertura del teléfono celular del acusado, lo que puede arrojar también resultados de importancia para la investigación.

El delito que le imputan prevé una pena de prisión perpetua: «homicidio calificado por alevosía, en concurso real con homicidio, en concurso real con homicidio calificado por el vínculo».

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