Profesional de la fonoaudiología y siempre vinculada al mundo de la música y la voz, brinda talleres de canto para adultos y niños, y mantiene su vocación de intérprete. Hablamos de estos temas y en especial lo que representa enseñar a los más chicos.
“Son clases de canto donde de manera lúdica trabajamos la voz y el oído musical, lo audio perceptivo para que puedan cantar después lo que ellos quieran. Utilizo y me interesa que les llegue son canciones de un repertorio infantil, y después ellos que lo utilicen en lo que quieran. Una base para que después puedan desarrollarse.”
¿Enseñar canto a los niños ha sido una vocación?
Hace muchos años, creo que en el 2000, hice un taller de canto para niños que duró unos tres años y que por cuestiones personales no pude continuar. Fue una experiencia lindísima. Siempre ha sido mi vocación trabajar con niños, y también una vocación artística de cantar. La verdad es que siempre me gusta trabajar con niños, disfruto hacerlo.
¿Y tu vínculo con el canto?
Desde que empezó el Taller de Canto Municipal de Carlos Delgado, también por esos años, desde la primera clase estuve ahí, y he ido a todos los talleres y coros de acá. Cuando a los 20 años me fui a estudiar, estuve en el Coro de la facultad de Ciencias Económicas de Buenos Aires, me quedaba más o menos cerca. Esa fue mi primera experiencia intensa de coro. Y en muchos lugares aunque sea por un tiempo, he formado coros. Por ejemplo cuando el jardín donde iba mi hija cumplió 50 años formamos un coro con madres que cantó en el acto.
¿Estás planificando algún proyecto institucional?
Ahora tengo la idea, y el director de la institución me dio el apoyo, de hacer un coro en el Instituto N° 168, donde trabajo. Es algo lindo que una institución terciaria tenga una actividad como el coro, algo cultural y extra curricular. Es también una buena manera de trabajar y mantener la voz sana de forma linda y a lo largo del tiempo.
El coro ayuda a lo colaborativo también, ¿verdad? ¿Qué utilizás musicalmente para los niños?
Claro, porque es algo grupal, con toda la riqueza y construcción colectiva que eso implica. En lo que inicié con los niños se trata de clases de canto donde de manera lúdica trabajamos la voz y el oído musical, lo audio perceptivo para que puedan cantar después lo que ellos quieran. Utilizo y me interesa que les llegue son canciones de un repertorio infantil, y después ellos que lo utilicen en lo que quieran. Una base para que después puedan desarrollarse. Canciones que he ido recolectando a lo largo de muchos años. Por ejemplo me interesan las de María Elena Walsh, que considero una maravilla y me encantaban cuando era chica. Son muy ricas, abordan varios géneros y se orientan a los niños. Una zamba, una chacarera, una baguala, una riqueza enorme que ayuda a que valoremos lo nuestro también.
¿Hay algún autor o autora local que te interese en este sentido?
Sí, también me interesa rescatar a Mabel Ortega, una persona muy valiosa y que nos dejó hace poquito. Ella tiene canciones que ha compuesto con Noemí Savalza muchas canciones hermosas que me interesa rescatar y difundir. Hubiera querido compartir más tiempo con ella para que me transmitiera esas canciones. Los compartí durante el Coro Honorio Siccardi entre 1997 y 2001 aproximadamente. Ella es autora de canciones muy lindas, y también obras de teatro. Patricia Bustamante ha llevado algunas al escenario.
¿Las clases de adultos y niños, en qué difieren?
Con adultos las clases son grupales o individuales, como prefieran. Pero en el caso de los niños son grupales, me parece más apropiado. Para anotarse se contactan conmigo a través de Facebook, o directamente a mi teléfono: 2245 – 502303.
¿Cómo es trabajar con niños?
Lo realizo con mucho cuidado, les voy enseñando técnica vocal de manera lúdica para que respiren bien, que aprendan a coordinar la respiración y la voz y trabajen la voz. Que puedan cantar sin hacerse daño ni tener síntomas. Las voces de los niños son divinas y siempre tuve ganas de hacer coros de niños. No tengo el estudio sistemático para formar coros, pero siempre trabajé con la voz, la música, el canto, a lo largo de muchos años.
¿Enseñar canto es también una forma de terapia de canto para tu voz?
Sí, en cierto modo sí. Con los niños uno se posiciona diferente, no me relajo tanto porque siento que estoy a cargo de algo muy sensible e importante. Con los adultos sí porque yo misma en el trabajo voy trabajando mi propia voz, así que me resulta también terapéutico.
¿Alguna idea o proyecto personal?
Ideas tengo muchísimas siempre, falta concretarlas. Tengo ganas de hacer un recital, que nunca he hecho, con muchas canciones. Tengo de tango, como de folklore, como rock nacional e internacional, en inglés, francés, italiano, brasileño, cientos de canciones. No quisiera morirme sin haber cantado todas.