Para conocer del espacio de contención para niños autistas recientemente inaugurado en nuestra ciudad charlamos con Solange Brown, una de las responsables de “Nuevo Encuentro”, quien nos refería que este había nacido “como réplica de un espacio que teníamos por presupuesto participativo en el Partido de la Costa. Era un espacio de primera infancia, de desarrollo infantil, que trabajábamos articulado con Salud y Educación”.
- – ¿Funcionaba como una guardería?
No era guardería solamente, sino que, si había niños con alguna patología, con autismo y demás, nosotros lo que hacíamos era justamente hablar con las familias, destacar indicadores, tratar con terapeutas, teníamos todo un equipo de trabajo.
- – ¿Ustedes, las responsables, a partir de qué formación?
Yo soy Profesora de Educación Especial, éramos varias Docentes. Se cerró en la pandemia, y a mí me quedó la inquietud de poder replicarlo acá en Dolores cuando me vine. Así que empezamos el proyecto este año, alquilamos un lugar espacioso, que integramos mi hermana, mi esposa y yo, somos tres. Mi hermana es Profesora de Educación Inicial, mi esposa es estudiante de Educación Física. Yo me especializo en Trastorno Emocional Severo, que es todo asociado al autismo.
- – ¿Cómo es el proyecto, cómo se desarrolla?
Consta de dos turnos, el de la mañana y en vespertino. Abrimos a la noche con la intencionalidad de que las estudiantes que están haciendo una carrera de nivel superior puedan llevar a sus niños mientras están estudiando, que eso no les sea un impedimento. Esto lo charlamos con el Municipio, con la posibilidad que ellos puedan involucrarse y subvencionar estas matrículas. Así que estamos en tentativa de firmar el Convenio. En el lugar trabajamos con la primera infancia, aproximadamente entre dos y tres años y hasta los nueve.
- – ¿Tienen que tener un diagnóstico previo?
No, pueden ir todos, es un espacio de juego. Nosotros llevamos adelante un itinerario psicomotor, es el del francés Bernard Aucouturier. Él es psicomotricista y dice que los niños necesitan tiempos y espacios que los estructuren para la autonomía en la vida. Entonces nosotros usamos ese itinerario, es decir, los niños tienen un espacio donde pueden trabajar su motricidad, sus sensaciones. Llegan, saltan, tienen pelotero, aros, colchonetas. Por otro lado, el juego simbólico que es donde ellos transmiten sus miedos, sus angustias, su felicidad. Ahí tenemos todo armado para que ellos jueguen, también otro espacio que es el representacional, donde ellos trabajan todo lo que es plano. Digamos, el dibujo, pintura, leemos cuentos, todo lo que tiene que ver más con esto de la alfabetización y demás. Y también tenemos tiempos, el ritual de entrada, donde ellos llegan, los ayudamos para que aprendan a sacarse sus abrigos, sus zapatillas, nos cuentan qué pasó en el día y demás. También trabajamos el desapego con las familias. Lo que sucede es que estos niños están muy apegados a sus papás y sus mamás y cuesta mucho el tema de la entrada y la salida del espacio.
- – ¿Comparten con los padres esos primeros momentos?
Sí, la familia está muy contenta con el espacio, que es de socialización, de juego, donde los chicos aprenden muchísimo y además donde los padres tienen la tranquilidad de que pueden dejar a sus niños en un espacio de crecimiento y de cuidado.
- – ¿Esos turnos buscan cubrir los horarios de trabajo o estudio de los padres?
Sí. Muchas familias, también docentes que trabajan en instituciones también los llevan. La cuota es fija y mensual, los padres los pueden llevar en el horario que deseen.
- – ¿Esos chicos requieren atención constante o pueden compartir con otros?
Nosotros lo que hacemos es supervisar que los niños estén bien cuidados, pero que ellos generen el juego. Nosotros propiciamos el escenario para que ellos puedan jugar, para que puedan compartir, para que obviamente no se lastimen. También cenan ahí, hay un lugar para las viandas que traen sus papás. En esto de compartir, de ver qué hace el otro y demás, tratamos de darle la libertad para que puedan generar autonomía.
- – ¿Padres interesados puede concurrir a observar?
Sí, tal cual. Hicimos una jornada donde esas familias fueron, llevaron a sus niños, estos jugaron toda la tarde, conocieron el lugar, despejaron sus dudas. Tenemos estipulado toda una planilla de admisión y de inscripción, así que aprovechábamos para trabajar estas cuestiones y que los padres también conozcan cómo es la dinámica del lugar. Este tipo de reuniones pretendemos hacerlo una vez al mes. Ya lo hicimos este mes que pasó el día de la inauguración, donde los niños pudieron ir, jugar, conocerse, y posterior a eso han comenzado a asistir al espacio.
- – ¿Hay algún censo, algo que les permita dimensionar cuántos casos podría haber en Dolores?
Nosotros lo que hicimos no fue un censo de niños con alguna dificultad o con alguna patología, lo que hicimos fue un censo en relación a cuántas familias están estudiando una carrera superior y no tenían dónde llevar a sus niños. Y tenemos aproximadamente 45 familias, lo que esto hace un número amplio de niños. Hay familias que tienen dos o tres hijos, hasta cuatro, que por ahí no pueden costear estos espacios. Lo que hicimos fue para poder manifestárselo al Municipio. Nuestro espacio no cuenta con tanto lugar como para alojar a tantos niños, pusimos un cupo máximo de aproximadamente 30 niños en el turno de expertismo.
- – Podría señalar el nombre, lugar, horarios…
Claro. El lugar se llama “Nuevo Encuentro”, es un Espacio de Inclusión en el Desarrollo Infantil, está en Echeverría 333, casi esquina Alberti. Los interesados pueden pasar de lunes a viernes a consultar, a conocer el Espacio, pueden entrar y nos pueden seguir en las redes sociales también como Nuevo Encuentro.