La Sucursal Dolores del Banco de la Provincia de Buenos Aires cumple este jueves 160 años del inicio de sus actividades, a partir de la apertura de sus puertas el 8 de agosto de 1864, y de haberse habilitado las operaciones al contabilizarse una partida de medio millón de pesos transportados desde la Casa Buenos Aires a nuestra ciudad para formar el capital de la nueva filial.
La sucursal había sido creada por iniciativa del Directorio del Banco en 1862, al haber enviado al Gobierno un proyecto de ley con las bases para establecer sucursales en San Nicolás, Mercedes y Dolores, funcionando ésta en nuestra ciudad a partir de ese 8 de agosto de 1862 en una propiedad alquilada al señor Augusto Schang
El primer edificio propio se construyó en base al proyecto del arquitecto Enrique Hunt en un terreno adquirido en 1871, ubicado en la calle Buenos Aires y donde el Banco funcionó por más de cuarenta años.
Las constantes reparaciones que demandaba esa propiedad decidieron al Directorio en 1916 construir un nuevo edificio, para lo cual se compró una propiedad en Rico y Belgrano conformada por varios lotes con frente mayoritariamente sobre esta última arteria.
El nuevo edificio -según proyecto del Arquitecto Luis Rocca- era de dos niveles: en planta baja se ubicaron las dependencias del Banco y en la superior la vivienda del Gerente.
El Salón Principal tenía 7 metros de altura, los cielorrasos estaban decorado con trabajos de yeso estilo renacimiento, resaltados con oro. La fachada, de 15 metros de altura, presentaba un orden monumental de pilastras jónicas colocadas sobre un zócalo, que sostenían un alto entablamento coronado por una cornisa y un petril con balustres y pilares.
El nombre de la institución estaba colocado en una cartela, en el entablamento. La puerta central de 5,50 metros de altura terminaba en un arco de medio punto y quedaba protegida por un balcón sostenido por dos columnas, también jónica, que formaban una especie de pórtico. Toda la fachada, incluidas la ornamentación, estaba terminada con revoque fino claro, imitación piedra, armonizando con el zócalo de granito gris, el conjunto era sobrio y equilibrado y aunaba solidez y elegancia.
Su construcción se inició en 1917, estuvo a cargo de Luis Isabella y se concluyó en 1918, habilitándose al público el 29 de diciembre de este año.
Las necesidades que planteaba el desenvolvimiento de la entidad llevaron a que se adquirieran propiedades lindantes para la ampliación de la sucursal, que acompañada de una importante remodelación si bien significó la alteración de alguno de los rasgos estilísticos que se apreciaban en el tradicional edificio, se transformó en un desahogo para las operaciones cotidianas que desarrollaba no solo la comunidad dolorense sino también de la zona. Estas instalaciones fueron inauguradas el 4 de mayo de 1984.