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A 40 años de la «Expedición Atlantis 84»

Federico Sabalette
Federico Sabalette
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En la próxima semana con diversos actos programados se recordará y homenajeará el 40 aniversario de la “Expedición Atlantis” concretada en 1984, la que encabezó el dolorense Alfredo Barragán.

Recordemos sobre esta “romántica hazaña”, que el 12 de julio de 1984 cinco argentinos culminaban el cruce del Océano Atlántico a bordo de la «Atlantis», esa primitiva balsa de troncos a vela que había unido las Islas Canarias con las costas venezolanas, confirmando la posibilidad de que africanos de raza negra hubieran llegado a América 1500 años antes de la era cristiana.

De sus tripulantes recordar, que el dolorense Alfredo Barragán fue el mentor y capitán de la expedición, en la que cumplió también tareas de navegante, radioperador y fotógrafo. Que Jorge Iriberri, fue el subcapitán y fotógrafo; Horacio Giaccaglia, cocinero y sobrecargo; y que Félix Arrieta, camarógrafo, y Daniel Sánchez Magariños, navegante y cocinero completaron la dotación de la balsa.

La «Atlantis» había zarpado el 22 de mayo de 1984 desde la española Santa Cruz de Tenerife, en las Islas Canarias, cerca del continente africano, y arribando al puerto venezolano de «La Guayra» el 12 de julio, completando en ese periplo de 52 días 3.200 millas marinas a través del Atlántico.

Para realizar el viaje el grupo se había basado en el tipo y diseño de las embarcaciones de hace 3.500 años, por lo que construyeron la balsa totalmente a mano, sin utilizar en ella ningún elemento metálico.

En su armado se utilizaron nueve troncos del árbol llamado «balsa», cortados en la selva de Ecuador, ligados a su vez por travesaños de igual material, 100 cañas de guada y 8 kilómetros de cuerdas vegetales.

La eslora de la primitiva embarcación era de 13,60 metros, y su manga alcanzó los 5,80 metros. La cubierta seca aprovechable para los tripulantes era de 6 por 4 metros, incluyendo una caseta o choza construida con bambú, caña picada y paja, de 4 metros de largo, 2 de ancho y 1,10 de alto.

Se utilizó un mástil bípode de troncos de árbol de «mangle» blanco, de 11 metros de altura, con percha de bambúes, que a su vez sostenía una vela cuadrada de lino.

Como la embarcación construida debía ser igual a las que existían en la antigüedad, la «Atlantis» no contaba con timón, por lo que su navegación se basó en la combinación de la vela y 8 «guaras», cabos regulables que aseguraron la quilla, aumentaron su calado y procuraron mayor estabilidad.

Para cumplir con éxito la hazaña, que obviamente estuvo teñida de aventura y sobresaltos, los navegantes pusieron rumbo hacia el continente americano aprovechando los efectos de la Corriente de las Canarias -que baña las costas homónimas para luego, transformada en Corriente Norecuatorial, alcanzar el Golfo de México- y los vientos alisios.

El objetivo científico de la expedición se basó en la notable identificación de las expresiones culturales de la América precolombina con las civilizaciones africanas: dioses, ritos, pirámides, calendarios, estilos y motivos artísticos del continente nuevo son una prueba palpable de aquella vinculación.

Las 15 Cabezas Colosales Olmecas que se pueden admirar en México -lugar al que no se sabe cómo ni de dónde llegaron- piezas monolíticas de basalto que pesan varias toneladas cada una, que representan a otros tantos individuos jóvenes de rasgos africanos, son un ejemplo de la posibilidad de que naturales de esa etnia hayan cruzado el mar hace 3.500 años.

Sin duda, la proeza de los 5 expedicionarios argentinos, de la que se cumplieron 40 años, demostró la factibilidad de esa influencia, llegada allende el Atlántico, en los pueblos americanos.

Sin lugar a dudas una frase de Alfredo Barragán a su arribo a Venezuela se transformó en emblema de la expedición y motivador de generaciones: «Que el hombre sepa que el hombre puede».

El dolorense lo dijo al señalar, que “Atlantis” había sido “una invitación al hombre a creer en sí mismo. Es la prueba de que no hay imposibles si se lucha con convicción, planificación y perseverancia, en pos de un objetivo noble y bello”.

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