A casi un mes de la polémica decisión de la Justicia que autorizó salidas transitorias a Ricardo Anselmini, uno de los condenados por el brutal asesinato de Natalia Melmann, el expolicía fue visto este domingo paseando en un parque en Mar del Plata.
Este hecho causó indignación entre los vecinos y familiares de la víctima, quienes filmaron a Anselmini con un celular y viralizaron el video en repudio de su accionar. “Milico de m… Ya a la cárcel”, se escucha gritar a una mujer en el material que circuló por las redes sociales.
Según pudo saber TN, Anselmini fue autorizado a salir cada 15 días los domingos. Además, el expolicía tendrá que realizar un curso de construcción de las masculinidades y seguir con un tratamiento psicológico.
“Este policía que violó y mató a Natalia está paseando libremente. La Justicia le concedió salidas para estar en su casa y no para pasear. Quizás él crea que puede burlarse de la resolución de los jueces”, expresaron desde la asociación Atravesados por el Femicidio.
El fallo que le concedió las salidas a Anselmini se dio a conocer a principios de septiembre y fue por decisión de los jueces Esteban Viñas y Gastón De Marco, integrantes de la Cámara de Apelaciones en lo Penal N° 1 de Mar del Plata. La familia de la víctima indicó que ya apeló la medida.
El hombre había sido condenado en septiembre de 2002, como coautor de los delitos de “rapto, abuso sexual con acceso carnal agravado por la pluralidad de personas y homicidio criminis causa”.
La solicitud para el beneficio de las salidas transitorias fue presentada por su defensa, basada en que el expolicía ya cumplió 20 años tras las rejas y estaban dadas las condiciones legales para que recuperara la libertad.
Cómo fue el brutal asesinato de Natalia Melmann
El 4 de febrero de 2001 Natalia Mariel Melmann, de 15 años, volvía a su casa de bailar en la localidad de Miramar. Eran cerca de las 7 de la mañana y un grupo de policías interrumpió su paso, la golpeó y la obligó a subir a un patrullero. Después, la trasladaron a una precaria vivienda del barrio Copacabana, en las afueras de la ciudad. Allí la torturaron, violaron y ahorcaron con el cordón de su propia zapatilla.
No hubo noticias de Natalia durante los cuatro días que duró su desaparición. Sus familiares y amigos la buscaron a la par de las fuerzas de seguridad, aun sin saber que la policía había participado del monstruoso hecho que iba a conmocionar a todo el país.
Su cuerpo apareció el 8 de febrero, enterrado debajo de un montículo de hojas secas en el vivero “Florentino Ameghino”. Se presume que lo descartaron en ese lugar el mismo día el crimen.