El gran motorista dolorense fue entrevistado el viernes pasado por Guillermo Ibarra en el ciclo de Conversatorios organizados por el Concejo Deliberante en el Salón Blanco Municipal. A continuación bajó la bandera en Plaza Castelli en la largada simbólica del Rally Mar y Sierras, por el “Premio Ciudad de Dolores”.
Un marco de público vinculado al automovilístico, pero también ajenos al mismo, se acercó hasta el Salón Blanco Municipal a ver y escuchar a este mito viviente del motor nacional. El Conversatorio comenzó pasadas las 18:30 y terminó poco antes de las 20 hs., previo a la larga da simbólica del Rally Mar y Sierras.
Se proyectó un video donde pilotos como Ortelli, Pernía, Canapino y varios más, dejaron mensajes entrañables y llenos de anécdotas donde transmitían admiración y respeto por Jhonny.
El público también hizo algunas preguntas sobre el final.
A continuación transcribimos algunas de las reflexiones del homenajeado:
“Tengo muchas cosas vividas con toda esta gente, monstruos del manejo, y estoy muy contento de haber revivido con ellos tanto tiempo. Algunos de esos pilotos y esos motores no llegaban primero, porque hacía cinco o seis motores y hay uno que sale ganador. Y esto solamente dentro de los míos. No era fácil, pero creo que todos entendieron que yo me brindé al cien por ciento. No hice favoritismo en ningún momento. Cuando pelearon Ortelli y el “Pato” Silva yo dos carreras antes sabía que el campeonato era mío, pero no sabía con quién. Yo fui clarito y se los dije: les voy a dar lo mejor que tengo a cada uno y después arréglense. En la pista es un problema de ustedes. Y creo que lo entendieron porque los dos me respetaron mucho. Se lo terminó ganando “Guille” pero el Campeón de ese año tendría que haber sido el “Pato”, porque llevaba una ventaja enorme, pero se implementó el “Playoff”.
“Fueron años muy lindos, hemos pasado muchísimas cosas juntos, compartido momentos increíbles. El automovilismo tiene esas cosas, por ahí está todo bárbaro y cuando hay una rotura las caras son largas. Pero había que saber afrontar eso y dedicarse a trabajar y a trabajar, no había otra”.
“El Gran Premio que ganó “Tolo” Doumic en la primera etapa, nosotros al auto le gastamos una hora nada más de tiempo, porque tenía un tiempo en todo el Gran Premio, y había que reservar el lugar para poder desarmar el motor entre etapa y etapa. Habíamos ido con “Tony” Aventín que había tenido un problema. Desarmamos motores en un galpón techo de chapa con 35 grados de temperatura en piso tierra, estábamos nosotros. Estaba “Pepino” Malicia armando el auto de él también, se pueden imaginar que eso era la gota gorda. En un momento pido un trapo, cortan uno y limpió con eso limpio los cilindros para poner los pistones. Terminamos de armar todo y un integrante de los de “Pepino” fue agarrar su camisa que había dejado colgada… y le faltaba la espalda. El trapo limpio que habían cortado era la camisa de él (risas)”.
“Los récord de velocidad del auto argentino son los dos míos y van a seguir siéndolo, porque no hay más Gran Premio, entonces es muy difícil desarrollar una velocidad como la que se desarrollaba entonces, en una recta de 60 km. Hoy no hay un circuito así. Entonces el promedio de velocidades fueron de 251 y 249 Km/h, uno es del “Tolo” y el otro de Miguel Atauri (aplausos)”.
“Los campeonatos se disfrutan, pero sí ese el nerviosismo y la tensión de las últimos carreras, llegar a pelear campeonato, es estresante. Había momentos donde verdaderamente se notaba la tensión y no era fácil. Llegamos a entregar 16 motores, todo eso también lo pude hacer porque vivía en el taller, hasta cualquier hora, no había sábado, no había domingo, no había horario. Y si no hubiera tenido una persona como mi señora al lado que se dedicó a los chicos y se dedicó a la casa, hubiera sido muy complicado para mí, así que también el agradecimiento es un poco con ella”.
“Yo creo que la única forma, la única chance que tenés de tener éxito en todas las cosas es trabajar y tener la convicción de que lo que estás haciendo es lo que lo que hay que hacer. Y seguir trabajando hasta lograrlo, porque si no es como que empezás algo y lo abandonaste. No, no sirve. Lo principal mío fue ser perseverante en el trabajo y tener una meta fija, buscar y querer ser un motorista con título. Y bueno, hay que trabajar y trabajar para lograrlo. No hay otra”.