Minutos después del anuncio, el sumo pontífice brindó el primer saludo a los fieles que se encontraban en Roma y, a diferencia del papa Francisco que decidió vestir únicamente con la sotana blanca, se lo vio con la sotana roja con bordados en dorado.
Concretamente, el Papa vistió la tradicional sotana blanca de algodón, ajustada con una faja de seda muaré blanca con flecos dorados y encima un roquete de lino.
Encima se colocó la muceta roja, que simboliza la autoridad del Papa, que fue adornada con la clásica cruz pectoral.
También se lo pudo ver con el solideo blanco en su cabeza y, sobre sus hombros, la estola roja con bordado dorado que representa la consagración sacerdotal. Asimismo, lució el clásico anillo del pescador, símbolo de su autoridad como sucesor de San Pedro.
De esta manera, el nuevo pontífice volvió a lucir el atuendo completo pensado para quienes resulten electos para el cargo, algo que Francisco omitió durante todo su papado.
Según el protocolo, estos colores representan su disposición al martirio y su firme compromiso con la Iglesia.