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Democracia y República

Mauricio
Mauricio
6 Minutos de lectura

Por el Dr. Héctor Ulises Napolitano

 

En la opinión pública se difunden estos dos conceptos como si fueran una misma cosa, lo que puede llamar a confusión a quienes las escuchan y más cuando se intentan identificarlas o hablar de ellas como si fueran sinónimos.

Si bien nuestra Constitución adopta a ambas en su artículo primero, lo hace diferenciándolas al establecer “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana…”.

En realidad, lo que llama forma representativa es la democracia, a la que le añade republicana ¿Cuál es la diferencia?. La diferencia estriba en que la democracia es un sistema político o forma de gobierno basado en la soberanía popular, mientras la república es una forma de estado basada en la división de poderes (poder ejecutivo, legislativo y judicial).

Si bien los conceptos de democracia y república son diferentes, no son para nada antagónicos y pueden coexistir perfectamente.

Sin embargo, hay naciones que se califican y declaran como repúblicas sin ser democráticas, por dar un ejemplo China, donde no existe libertad ni pluralismo político, y el estado está a cargo del gobierno de un solo y único partido que es el comunista.

Incluso el origen del estado republicano dividido entre poderes, tanto en John Locke, filósofo inglés, como en Montesquieu, filósofo francés, tiene por base no la democracia sino la monarquía, lo que habla de que el nacimiento del concepto de república estuvo distanciado del de soberanía popular, porque el estado para ambos era una necesidad para defender los derechos y la seguridad de los propietarios y no del resto de la sociedad que no lo eran.

El concepto de república que ya venía desde Aristóteles, se mantuvo como organización del estado en tres poderes, mientras que el de democracia sólo reducido a los propietarios primero y luego a la burguesía, se fue ampliando en derechos políticos y civiles al conjunto del pueblo, propietarios o no, ricos y pobres.

Una de las cosas llamativas de nuestra Constitución de 1853, es que en ninguna de sus partes hablaba de democracia, palabra que recién fue introducida por la reforma de 1994.

En verdad, la democracia real y auténtica en Argentina comienza desde el 10 de febrero de 1912, en que fue sancionada la Ley Sáenz Peña, que instituyó el sistema de lista incompleta, por el cual se garantiza la participación de las minorías, el sufragio universal, secreto, individual y obligatorio con padrón electoral, fiscalización de los partidos y elección de las autoridades del comicio por sorteo.

Transcribo un comentario al respeto” En efecto, la presidencia de Sáenz Peña marca el fin del viejo régimen. El país haría uso de las libertades políticas enunciadas en la Constitución de 1853, pero letra muerta desde entonces. Los comicios habían sido selectivos desde la independencia. La Junta del 25 de Mayo de 1810 había sido elegida por 156 vecinos sobre una población de casi cuarenta mil habitantes y desde entonces la autenticidad del voto había estado viciada” (Historia de la Argentina, Editorial Océano, página 1011, tomo 6).

Todo ello implica que la república como forma de organización del estado puede existir sin una democracia real y auténtica y hasta la pueden invocar ciertos tiranos y dictadores, como ha ocurrido en este país, e incluso avalado por la Corte Suprema de la Nación, al reconocer como legítimos pseudas leyes y decretos dictados por gobiernos de facto. De lo que también se deduce que la existencia de la república no garantiza la democracia.

Para que haya democracia debe haber libertad política para votar, participar, expresarse y peticionar a las autoridades. Para que haya república no solo debe existir formalmente la división de poderes y la legitimidad del gobierno, sino que es fundamental la independencia del Poder Judicial, cosa que en algunos casos, no suele existir aun en democracia.

¿Qué es ser demócrata y republicano?.¿Existen diferencias ideológicas?. En verdad sí. El ejemplo más típico se da en Estados Unidos donde existe un partido demócrata y otro republicano con diferencias en lo ideológico. El partido demócrata más de tendencia popular y progresista, y el republicano de carácter conservador y propenso a defender los intereses de la clase alta.

El tema no es ser republicano o demócrata, sino las dos cosas. Los ingleses son mucho más sinceros al dividirse entre laboristas y conservadores.

En síntesis “la república provee la orgánica institucionalidad y la democracia su legítima representatividad, la cuestión es que la primera se ajuste a la Constitución y la segunda cumpla con el voto popular”.

“La república se identifica con el estado y la nación, y la democracia con el gobierno y el pueblo”.

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