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El asesinato de un marinero de una Goleta Inglesa

Federico Sabalette
Federico Sabalette
10 Minutos de lectura

Por Pedro Guillermo Sabalette

 

La causa número 63 del año 1855 que tramitara ante el Juzgado del Crimen de la Campaña del Sud, caratulada como “Causa criminal contra William Thomson y Henri Merryett, marineros de la goleta inglesa ‘Siete de marzo’ por la muerte de William More, la noche del 9 de mayo en el río de Patagones”, tiene una particularidad, muestra la extensa dimensión territorial que tenía por entonces el Departamento Judicial del Sud, cuya cabecera era Dolores.

El sumario comienza con una nota del 28 de mayo de ese año, donde el Juez de Paz y Comisario de Patagones, Benito R. Port, se dirige al “cirujano de este pueblo”, Dr. Iván Baraja, indicándole, “que acaba de saber que ha salido cerca de la estancia de Don Andrés Rial, por la playa, el cadáver de un inglés…”, precisando haber sido avisado que el mismo se había ahogado en el río, pero que extrajudicialmente sabía, “que ha salido herido, y que sin embargo los individuos que lo encontraron no han avisado a la policía…”. Por ello le solicitaba al médico que lo más pronto posible se “sirva pasar con el Alcalde y testigos por el lugar donde está el mencionado cadáver, y después de inspeccionar las heridas se sirva informar al pie de la presente, su calidad y circunstancia, y el arma con que haya sido hecha”.

El médico realizó el reconocimiento pedido, informando que dado que hacía cinco días que estaba sepultado después de dieciséis días de ahogado, el mismo se encontraba en “estado de putrefacción considerable”, por lo que no había podido realizar un examen exhaustivo, pero puntualizando que, por las señales que aún existían se podía apreciar una “herida en el carrillo izquierdo con los tejidos blandos magullados y divididos, dejando ver la parte correspondiente de los huesos…, lo que llegaba hasta el globo del ojo, el que se hallaba destruido completamente…”, heridas que para el profesional habían sido hechas por un “instrumento contundente y que ha obrado con bastante energía…”.

Ante esta respuesta el Juez de Paz ordenó levantar el correspondiente sumario, haciendo comparecer en primer término a Don Tomás Armour, quién al ser “preguntado por su patria”, dijo “que era inglés de Nación” y de profesión albañil, quien relató que cuando se encontraba sacando piedra en la Estancia de Rial había sido avisado del cadáver, por lo que había bajado al río con pico y pala, encontrando el cuerpo flotando casi sobre la margen norte, vestido con camiseta y pantalón azul y con “cinturón de marinero y un cuchillo en él”, notando al sacarlo a la playa que tenía herido el carrillo, “al parecer de un garrotazo”, precisando que habían abierto una fosa y lo habían enterrado.

A al ser consultado por qué no dieron aviso a la policía, dijo que estaba trabajando en esos parajes y no conocía las leyes del país, y que como no tenía caballo para dirigirse hasta la población, “creyó cumplida su obligación enterrándolo”.

Al declarar uno de los marineros de la goleta dijo no saber que había pasado, pero que William Thomson le había dicho que como a las dos y media de la madrugada, yendo él y Merryett junto con More en una chalana, el primero remando en la popa y él y More sentados, de repente éste último se tiró al agua, y que si bien fueron siguiéndolo río abajo para ver si lo encontraban para sacarlo, ello no había sido posible.

Desde la costa precisamente otro marinero los había visto, contando que al sentir el ruido de una persona que caía al agua había comenzado a llamar a los de la chalana, pero que estos, que estaban en el medio del río como buscando algo no quisieron acercarse a tierra. Que cuando por fin lo hicieron y les preguntó por More, habían dicho que a él no le importaba lo que pasaba, ya que el muerto los había andado buscando para pelearlos.

Con fecha 20 de julio de 1855 en el expediente hay una nota al presidente de la Excelentísima Cámara de Justicia de la Capital donde se le indica el Juez de Paz que remita “el sumario sobre la muerte del inglés William More”, acerca del cual este último dice: “Me permito dar algunas explicaciones. Tuve aviso que un marinero, William Mores…, se había arrojado la noche anterior al agua en este río. Inmediatamente procedí a averiguar el hecho, y dos marineros que habían acompañado a More en la embarcación depusieron, que yendo a bordo la noche anterior, éste había dicho que ‘estaba aburrido del mundo’ y de repente se lanzó al agua, y se ahogó por mas esfuerzos que hicieron para salvarlo. Como estos arrebatos y suicidios –resalta el Juez de Paz- son frecuentes en los hijos de Inglaterra, lo cacé por entonces, pues no había indicio alguno para dudar”.

Seguidamente da el nombre de los dos marineros, indica haber ordenado el reconocimiento del cuerpo y señala, que “apareció herido con arma contundente”. Agregando, “inmediatamente conocí que quizás habían mentido los dos marineros que le acompañaban en ‘sus verbales exposiciones’…”, indicando que al averiguar el paradero de esos individuos había podido saber que se habían ido a la Capital el mismo día de la desaparición de More, en la misma goleta inglesa, ya que ese buque hacía el “servicio de carrera entre Buenos Aires y Patagones”, por lo que había decidido creyendo “prudente, esperar en silencio la vuelta del buque para proceder en forma”.

Más está decir que los marineros buscados nunca regresaron a Patagones. La goleta sí, pero los ingleses buscados se habían quedado, el primero trabajando en el “Buque de los Prácticos en Punta de Indio”, y el otro en Buenos Aires.

Este Juez, Benito Crespo, le decía en su escrito al de Capital, que como ellos estaban mas a mano de la Justicia Central prefería elevar las actuaciones que había sido posible realizar “antes que al Juzgado del Crimen de Campaña al Sud, lo que sería aventurado hoy por los riesgos del tránsito”.

Luego elevó actuaciones al Juez de Crimen del Departamento del Sud en la Campaña, como también oficios al Departamento de Policía y a la Capitanía de Puertos “para la aprehensión de William Thomson y Henri Merryett, para que luego sean remitidos a la cárcel pública”.

En el expediente consta una nota de la Capitanía de Puertos dirigida al “Sr. Juez Camarista Semanero (¿?) Dr. Francisco de las Carreras”, que indica que se había tomado conocimiento de la orden de aprehensión de los dos marineros ingleses que “aparecen unidos a la muerte del ingles William More…”, habiendo pedido “copia del rol de la Goleta nacional ‘Manuelita’”, último buque abordado en Patagones por los individuos citados, precisando que los mismos “no aparecieron”.

El 20 de agosto de 1855 el Juez del Crimen de Dolores, Dr. Felipe José Coronell recibió las actuaciones según la constancia refrendada por el secretario Dn. Federico Olmo, y el 6 de septiembre el Juez del Crimen de Buenos Aires Dr. Andrés Somellega, le toma declaración al Capitán de la goleta inglesa, Jorge Chapman, indicando el texto, que al comprobar “que no poseía el idioma del país” (no hablaba castellano) se le designó un intérprete, Dn. Juan Getman, manifestando el interrogado a través de éste, que pese a todos los esfuerzos para averiguar la causa de muerte de su marinero, “fue frustrante dado que al interrogar a los sospechosos, estos dijeron no acordarse por estar totalmente embriagados la noche del homicidio”.

El mismo día el Dr. Somellega envió la declaración del capitán al Juzgado de Dolores, por entonces a cargo del Dr. Miguel Navarro Viola, no existiendo constancia alguna que ocurrió después con los dos ingleses responsables del hecho, los que con rápidos reflejos habían abandonado el puerto de Patagones y perdido en la inmensidad del país que nacía.

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