Facundo Quiroga está radicado en Dolores desde hace casi dos décadas, es actualmente Jefe de la Estación del Ferrocarril, heredó de su padre los oficios de carpintero y tapicero, que acompañó con lo que terminó siendo su pasión y para lo que se ha formado todos estos años: el diseño de indumentaria.
En la entrevista nos cuenta su camino hasta el presente, cómo la carrera del Instituto de Formación Profesional 26 incentivó su destino, y cómo será la inminente apertura de su nuevo local.
Quiroga nos contaba que nació en San Antonio de Padua (Merlo, Bs. As), y que cuando tenía 10 años con su familia “nos mudamos a Mar del Plata, donde estuve hasta la adolescencia, y en medio de ese período viví dos años en Remedios de Escalada, cerca de Banfield, allí terminé el secundario. Regresé a Mar del Plata, me casé joven, formé mi familia y ya ahí trabajé mucho tiempo en indumentaria, haciendo arreglos de ropa y colocaciones de cierres para una fábrica grande de allá”.
– ¿Fue su primer trabajo vinculado a la confección de indumentaria?
No, viene de familia en mi caso. Mi viejo siempre tuvo como oficios la carpintería y la tapicería y lo fue transmitiendo a sus hijos. A los 13, 14 años ya estaba metido entre las fábricas, con esa labor. Me gusta mucho todo eso. Fue mi primera relación con las máquinas de coser, ahí aprendí a usar las máquinas industriales. A los 15 años tenía conocimiento y práctica de maquinarias. Incluso ya en la adolescencia me hacía mi propia ropa. Tenía gustos muy específicos, sobre todo de pantalones, y de forma autodidacta me los confeccionaba. Cuando formé mi familia estuve mucho tiempo desempleado porque la relación laboral con mis viejos tuvo una separación. Empecé a recorrer varios talleres en Mar del Plata, sabiendo manejar una de las máquinas, la recta. Fui aprendiendo el uso de otras, incorporando nuevos conocimientos, quedándome más tiempo del horario que me daban, para que me permitieran usar otras máquinas. Así hice muchos arreglos para una modista de allá, y para una fábrica de sweaters que me llevaba camperas para que les colocara el cierre.
- – ¿Ganó experiencia entonces con otras máquinas?
Sí, el conocimiento de la práctica lo tengo de tallerista completo, desde que llega la tela, pasa por el corte, y todo el proceso de armado, la cadena productiva.
- – ¿Cómo y cuándo se produce su llegada a Dolores?
Vine de visita con familiares de mi ex esposa, y nos invitaron a una iglesia. Por lo que sentí en ese lugar tomé la decisión de quedarme. Pasó un tiempo, se fueron dando las cosas, entré a trabajar en el Ferrocarril y ahí fue la mudanza completa. De esta congregación de la que soy yo en la iglesia además, no hay en Mar del Plata, la que está más al sur es la de Dolores, y la sede en Moreno.
- – ¿Cuál fue su carrera en el Ferrocarril hasta llegar a jefe?
Al Ferrocarril entré en diciembre de 2007 y en marzo de 2008 fue el accidente entre el tren y el micro en Dolores; era peón de vía y obra, y pasé entonces a cubrir ese paso a nivel, estuve cinco años en esa otra área de transporte. Pasé luego, con práctica, a la oficina como auxiliar, y después de 18 años de servicio, estoy a cargo de la estación. Llevo dos años cumpliendo esa función.
- – ¿Y cuándo decidió abrir la tapicería?
Fue una decisión un poco forzada, por cuestiones de necesidad. Y haber adquirido los conocimientos del oficio me fue muy útil. Practiqué, hice otras cosas, trabajos, oficios, pero un día me puse a probar con lo de la tapicería y funcionó. En paralelo probé con algo de ropa también, pero lo de la tapicería fue más rápido. Ahora estoy en un proceso de transformación, de pasar de la tapicería a indumentaria de forma definitiva.
- – ¿De qué forma se da esa transformación?
Lo que aceleró ese proceso fue que el Instituto 26 de Dolores, hace tres años trajo la carrera a Dolores. No es algo fácil de estudiar diseño de indumentaria, hay que viajar a La Plata, Mar del Plata o a Capital, donde los mejores profesionales están en la Universidad de Palermo. Pero al dar esa oportunidad el Instituto, la aproveché, porque ese terciario además de traerme un beneficio económico presentándolo en mi trabajo del ferrocarril, es una carrera que me gusta. Me anoté y este año curso el último de la tecnicatura, con mucha expectativa del egreso.
- – ¿Qué lo movilizó el empezar a estudiar lo que le gusta?
No me quedé solamente con el conocimiento que me dan ahí, sino que empecé a viajar, ir a Capital, a meterme en desfiles, conocer gente. Y así fue en esa relación con gente de la industria de la moda que conocí productores, diseñadores, y gente que me ayudó mucho en adquirir conocimientos y en traerlos para acá después. El año pasado hice mi primer desfile en Capital, participé presentando una cápsula en una colección particular, en paralelo a lo que veníamos haciendo en Dolores con el Instituto. Allá está concentrado lo mejor, podés ser muy bueno pero si estás en el interior o en alguna provincia, si no pasás por Capital no tenés la visualización que necesitás. No hay mucho federalismo.
- – Esa carrera que se dio en Dolores ¿generó cosas entonces?
Sí, el año pasado con ayuda de la Secretaría de Cultura municipal, en una de las materias pudimos organizar un evento y hacer una presentación de un desfile en la misma sede de Cultura. El formato quedó y este año los de segundo (año) les toca organizarlo. Nos van a dar pie a nosotros como diseñadores a punto de egresar, de presentar cosas específicas y propias de cada uno.
- – ¿Qué sucedió en el Teatro Unione?
Lo del Teatro se dio de una manera hermosa. A principios de abril, hablando con una chica conocida de Dolores, le comenté que quería hacer contenido para las redes sociales. Porque hasta que tenga un lugar propio para atender al público, voy trabajando y haciendo marketing en redes. Me dijo que contara con ella. La idea fue hacer una producción de fotos con profesionales de acá de la ciudad, aprovechando todo el conocimiento que fui adquiriendo. Empecé con el diseño para ella, conseguí la tela en una mercería local, y después que le hice el vestido hablé con un fotógrafo de Dolores y su esposa para hacer maquillaje. Había que conseguir un lugar especial para el toque final, y la Secretaría de Cultura nos facilitó el Teatro Unione, que le dio el gran toque. Y otro profesional de acá hizo el peinado. Así que desde la puesta en escena hasta el final fue todo dolorense. Y todo eso no se ve detrás de un desfile o una muestra de ropa, todo lo que está detrás. Hay trabajo para la modelo, el que maquilla, el que peina, el que saca fotos.
- – ¿Cuál fue el equipo completo de la producción?
Diseño: Facundo Quiroga (@facundoatelier), Fotos: Josías Gómez (@josias_gomez_fotografia), Makeup: Lourdes Mansilla (@lourmakeup), Peinado: Vicente Marizcurrena (@vicentemarizcurrenapeinados), Modelo: Josefina Di Marzio Genta (@josefinadim).
Toda una expresión cultural hoy en día que se ataca mucho la creatividad. Y quitarle esto a una localidad es quitarle la forma de expresar su identidad. Cada lugar tiene su propia expresión. Si bien yo viajo a Capital y adquiero conocimiento, es darle formato en Dolores, porque no nací acá pero me radiqué y me siento dolorense. La ciudad me adoptó y yo la adopté a ella.

- – ¿Conoció a Adrián Brown y más gente del rubro?
Sí, lo pude conocer personalmente en un conversatorio que brindó en el Salón Blanco Municipal el año pasado. Ya le venía siguiendo por redes sociales, que son una herramienta muy útil si se usan bien. Así puede contactar muchísima gente, diseñadores de Buenos Aires y también de Panamá, Chile, Paraguay, que están en la productora donde hago las presentaciones.
- – ¿Hace poco estuvo en la tele?
Claro, me invitaron de un programa de cable que se llama “Mi mejor versión”, que conduce Vani Balena. En mis redes sociales está el link que te envía a la entrevista a YouTube.
- – ¿Cuál fue el evento donde participó en Paysandú (Uruguay) el domingo pasado?
Se trata de LAN Producciones, la agencia que me invita a participar. Ellos televisan para Uruguay, y a todo lo organizó la Escuela y Agencia Style Models, de Romina Martínez. Iniciaron con el formato de eventos Workshop, con la participación de empresas uruguayas de cosméticos. Hubo un masterclass de peinados, maquillaje y actuación. El cierre fue un desfile con siete pasadas donde participaron más de 20 modelos exhibiendo prendas de tiendas del lugar y diseños míos de la colección “Jacarandá”, además de prendas de la diseñadora Ana Rondina, de Santa Fe.
- – ¿Cómo vivió la experiencia?
El recibimiento de la gente fue hermoso, muy cálido. En cuanto a la presentación, fue un formato y modelo no convencional, sino con talles reales, personas de más de 40 años, chicos con problemas de atención u otras discapacidades o dificultades. Ella les enseña a modelar para que a eso puedan aplicarlo en la vida normal y para que tengan una fuente de trabajo. El detrás de escena fue también muy lindo. Estuvimos también en el aniversario de Paysandú, donde hubo un desfile muy tradicional de ellos en cuanto a la indumentaria, muy similar a lo nuestro. La diferencia es la presentación de colores, la paleta que ellos manejan es más colorida, y el público, la gente que transita por la calle, hay también colores más cálidos, más claros, mucho color.
- – ¿Cómo fue lo suyo, la recepción de sus diseños?
Mi trabajo gustó, la presentación, el diseño, los colores. Quedó la expectativa de poder volver, y también ellos de venir y conocer Dolores. Les conté que era del interior de la Argentina, y como alguien puede salir desde fuera del monopolio que es la capital, y realizar todo este trabajo, además de exhibirlo en otro país.

- – ¿Cómo ve la carrera del Instituto 26 hoy?
Como un semillero. Porque detrás de la primera camada de diseñadores, sigue habiendo gente que apuesta a esa expresión artística, para mí es una expresión artística.
- – ¿Cuándo abre su local y de qué se va a ocupar?
Ya estoy haciendo marketing en redes sociales, con un logo que diseñé con la ayuda de una de las profesoras de la carrera. Tenemos una materia que te ayuda a eso, lo mismo que la estrategia de marketing. Los plazos de apertura del local dependen de lo económico, voy haciendo trabajos para conseguirlo en ese sentido. El lugar que era destinado a la tapicería, la vidriera principal sobre calle Olavarría, se va transformando, eso genera expectativa. En esa vidriera habrá exposición de mis trabajos de confección para mujer y para varón, para cosas muy específicas. Para varón será sastrería a medida para uso y gusto de cada persona. Tenés un evento de acá un tiempo, solicitás entrevista, nos ponemos de acuerdo y hacemos lo que quieras vestir y lucir. Para mí no es lo más importante solamente hacer indumentaria, sino que eso cobre vida con la persona y represente un momento de su vida. Porque eso queda para siempre. Esa prenda tiene un valor, expresa algo, te representa y le diste tu impronta y estilo.
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