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Los cautivos de Dolores

Federico Sabalette
6 Minutos de lectura

Es conocido a través de la tradición oral el malón que azotó Dolores el 30 de abril de 1821, encabezado por el Capitanejo Molina, en el cual además de matar, saquear e incendiar todas las casas se llevaron como cautivos a varios primitivos vecinos, incluyendo familiares del fundador del pueblo don Ramón Lara.

Tomando como referencia un aviso necrológico publicado en el diario “La Patria” de 1882, recordamos los padecimientos de Petrona García junto con su hija, retenidas ambas como cautivas por las hordas salvajes del cacique Ancafilú, y entregadas al General Rodríguez en Ranchos en el año 1826, en momento en que se volvía a refundar el pueblo de Dolores.

Tiempo atrás me conecté con Leonardo Tasca, quien había publicado un excelente trabajo referido a Juan Manuel de Rosas y la redención de cautivos en su campaña al desierto, año 1833 – 1834, en el diario La Capital de Mar del Plata. Allí mostraba como habían sido liberados por la división Izquierda al mando de Juan Manuel de Rosas, 707 personas, contingente que incluía niños de corta edad, mujeres y varones adultos. También se destacaban negros y mulatillos. Los había de toda procedencia, mendocinos, santiagueños, cordobeses, chilenos, hasta un paraguayo y numerosos procedentes de nuestra provincia, incluyendo dolorenses… De allí nuestro interés.

Al leer biografía sobre el tema vimos que «los varones apresados de niños (porque los salvajes nunca hacen prisioneros adultos), pierden por completo el recuerdo de su origen». Que la poligamia era practicada por los caciques o capitanejos superiores, que la condición de la mujer era la esclavitud respecto al hombre, ya fuese esposa, hermana o hija. Preparaban las comidas, sembraban y recogían los frutos, cuidaban su numerosa prole de hijos, en tanto que el «trabajo» de los indios pasaba por la guerra sin cuartel contra el blanco, los caballos, los juegos y el alcohol.

Al decir de Tasca, Rosas al mando de su división Izquierda había partido el 3 de abril de 1833 rumbo al desierto, por espacio de 14 meses, finalizando el 25 de mayo de 1834, con el resultado de la salvación de 707 cristianos cautivos.

La mayoría de las veces la recuperación se producía debido a la toma por asalto de las tolderías por parte de los militares. También negociando y pagando con especies. Según la calidad del cautivo surgía su valor. Un hombre medio costaba más o menos seis caballos sin marca, doce vacas, una caña de lanza, un lazo trenzado y un par de estribos de plata.

Los indios no conocían el beso, aunque su poca demostración de afecto surgía acariciándose entre dos personas de rostro a rostro o con las manos.

De los recuperados hacia nuestra civilización, se daban los siguientes detalles de los pertenecientes a Dolores y la zona:

(12) Pedro José Ponce. Oyoso de viruelas. Edad de 16 a 18 años, Patria Buenos Aires. Nació en la ciudad en el hueco de la Concepción en casa de su madre Da. Simona Ponce. Nombre del padre, Juan Jaime. Lo cautivaron en Naguel-Ruca, partido de Monsalvo en la estancia de D. Juan Carlos Benavente, estando ocupado de cuidar unos bueyes.

(196) Diego Peralta. Porteño de la ciudad, 22 años; hijo de Damián y Olegaria Díaz. Lo tomaron en Monsalvo, hace 10 años.

(221) Miguel Burgos. Porteño de Dolores, de 13 años; hijo de Juan y Margarita. Lo cautivaron en la estancia de Sosa. Nada más se sabe.

(222) Francisco. Porteño, de los Montes, de 16 años; hijo de Catalina, santiagueña; lo tomaron en el Tordillo, en una carbonería.

(261) Casimiro Ortiz. Paraguayo de 40 años. Lo cautivaron en Naguel-Ruca, partido de Monsalvo.

(262) Anastasio Castro. Porteño de la ciudad; de 22 años, hijo de Miguel y de Dionisia Obredor. Lo cautivaron en Naguel-Ruca, hacen 11 años.

(298) Silverio Porras. Porteño, del Tordillo, de 20 años de edad: hijo de Manuel y Micaela. Hace 11 años que lo cautivaron en una carbonería.

(380) José, Porteño de Dolores, once años: no habla el castellano, pelo negro, ojos pardos, trigueño.

(504) Martiniano Illescas. Porteño del salado, partido de Dolores; hijo de Sixto: 18 años, moreno, pelo negro lacio, ojos pardos.

(602) Francisco Xavier Puchi. Porteño, de Monsalvo: hijo de Fermín y de Micaela Antequera: 22 años, haciendo 15 que lo cautivaron; trigueño, pelo negro, ojos pardos.

La nómina se completa con nativos de Salto, Areco, Guardia del Monte, Chascomús, Pergamino, Rojas, Lobos, entre otros sitios.

La guarda de los recuperados corría por cuenta del Juez de Paz que procedería a restituirlos cuando aparecían sus familiares, o en caso contrario la sociedad de Beneficencia cobijaba a los niños y los desamparados.

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