La obesidad representa un desafío significativo para la salud pública. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 8 personas en el mundo vive con obesidad (cerca de 890 millones) y unos 2.5 mil millones de adultos tienen sobrepeso; sumados a más de 390 millones de niños y adolescentes con sobrepeso y 160 millones con obesidad.5
La obesidad está asociada a más de 200 posibles complicaciones de salud, incluyendo diabetes tipo 2, enfermedades hepáticas, enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, colesterol elevado y ciertos tipos de cáncer.5
Las personas con obesidad a menudo enfrentan estigma y discriminación, lo que además impacta en su salud mental. Perder peso no es simplemente una cuestión de voluntad o de cambiar los hábitos alimenticios; implica una interacción compleja de factores socioculturales, económicos, genéticos, metabólicos, ambientales y psicológicos, que requieren un enfoque integral para su prevención y tratamiento.
Obesidad, riesgo cardiovascular y costos asociados:
. 1,95 millones de muertes por enfermedad cardiovascular en el mundo son atribuibles al índice de masa corporal elevado.
. 19% de muertes por enfermedad cardiovascular son debidas al IMC elevado.
. 70% de muertes en personas con sobrepeso y obesidad son por enfermedad cardiovascular.
Mientras que la mortalidad cardiovascular ha disminuido en las últimas dos décadas, se triplicó la mortalidad cardiovascular asociada al sobrepeso y a la obesidad.31,32.
El riesgo de mortalidad y enfermedades asociadas a obesidad aumenta continuamente.
La depresión es un predictor de obesidad y, en personas con obesidad, el riesgo de depresión se incrementa un 55%. Respecto de individuos de peso normal, las personas con obesidad incurren en un 27% más de costos por visitas al médico y gastos ambulatorios, 46% más de costos de internación y 80% de gastos en fármacos para comorbilidades.
«Está demostrado que el mejor camino para lograr un adecuado control del peso corporal comienza con una consulta con un profesional de la salud. Este indicará los estudios correspondientes y juntos podrán determinar un programa sostenible en el tiempo, diseñado específicamente para responder a los objetivos, necesidades, posibilidades y expectativas de cada persona”, sostuvo la Dra. Mónica Katz, médica especialista en Nutrición, expresidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición.
En líneas generales, insistió, “un plan de control del peso incluirá siempre, con matices, educación alimentaria y determinados ajustes en la alimentación, llevar una vida activa incorporando actividad física, procurar dormir mejor de noche, aprender a gestionar el estrés y otras emociones, identificando por qué comemos cuando comemos (por hambre real, ansiedad, estrés, enojo, aburrimiento o costumbre). Como complemento a todo esto, la llegada de las alternativas terapéuticas -como la semaglutida, que es la primera- representan un avance que es una bisagra en el tratamiento, pero no sustituyen ninguno de los otros elementos”, describió la Dra. Katz.
Nuevo tratamiento
Novo Nordisk anunció que llegó a la Argentina y ya está disponible Wegovy® (semaglutida), un agonista del receptor GLP-1 de origen biológico, con un 94% de similitud con la hormona GLP-1 humana que desarrolla el organismo. Esta medicación induce la pérdida de peso al reducir el apetito y aumentar la sensación de saciedad, lo que ayuda a las personas a comer menos, reduciendo su ingesta calórica. En estudios clínicos, demostró producir una reducción de peso del 20% en un tercio de los pacientes, y del 17% como promedio general.1.
La llegada de esta nueva medicación es fruto de décadas de investigación en cardiometabolismo que llevó adelante Novo Nordisk para descifrar el funcionamiento de la hormona GLP-1 y lograr desarrollar en el laboratorio análogos que replicaran su funcionamiento, y que -con un muy buen perfil de seguridad- generaran además un impacto terapéutico significativo capaz de contribuir al control del peso corporal y mejorar el manejo de factores de riesgo cardiometabólico. Esta medicación ha sido aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) como complemento a una alimentación saludable y actividad física, para el control de peso en adultos con obesidad y para aquellos con sobrepeso (determinados por IMC) y la presencia de alguna comorbilidad asociada al peso. También está indicada para adolescentes a partir de 12 años con un IMC inicial en el percentil 95 o superior, según su edad y género (obesidad) y un peso corporal superior a 60 kg. Fue aprobado por autoridades regulatorias de referencia como la FDA de los Estados Unidos y EMA, de Europa, entre muchas otras.

