En la sala del “Multiespacio Dolores” de nuestra ciudad se exhibirá mañana la película “Agua Sucia”, filmada en la Unidad 6 y en la que refleja a través de la actividad que desarrolló el Prof. Alberto “Beto” Barragán en dicho Penal, se muestra la importancia que tiene para una persona privada de su libertad la actividad física no solo como recreación sino para conocer valores.
Para hablar de la película y de la exhibición en Dolores charlamos con el Prof. Barragán, con el Pastor Evangélico Juan Equisito y con Jonathan Giménez.
Barragán contaba al comienzo de la charla, que dos empresarios que habían ganado un casting del INCA habían llegado a la Unidad 6 para tomar algunas imágenes para un documental relacionado con el fútbol que practicaban los internos, con el cual competían en un torneo de la AFA. Que como ese día no había práctica de fútbol y sí de boxeo, le habían colocado a él un micrófono y acompañado al gimnasio de la Unidad, sorprendiéndose que había unas 60 personas entrenándose. Que luego al pasar por los patios vieron internos jugando a las bochas, que se habían sorprendidos aún más. Y precisó nuestro entrevistado, “Un día me llamaron por teléfono de Buenos Aires, me dijeron ‘Beto’ queríamos agradecerte todo lo que nos brindaste en esta semana donde estuvimos tomando imágenes, nos interesa lo que está viviendo Johnny (Giménez), este chico que hoy me acompaña y que por la droga había caído preso, hoy recuperado como después le va a contar”.

- – La película se transformó en una mirada más amplia de lo que significa el deporte para los internos. ¿Qué destacaría de ella?
Que yo no hice de “Beto”, de Profe, yo era el Profe la película. Jonathan (Giménez) es él, el joven detenido que llamó tanto la atención a los cineastas. Y Juan (Equisito), que hace lo que hizo toda la vida y lo hace con pasión, trasmitir a los detenidos su mensaje religioso, primero siendo empleado del Servicio Penitenciario y ya jubilado como Pastor Evangélico.
- – ¿Sin dudas el film encierra un mensaje?
La película puede llevar un mensaje a mucha juventud, a mucha familia, a que se sienten a la mesa y digan ese en un tema de debate, un tema de análisis, también para el mismo Servicio Penitenciario, para ver cómo poder mejorar las herramientas tratamentales y la vida de los internos pueda ser cada día mejor.
- – ¿Algún detalle para tener en cuenta sobre la exhibición en el Multiespacio?
El Cine tiene 190 butacas y el ingreso es por orden de llegada. Va a venir gente de muchas localidades, Profesores de Educación Física de otra Unidades Penitenciarias. La entrada es libre y gratuita, la función es a las 21 horas, la película dura una hora diez minutos, por lo que existe la posibilidad de una segunda función si en la primera la sala queda colmada en su capacidad de butacas.
La visión y palabra de los otros entrevistados
Johnny Giménez: para conocer lo que para este entrevistado significó la actividad física y la religión para superar la adición a las drogas e insertarse nuevamente en la sociedad se lo preguntamos. Nos manifestaba: “yo estaba incorporado al proyecto de fútbol de “Beto”, y un día viene y me dice, “hay dos muchachos que le gustaría charlar con vos sobre tu vida, cómo estás llevando tu detención”. Acepté charlar de mi vida, y yo creo que ahí fue cuando empecé a ver, a plantearme cuándo había comenzado todo, cómo mi vida había cambiado para mal. Esa charla fue para mí muy beneficiosa en todos los aspectos, me permitió encontrarme conmigo mismo, todo me hizo un clic, y a través de Juan (Equisito) que me ayudó pude conocer lo que era Dios y cómo me podía ayudar.
- – ¿El deporte y el mensaje religioso le permitieron dejar atrás un pasado oscuro?
Exactamente. A través de Dios poder saber que la capacidad está en nosotros, eso es lo primordial, que Dios nos hace ver que está en nosotros mismos de poder salir adelante. Que si bien nuestra familia nos puede contener, nos puede ayudar, está en nuestra decisión decir hasta acá llegué, en mi caso hasta la Cárcel. Si bien hay muchas herramientas tratamentales que te pueden ayudar a reinsertarte, creo que el mensaje de la película es que realmente uno puede salir adelante, puede cambiar la vida, dejar el pasado oscuro. Realmente yo me siento un claro ejemplo de eso, de dónde salí, de dónde vengo, dónde voy, y gracias a Dios estoy.
- – ¿Está en contacto con chicos que tienen la problemática de las drogas, habla con ellos?
Sí, tengo la posibilidad los domingos, estoy yendo al Centro de Contención y poder charlar con ellos. Mi anhelo sería poder volver a la Unidad y poder trasmitirle a los detenidos mi experiencia. Lo que se ve en la película nada fue fingido, todo fue lo que realmente vive cada uno en la Cárcel, donde no todo es lo malo que se ve por televisión. Eso sí, pienso que tendría que haber más deporte y ver las cosas de Dios, la Biblia, ya que son herramientas que sirven para que el hombre pueda cambiar la cabeza. No me lo contaron, es experiencia propia de cómo se puede salir adelante en la vida.
Juan Equisito: como lo referimos fue empleado del Servicio Penitenciario y ya jubilado concurre a la Unidad Penal de Dolores como Pastor Evangélico. Esto contaba de su tarea con los internos, puntualizando que “la religión es un trabajo sin tiempo. No solamente la droga es la problemática que muchos (de los internos) tienen, éste es un tiempo difícil para la sociedad, para la gente, la familia.
- – ¿Su trabajo es individual o trabaja grupalmente con los alojados en la Cárcel y que tienen problemas?
Yo comencé trabajando siendo empleado del Servicio, como nexo entre las autoridades y los Pastores. Luego fui tomando lugares como quien dice. Hay gente que quiere cambiar, que quiere vivir una vida diferente, y eso nos da la oportunidad de hacer el trabajo que nosotros hacemos tanto dentro como afuera. Creemos que la palabra de Dios es una herramienta válida, poderosa para hacer que la gente cambie su cabeza, comience a tener en cuenta principios que no tenía, la familia, los afectos. La tarea la realizamos en los Pabellones Evangélicos, o sea con normas Evangélicas, con formas de vida Evangélicas. Lo mío comenzó como una experiencia personal siendo empleado con la autorización de la Jefatura. En algún momento tuvimos el 70% de la población carcelaria en Pabellones Evangélicos, con otra manera de manejarse, con un tratamiento especial donde el empleado sabe que tenemos reuniones, cultos, la gente lee la Biblia, lo que no pasa en otros pabellones.

