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Osvaldo Sudak y su última película, “Al final del Arco Iris”

Mauricio
Mauricio
15 Minutos de lectura

El cineasta dolorense repasa sus inicios y su carrera, y nos adelanta su séptima producción, dos películas interconectadas que pueden verse por separado: “tratan sobre sociedades secretas, sacrificios humanos, brujas, conspiraciones, mecanismos de control. Y considerando las drogas relacionadas al resto de las temáticas, desde el lado de que las drogas de diseño, cuando producen una dependencia, son de alguna manera, mecanismos de control.”

 

¿Qué se puede adelantar de «Al final del Arco Iris?

“Al final del Arco Iris” son dos películas que llevan el mismo nombre y que funcionan como películas independientes, con sus propios créditos. Se pueden visionar con autonomía y se supone que funcionan igual, pero han sido creadas para ser vistas, obviamente, de una manera ordenada, porque están relacionadas. Primero la que es documental, que se llama “Al final del Arco Iris”, y después la otra, con el mismo nombre, que es ficción y está basada en la documental. Esa película puede funcionar sola igual, pero si uno ve la primera va a entender un montón de cosas.

La idea es proyectarlas en una sesión conjunta, al estilo de antes, ¿recuerdan las Matinées en Dolores que eran dos películas, con un descanso en el medio? Como para digerirlas, porque tratan sobre sociedades secretas, sacrificios humanos, brujas, conspiraciones, mecanismos de control. Y considerando las drogas relacionadas al resto de las temáticas, desde el lado de que las drogas de diseño, cuando producen una dependencia, son de alguna manera, mecanismos de control.

 

¿Cuándo y cómo nació la idea de la película?

Durante la pandemia, durante la cual estuve encerrado consumiendo muchos documentales de conspiraciones y conspiranoicos sobre todo en YouTube. Y a la vez escuchaba alguna música. Y en determinado momento que visionaba esos documentales, de repente puse una música y dije “que bien quedaría esto con las imágenes que acabo de ver”. Esas imágenes correspondían a un rito que se hizo en el Antiguo Egipto, en el que trasladaron las momias de un museo viejo a otro nuevo, y les hicieron un homenaje en la calle con un desfile, con ropas nuevas. Ese desfile dio mucho que hablar porque se decía que estaba organizado por los Illuminati, una sociedad secreta que se cree que domina el mundo, y que es uno de los temas conspirativos que se abordan en la película, diría que el más importante. En todas mis películas soy de musicalizar, siempre hay un montón de temas. En ese momento junte la música con esa imagen, y pensé que si conseguía mas de eso, daba para hacer una película. El tema, además, siempre me pareció interesante.

Antes de esta película, hace más o menos ocho años, tenía un proyecto para hacer un documental sobre el poder de Hollywood, manejado por sociedades secretas, la CIA, y como lo utilizaban para manipular a las personas. Estas películas, “Al final del Arco Iris”, retoman esta cuestión que ya estaba presente. Mi interés en este proyecto viene de una película anterior que tiene una página de Facebook, llamada “Hollywood influence in fashion terrorist” (la influencia de Hollywood en el terrorismo actual), que tocaba el tema del comienzo de ISIS en Medio Oriente y esas cosas. Diría que ahí nació la película y durante la pandemia, viendo estos documentales sobre teorías conspirativas, cuando los junte con la música, se dio el segundo paso. Busque más material, porque en un primer momento iba a ser solo documental, así que quería conseguir material de buena calidad en HD, que uno vea cosas que diga realmente “¡wow, no puede ser que esto esté pasando!”. Porque la mayoría de los programas de teorías conspirativas de YouTube están hechos por gente que no es cineasta, tienen muy buenas locuciones, a veces hay buenas investigaciones aunque la mayoría son más bizarras. Pero las imágenes son malísimas, mal editadas, con muy baja calidad. Y yo quería hacer algo cinematográfica con toda esta cuestión.

 

¿Cómo lleva adelante tus producciones?

Mi productora se llama Sudak Records y esta es mi séptima película, que es doble pero funciona como una sola, es el séptimo largometraje. Y todos, incluso este, han sido autofinanciados. En algunas películas, como en la primera y en esta última, no en las otras, hice fiestas, y ahora estoy haciendo también. A través de fiestas y plata que pongo yo, junto dinero para algunos gastos, generalmente para materiales de vestuario y escenografía, para maquillaje, y a veces incluyen alquiler de equipos, viáticos. Nadie cobra un sueldo de nada, toda la gente que trabaja son amigos y trabajan por amor al arte. Son casi siempre los mismos, pero se va sumando cada vez más gente que participa en mis pelis, tanto los que están delante de la cámara como los que estamos atrás. Tampoco buscamos dinero con nuestras películas, en ningún momento se ofreció cobrar en ninguna página. Si me ofrecieran no tendría ningún problema que me paguen (risas). Mandamos la película a festivales y al toque después de dos o tres festivales la subimos a YouTube para que la pueda ver todo el mundo, porque el objetivo principal de estas películas no solo es disfrutar haciéndolas, sino llegar obviamente a la mayor cantidad de gente posible.

 

¿Hay lugar para lo independiente, salas, algún apoyo técnico o financiero?

Lugares hay en todos lados, y donde no los hay, se hacen. En La Plata está el Cine Select, que es un bastión de la cultura local, y hay proyecciones. Yo estrené todas mis películas en el Cine Select, y también me han dado en un mes, cuatro películas, una cada semana. Las entradas son muy baratas y salvo un pequeño porcentaje que se queda el cine para su mantenimiento, son para los realizadores. Ahí es un lugar donde he cobrado, poquito pero he cobrado. Lugares así existen en muchas ciudades, por supuesto que dependen también del tipo de políticas que haya desde el Estado. A veces hay plata para esto y a veces no hay nada, depende del valor que se le dé a la Cultura. Pero donde no hay lugares, se hacen. Hicimos una película sobre zombies, en Azul, y conseguimos un cine, el único que hay en la ciudad, donde pudimos estrenar la película, y era el cine de la Iglesia. Si los curas supieran lo que pasamos en su cine se mueren (risas). Generamos ese lugar por convenio, como en el Cine Select, ellos se quedaron con un porcentaje mucho mayor pero nos dieron algo de las entradas. Lugares que no hay o que no los pone el Estado, hay que hacérselos. También hay muchas iniciativas independientes del Estado, algunas que funcionan mejor como centros culturales, bares. En La Plata, en “Pura Vida”, hice una película que es “El templo del Rock”, sobre el lugar, que es un bastión para las bandas y otras actividades artísticas. No solamente en cines, he proyectado películas en bares también.

 

¿Qué historias y personajes lo inspiran?

En general, me puse a pesar en los actores que tengo, que siempre hacen, cambiándose los nombres y los roles, los mismos personajes, más allá de que invierten y unos pasan a ser buenos o malos. Siempre se trata de grupos de personas diversas, de diferentes edades, géneros, situaciones sociales, que por algún u otro motivo no encajan en la sociedad. Esos son el tipo de personaje que me gustan, los que están en crisis con la sociedad. Para que haya una historia debe haber un problema, algún punto de partida. Las personas que viven felices y que han sido completamente absorbidas, no son buen material para mis películas. Necesitamos que pase algo para que haya un drama, para que la historia tenga sentido. Y sobre las historias, me interesa todo lo bizarro, lo que sale de lo común, que produce algo de gracia pero también algo de temor. Lo bizarro tiene que ver también con lo que no calza con la sociedad, lo opuesto a lo normal.

 

¿Cuántas producciones lleva hechas? ¿Dónde pueden adquirirse o visualizarse?

Tengo montones de videos, pero en lo que hace a películas, esta es la séptima mía. Se pueden encontrar todas en mi canal YouTube. Pueden seguirme en Instagram, que está dedicado a mis películas y ahora a esta última. Además de las películas tengo un Ciclo de Cine Arquitectura, que pueden encontrarlo como una lista de reproducción en mi canal de YouTube, porque son videos que me pagan para hacerlos, y donde junto mis dos profesiones, soy arquitecto también. Hago un análisis de la arquitectura en algunas películas del cine, que son aptas para todo público, no hay que ser ni cineasta ni arquitecto para entenderlas y disfrutarlas. Y después tengo múltiples videos, de bandas de rock, algunos cortos. Las películas, en orden cronológico, son “Sudak Odissay” (2002), “La Plata for export”, “Videos cannabicos subversivos”, “Curas zombies en Azul”, “Alto bardo”, “El templo del rock”, y “Al final del arco iris” que es la que estoy haciendo ahora”.

Llevo 20 años en esto, me acuerdo cuando empecé a escribir mi primera película en 2001, esperaba estrenarla en 2002 y la termine estrenando en 2006 o 2007, me llevo unos cuantos años. Arranque en 2001 cuando estaba terminando en la Facultad de Cine, venia filmando antes, pero las producciones que me atrevo a mostrar desde “Sudak Odissay”, parten desde 2001. Y el nombre de mi productora, Sudak Records, y el nombre que me puse, Osvaldo Sudak, que reemplaza a Suárez, que es mi apellido real, viene de la película esta justamente.

 

¿Ha democratizado la tecnología las posibilidades para hacer cine y video?

No hubiera podido hacer mi carrera de cine si no se hubiera democratizado la tecnología. Antes para filmar solamente se podía hacer en las escuelas de cine, porque la mayoría de las cámaras, de 16 mm en su mayoría, no de 35 mm, eran caras. Ni hablar del costo del material fílmico que había que revelar. Y en esa época estudiaba muy poca gente porque había que pagar ese material. Yo entre a la Facultad de Cine con el video, un formato que odio, porque todas las producciones que hice en video las perdí o están arruinadas, es difícil preservarlo. Pero a partir del video se produce la democratización, la tecnología se hace accesible. Hoy se puede hacer una película con un celular, se han hecho, y con éxito. La tecnología es importantísima en esto.

 

¿Cuándo y dónde podrá verse la nueva película?

Estoy sin apuro, disfrutándola, espero estrenarla, si puedo, en noviembre, en el Cine Select de La Plata que se encuentra en el Paseo Dardo Rocha. También en un festival, que es el que me adapto más por género, el “Buenos Aires rojo sangre”, de cine bizarro.

 

¿Quiénes lo acompañan en el laburo?

Maria Inés Flores en producción, que desde “Curas zombies en Azul” ha estado en todas mis películas y es como mi mano derecha en la producción, también actúa, como todos los que estamos detrás de cámara. Cecilia Giménez, que se encarga de cuestiones del arte y hace coreografías y bailes con fuego. Hernán Teppa y Laura Paterno, que colaboraron conmigo hasta la película de los curas en Azul y están nuevamente en este proyecto, Hernán hace música y gráficas, y Laura se encarga de maquillaje y escenografía. Eduardo Maclen en cámara. Y los actores que siempre están son Estanislao Pedernera y Sebastián Gienko y Ariel Suarez. Hay bandas presentes en mis películas, como “Horror White”, que hacen un género llamado riot girl, otra que se llama “Los cataclismos” que hace música surf, y “Los firestones”, que hacen música de garaje. En esta nueva película hay un montón de bandas.

 

¿Cómo pueden contactarlo?

A través de mi Facebook y mi Instagram. Prefiero que me sigan desde Instagram, porque están todas mis producciones y las novedades. Y toda la información de la nueva película. El tráiler completo está en mi canal de YouTube.

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