Es importante hablar de números:
Según un informe de La casa del Encuentro, desde el 25 de noviembre del año pasado se registraron :
- 300 femicidios,
- 7 trans/travesticidios
- 17 femicidios.
Pero es importante también hablar de las personas, de seres humanos, de las familias, porque atrás de esos números en Argentina en un año:
- 338 hijas /hijos quedaron sin madre,
- el 64 % son menores de edad.
Cada 25 de noviembre en el mundo se visibiliza la problemática de la violencia de género y se pone en agenda el trabajo que se necesita para su erradicación.
Detrás de cada número que contabiliza esta tragedia, hay hijas e hijos, familias, amistades, afectos y proyectos que no podrá realizar. Es por esto que cada 25N es importante seguir trabajando en profundizar la protección para quienes se encuentran en situación de violencia.
Por eso, es imprescindible trabajar en la prevención.
Educar, capacitar, hacer visible las violencias, generar espacios de reflexión acerca de estas situaciones y trabajar para reflexionar de los estereotipos que nos impone el sistema patriarcal y erradicar todas las conductas machistas.
Es muy importante el abordaje profesional de los varones atravesados por la violencia, y la plena implementación de la Ley Micaela.
En estos días es importante también, denunciar la violencia política. Las mujeres tenemos que batallar con discursos violentos por el hecho de ser mujeres.
Datos del origen del día Internacional de No Violencia contra las Mujeres:
En 1981 se celebró en Bogotá, Colombia, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Allí se decidió que el 25 de noviembre sea el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres. La fecha fue elegida para recordar el feminicidio en el año 1960 de las hermanas Mirabal (Las mariposas) a manos de la dictadura de Leónidas Trujillo en República Dominicana.
En 1993, La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Allí se definió que la violencia hacia la mujer era “todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”.